1 de octubre del 2008
Hyman Minsky se planteó la pregunta que titula este artículo -pensando en el crack de 1929- en un texto célebre que estuvo olvidado hasta que hace un año, al estallar la burbuja hipotecaria, se empezó a vender por Internet con ventas de varios miles de dólares: ¿Can 'It' Happen Again? Essays on instability and finance (1982). En él exponía su 'hipótesis de la inestabilidad financiera' que sería inherente al sistema capitalista. Alumno de Schumpeter y Leontief en Harvard, donde se doctoró, tuvo el coraje de oponerse a la ortodoxia dominante, de acuerdo a la cual los mercados financieros eran inherentemente eficaces (hipótesis de los 'mercados eficientes'), por lo que no sería posible que se produjera crisis financiera alguna en una economía de mercado moderna, y que sirvió de base para elaborar las estrategias de cartera (y para obtener algún Premio Nóbel en Economía) que ahora han vuelto a fracasar estrepitosamente.
El paradigma de la "inestabilidad financiera" postula la existencia de tres fases de relaciones ingresos-financiamiento a lo largo del ciclo económico. La primera se da después de una recesión; es la más sano y segura porque las familias y las empresas sólo se endeudan hasta cierto punto y sirven tranquilamente sus deudas con flujos de caja (hedge finance). En una segunda etapa, cuando la economía y las ganancias empiezan a crecer a ritmos elevados y comienza la bonanza, se generaliza el optimismo; los deudores sobrevalúan su potencial de pago, con lo que sólo pueden cubrir los intereses adeudados, pero no el capital (speculative finance). A pesar de ello, los bancos siguen refinanciando las deudas, dado el ambiente de euforia y las presiones competitivas que afrontan, lo que desemboca en la fase de la Ponzi finance, en la que los deudores ya no pueden cumplir ni con los intereses ni con el capital. Se cierra el ciclo con el "momento Minsky" porque se hace imposible la refinanciación y surge la morosidad de las familias y las quiebras de corporaciones. Si el endeudamiento ha llegado proporciones grandes, el pánico se puede materializar en una crisis como la que se produjo en EEUU en la década de 1930. ¿Será éste el proceso que estamos experimentando en estos momentos? No sólo ha estallado la 'burbuja hipotecaria', sino que también ha hundido la banca de inversión y desinflado la relación precio/ganancias.
Desde agosto del año pasado hemos visto las nefastas consecuencias del derrumbe, pero hace dos semanas se ha agravado aún más el descalabro: la gente saca sus ahorros de los bancos para guardarlos bajo el colchón y el casino se derrumba como castillo de naipes. EEUU acaba de caer en la clásica 'trampa de la liquidez' keynesiana, razón por la cual no habrá política monetaria que funcione y será necesario atacar la crisis por el lado fiscal. El nerviosismo parece general, hasta tal punto que el arzobispo de Canterbury nos recomienda volver a leer Das Kapital (se entiende: la parte referida al 'capital ficticio' del tercer tomo). Pero más significativo resulta que los templos de las inmediaciones de Wall Street, antes frecuentados sólo por turistas, se llenen de elegantes agentes financieros. Desafortunadamente, la divinidad se negó a intervenir; porque ayer, incluso antes de que la Cámara de Representantes rechazara el Plan de Paulson, las Bolsas volvieron a caer de forma estrepitosa. Con lo que la onda tectónica se profundizará, contagiará aún más al resto del mundo y golpeará al Perú con fuerza; a más tardar, a principios del año que viene. Esperamos equivocarnos.