6 de noviembre del 2008
Escribía J. M. Keynes, hace siete décadas, que el economista debe poseer una peculiar combinación de dotes: dominio de la técnica, formación humanista, capacidad de abstracción, interés por la realidad y una fuerte carga persuasiva para formar "opinión interna" entre sus colegas y "opinión externa" en la sociedad.
En realidad, Keynes defendió una peculiar noción profesional tan improbable como pretenciosa, pues la opinión del autor de la Teoría general se refería al economista como figura "clónica" del propio Keynes. En otros términos, un científico social que posee al igual que Jano, el dios bifronte, dos perfiles complementarios: el de un teórico que elabora modelos analíticos sobre temas socioeconómicos relevantes y el de un artista cuya sensibilidad permite seleccionar el marco explicativo más idóneo ante un determinado problema real.
Paul Krugman, profesor de economía en el Massachusetts Institute of Technology (EEUU), donde se doctoró tras sus estudios en la Universidad de Yale, cumple ambos cometidos y motiva, en gran medida, la concesión del Premio Nobel de Economía 2008. Su brillante y precoz carrera académica (que mereció la concesión en 1991 de la distinción J. Bates Clark de la American Economic Association) se conjuga con responsabilidades como asesor económico y divulgador científico en temas de ámbito económico.
Respecto a esta última actividad, Paul Krugman ha destacado por una intensa labor de divulgación no exenta de polémica, lo cual acrecienta el interés de los economistas y del público en general ante sus opiniones.
En Vendiendo prosperidad (1994), el propio Krugman denuncia (con frecuencia con una despiadada ironía) a los "santones" más conocidos de la actual economía convencional (A. Laffer, R. Lucas, etc.) e, incluso, algún "gurú" heterodoxo (J.K.Galbraith, L. Thurow) como meros policy entrepreneurs, simples maestros de una ceremonia de la confusión en la que la Economía se transforma en un campo de aplicación de las matemáticas o en el escenario de predicciones triviales.
La riqueza temática, el espíritu polemista (en su sentido más constructivo, estimulando el debate científico) y el objetivo del autor en no traspasar la sutil frontera entre la "divulgación" y la "vulgarización", se muestra en obras como Pop Internacionalism (1996), en la que recopila artículos y conferencias sobre algunos de los temas más significativos de Paul Krugman: la crisis del convencionalismo teórico y el papel de la competitividad, de la tecnología y del comercio en la economía internacional.
Los asistentes a las conferencias que el autor pronunciará en el futuro a partir de la concesión de los laureles del Nobel, al igual que el público que asistió expectante a sus disertaciones sobre "La globalización de la economía y las crisis financieras" (La Coruña, enero de 1998), movidos bien por el acto social o bien por la curiosidad intelectual, deberían tener presente el siguiente pensamiento del propio Krugman que pone en evidencia cuánto hay de alarde y de cinismo científico de los economistas ante las características y profundidad de la actual crisis sistémica que cuestiona los cimientos del quebrantado orden económico: "muchos pensadores conservadores a los que, normalmente, el monetarismo les habría repugnado por su vulgaridad y proximidad al fraude intelectual, se vieron llevados inconscientemente a pasar por alto sus defectos porque se ajustaba a sus ideas políticas..."
En las nuevas corrientes de reflexión económica se va acentuando, cada vez más, la presencia de cuestiones generalmente soslayadas por la aproximación tradicional a las Ciencias Sociales. Nos referimos, en concreto, a las dimensiones adicionales que remiten a la Historia, a las Instituciones y la Ecología. Con respecto a la Historia, un ejemplo claro -por mencionar sólo un caso- es el de las nuevas tendencias relacionadas con la teoría del comercio internacional que incluyen, en la definición de las ventajas comparativas de los países, la posible presencia de factores históricos en el análisis positivo y normativo de las relaciones económicas internacionales. Paul Krugman señala que los recursos de un país no determinan qué es lo que produce, ya que un análisis más detallado del patrón de ventajas refleja la presencia de círculos virtuosos autoreforzados y puestos en movimiento por los caprichos de la historia pues los bienes que exporta un país no pueden ser determinados exclusivamente por sus recursos sino que la determinación final se apoya en el campo del azar y de la historia además de las economías de escala. Al respecto, en una obra escrita en colaboración con E. Helpman (Estructura de mercado y comercio internacional, 1985), Krugman relega el enfoque ricardiano de las ventajas comparativas en la dotación de factores y los modelos de competencia perfecta como directrices en la teoría contemporánea del comercio internacionalpara centrar el análisis en los rendimientos crecientes a escala. La geografía ha ido recientemente conquistando posiciones en el campo de la economía. En los últimos años fue ganando prestigio el interés de los economistas por temas usualmente pertenecientes al área de la "geografía económica".
La nueva área de estudio refleja las preocupaciones que se han ido generando como consecuencia de la alta movilidad de las actividades productivas y de las tendencias globalizantes-regionalistas existentes en el mercado mundial. En un peculiar retorno a los aportes marshallianos en la Teoría Económica convencional, muchos autores señalan -al igual que P. Krugman- el importante papel de las externalidades en los análisis de la localización geográfica de las actividades productivas. Ejemplo de ello son la presencia de mercados amplios (economías de escala); la disponibilidad de recursos especializados en "aglomerados" (economías externas); y una favorable organización industrial.
Los factores institucionales también han ido penetrando en el área reservada al análisis estrictamente económico. Recientemente un conocido defensor de institucionalismo, Douglas North, manifestó que era conveniente y oportuno el rectificar el modelo neoclásico, de amplia difusión entre los economistas, para asumir los efectos de la presencia de las instituciones que subyacen en los análisis teóricos. Dentro de esa concepción, son factores importantes y dignos de tener en cuenta tanto el transcurrir del tiempo dentro del cual se desenvuelve el "proceso de aprendizaje" que define las características de las instituciones como las ideologías, los mitos, los dogmas y prejuicios que pigmentan el conocimiento social.
Si la teoría neoclásica es, como opina North, simplemente una herramienta inapropiada para analizar y proponer políticas que induzcan al desarrollo y está dirigida a establecer cómo operan los mercados, no a cómo se desarrollan los mismos, los temas ecológicos han logrado, asimismo, efectuar avances importantes en las preocupaciones y estudios económicos, desde el informe de Gro Harlem Brundlandt (World Commission on Environment and Development, 1987) hasta la idea del "desarrollo sostenible" de la Cumbre de Rio-92. Se entiende que el "desarrollo sostenible" es aquel que afronta las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades y que supone sistemas productivos y tecnológicos que no afecten gravemente a la naturaleza. El temor que existe en muchos sectores es que las preocupaciones ecológicas, aunque fundadas, puedan transformarse en mecanismos proteccionistas en materia de comercio internacional.
La teoría del comercio internacional no logró escapar al impulso de las corrientes transformadoras de nuestra época. Desde el comienzo de los años ochenta, como advierten Greenaway y Winter, se configura el cuerpo de una "Nueva teoría del comercio" que ya va apareciendo en modo destacable en los nuevos libros de textos. Paul Krugman no ha sido ajeno a este movimiento y su posición crítica respecto a la obsolescencia de los modelos teóricos convencionales, a la volatilidad de los tipos de cambio, a la obsesión por la productividad y a los perjuicios de la globalización actual representa una aportación significativa que, en muchos aspectos, se presenta básicamente en su manual escrito en colaboración con Obstfeld.
Sin desplazar de todo a las fórmulas previas de análisis, la Nueva Teoría ha ido incorporando supuestos analíticos antes soslayados. De esta forma, enfatiza la posibilidad de que existan economías de escala y economías externas, se plantean posibles cambios tecnológicos y diferenciación de productos, y se admite y explica la presencia de corrientes de intercambio intra-industrial. Además se admite la posibilidad de que el intercambio no se produzca en condiciones de competencia perfecta. Como sintetizan Helpman y Krugman, la teoría tradicional del comercio internacional basada en las ventajas comparativas ha sido complementada, y en alguna medida suplementada, por un nuevo punto de vista teórico en el que los rendimientos crecientes se constituyen en una fuente importante e independiente del intercambio; aunque una economía mundial caracterizada por la presencia de rendimientos crecientes se constituyen, primero, en una fuente importante e independiente del intercambio y, segundo, la presencia de rendimientos crecientes a escala no podrá soslayar la posibilidad de que exista competencia imperfecta en el mercado. Además de lo comentado, las nuevas corrientes analíticas del comercio, se detienen no sólo a examinar los beneficios estáticos del comercio (bienestar) sino también a subrayar la existencia de efectos "dinámicos" en el intercambio (transformaciones estructurales).
Los servicios constituyen otro de los temas que generalmente han sido ignorados por los economistas especializados en el comercio internacional. La envergadura de los flujos de "invisibles" -como advierten Sapir y Winter- amplió los tratados teóricos más recientes pues los servicios representa un área de fuerte dinamismo en el que compite agresivamente en la venta de ideas, en asesoramiento, en servicios médicos, educativos, etc., en una fase histórica de crisis y descomposición del Welfare State de raíz keynesiana.
El avance diferencial en el progreso tecnológico de los países, es otro de los temas en que incursionan los nuevos esfuerzos teóricos. Las acumulaciones de conocimientos en cada país traen consigo externalidades para las firmas localizadas en el mismo. Éstas pueden conjugar la disponibilidad de recursos humanos adecuados con posiciones competitivas especiales por la vía de las innovaciones (el establishment tradicional de los países desarrollados). Otros países (los recién llegados), en posición más desfavorable para el desempeño de este tipo de posibilidades, deben contentarse con la imitación y el catching up correspondiente. Teniendo en consideración estos caminos alternativos se consolidó toda una literatura especializada en la "brecha tecnológica".
Paul Krugma,n a lo largo de una dilatada obra como se aprecia en la relación que se anexa a este trabajo de recensión bibliográfica del autor, se ha sumado a las nuevas corrientes que han examinado temas poco frecuentados -e, incluso, inéditos- en materia de comercio internacional, como se puede apreciar en Rethminng International Trade (1990). Recientemente, las preocupaciones analíticas de Krugman se centran en materia de movilidad de factores y de localización de actividades en un contexto regional o global. Es necesario tener presente -para captar las dificultades de avanzar en esta materia- que, en las teorías tradicionales de comercio internacional, los factores de la producción son considerados perfectamente móviles en cada país y totalmente inmóviles internacionalmente. Pero, si se admiten las posibilidades de la globalización y los persistentes avances de los sistemas regionales y de la movilidad del capital, también deben examinarse los fenómenos ligados con la llamada teoría de localización y la alteración de las ventajas comparativas afectadas por la movilidad mencionada.
En el campo al que hacemos referencia se observa el desarrollo de preocupaciones relacionadas tanto con la consolidación de la competitividad comercial como de la competitividad factorial. La primera de ellas subraya la importancia del carácter dinámico de las ventajas comparativas (economías de escala, innovación, etc.). La segunda, pone énfasis en encontrar los mecanismos adecuados para atraer capital y actividades productivas -reduciendo la inmigración no cualificada-. En este contexto, parecen importantes los factores de estabilidad política, social y económica, claridad jurídica, disponibilidad de recursos humanos calificados y naturales, infraestructura, etc. Tanto la "competitividad comercial" como la "competitividad factorial", aunque aún no bien entendida en muchos países por la opinión pública, parecen ser dos pilares importantes de las nuevas estrategias de comercio internacional según las autorizadas opiniones de M. Porter, del "World Economic Forum" y de H. Albaca.
Finalmente, también en el campo de la economía internacional Paul Krugman se enfrentó a la frecuente reaparición del clásico modelo "ricardiano". El modelo basado en simplificaciones, a veces extremas, de lo planteado en la materia por el propio David Ricardo (The Principles of Political Economy and Taxation, 1817) presentan las fórmulas que permiten explicar el intercambio comercial basándose en las diferencias en la productividad de la mano de obra que pudieran existir entre países pero sin indagar en profundidad cuáles pudieron haber sido las causas determinantes de tales diferencias. En este sentido, Krugman desarrolló modelos de duopolio y oligopolio de comercio constatando que los flujos reales pueden incrementarse sin contar con ventajas comparativas pero generando otras adicionales mediante el diseño de planes de comercio estratégico.
Siendo un economista escéptico ante los actuales procesos de integración regional, Krugman no puede sustraerse a la influencia que la dialéctica "globalización/fragmentación" del mercado mundial tiene sobre la posición teórica de la economía internacional. La integración económica internacional se transforma en un epígrafe del máximo interés debido al impacto que causó la Comunidad Europea con la secuencia que vinculó el Acta Unica y el Acuerdo de Maastricht. No obstante, existen otros factores que explican la actualidad del tema: la demora experimentada por la Ronda Uruguay y el actual fracaso de la Ronda Doha; las presiones competitivas globales tras el fin de la Guerra Fría y el impacto de China en el mercado mundial; los esfuerzos de la "Comunidad Regional del Pacífico" o del Pacific Gemeinschaft, como la definiera el primer ministro Mahatir, en Kuala Lumpur (1994), etc.
El interés por la integración económica volvió a resurgir después de un extendido letargo, tanto en lo que se refiere a las reflexiones teóricas como a otras implicaciones de los nuevos pasos que se fueron dando en la materia. En particular, en muchas publicaciones convencionales se ha examinado la conveniencia en concentrar las reflexiones acerca de las ventajas de la integración en los aspectos predominantemente estáticos de las mismas (como analizó Viner en 1952). Pero otros autores -entre ellos, P. Krugman- subrayan los aspectos dinámicos de aquellas: las economías de escala, el incremento de las presiones competitivas, el estímulo a la innovación tecnológica, la creación de condiciones para fomentar una mayor eficiencia en las empresas (la llamada "x efficiency"), etc.
En Europa y en América Latina, la cuestión de la integración a vuelto a recuperar vigor con la categoría "integración abierta". En otras palabras, la integración, entendida como peldaño para una posterior incorporación a un sistema multilateral global. La expresión "integración abierta" es hoy una expresión obligada, tanto en América Latina (CEPAL, 1994), como en la llamada Comunidad del Pacífico.
Las experiencias son numerosas y de gran complejidad. La Unión Monetaria en Europea constituye, con sus luces y sombras, un hito en los procesos de integración político-económica. El Mercado Común del Sur (Mercosur), creado por el Tratado de Asunción (ratificado en Argentina por la Ley Nº 23.981/1991) ha sido tal vez uno de los esfuerzos de integración de la región latinoamericana que más ha avanzado desde la constitución de un mercado común a partir del 31 de diciembre de 1994. La firma del "North American Free Trade Area" (NAFTA) y las posibles vías de acceso a una zona de libre comercio hemisférica (ALCA) cobra nueva atención, especialmente teniendo en cuenta la Reunión Cumbre de las Américas en la que se plantea la interrogante clave en el futuro de la estrategia de la "integración abierta" en América Latina; a saber, ¿se tratará de una asociación NAFTA-Mercosur, o tal vez un acuerdo NAFTA-SAFTA (una Unión Sudamericana de Libre Comercio a realizarse), o quizá de una multiplicación de acuerdos bilaterales entre el NAFTA y los latinoamericanos o entre algunos países del NAFTA y ciertas naciones latinoamericanas preparadas para ello?. ¿Qué implicaciones tienen otras propuestas como el ALBA?
Según Krugman y otros autores existe el peligro planteado por la teoría del huh and spokes, según la cual el centro puede recibir más beneficios que los países que aisladamente entran en acuerdos de libre comercio con el núcleo duro de un esquema de integración. El abandono de las aspiraciones de la administración Clinton a disponer de las vías de procedimientos rápidos (fast track, sin tener que pasar por el respaldo condicionado del Congreso de EEUU) en materia de acuerdos comerciales pueden complicar el desarrollo de futuros acuerdos.
La trayectoria de la OMC también ha contribuido a poner sobre el tapete temas muy importantes en materia de comercio internacional. El acuerdo suscripto en Marrakech entró en vigencia el 1º de enero de 1995 y se sometió a disciplina multilateral la agricultura, subsidios, aranceles, medidas no tarifarias y se ha avanzado en áreas como: a) la propiedad intelectual (patentes, marcas, secretos comerciales, etc.); b) los servicios. También se ha procedido a desmantelar los Acuerdos de Multifibras y, finalmente, a crear la Organización Mundial del Comercio.
En muchos aspectos, la Ronda Uruguay del GATT mostró algunos de los problemas planteados por Krugman tanto en nuevos elementos teóricos como en localización de componentes del comercio internacional postergados anteriormente, como las economías de escala y el comercio de los servicios, respectivamente. No obstante, existen insuficiencias muy significativas en el ordenamiento del comercio internacional actual que suponen el principal contenido de la agenda de la OMC: la inexistencia de una "cláusula de la paz" que en materia agrícola; las deficiencias prácticas en el control del dumping social y medioambiental; la no aplicación, durante nueve años, del Código de Subvenciones y de otras disciplinas del ya desaparecido GATT.
Sin duda, los problemas mencionados constituirán un futuro programa de investigación básica y aplicada para especialistas, como Krugman, atentos a la realidad actual de la economía internacional superando muchos de los tópicos de los análisis teóricos al uso. En este sentido la obra de Krugman y Obstfeld supera el contenido tradicional de un manual sobre economía internacional estructurado tópicamente en las descripciones de modelos puros y básicos de comercio internacional y de instrumentación técnica de políticas de comercio y de tipos de cambio. Un manual de este estilo cubría temarios convencionales sobre economía internacional, sin entidad propia y como meras extensiones de asignaturas teóricas de introducción. No obstante, la economía internacional como referente analítico deja de ser un corolario de teorías generales bajo el supuesto de economía abierta y cobra un nuevo rango ante la serie de convulsiones y procesos políticos, económicos e institucionales de relevancia mundial: los problemas de opción y realismo cambiario, la inestabilidad financiera, la incorporación de nuevos países industrializados al mercado mundial, los bloques comerciales, la apertura del Este, etc. Como señalan Krugman y Obstfeld en el prólogo: "los problemas de política económica internacional han adquirido la primacía y han pasado de forma decisiva a las primeras páginas de la prensa".
Si el libro reseñado es, en principio, de indudable interés por la autoridad científica de sus autores, docentes en el M.I.T. y en la Universidad de California-Berkeley además de la reconocida asesoría de Krugman en la Administración Clinton, a nuestro juicio el atractivo se incrementa gradualmente según el lector profundiza en una obra que trasciende la estricta consulta académica. El contenido se presenta en cuatro partes que corresponden a la dilucidación teórica y práctica de las perspectivas comercial (capítulos 2-11) y monetaria (capítulos 12-21) de la economía internacional.
A pesar del desigual peso relativo de los capítulos que conforman la obra cabría resaltan las siguientes características.
1. La edición reseñada es producto de una traducción, revisada por los profesores Tugores, Bernardos y Ceña, que incorpora las novedades de la segunda edición original, tanto de reformulación teórica de varios capítulos como de actualización empírica y estudios de casos sobre el endeudamiento externo, la integración económica, el avance del proteccionismo, etc.
2. Es destacable que el análisis teórico se complementa con aplicaciones reales o hipotéticas que permiten al lector, especialmente al universitario, seguir la línea argumental con ejemplos, estudios de casos y una actualizada bibliografía de apoyo. Sin embargo, existe una laguna que pudiera ser subsanada en ediciones posteriores como es la ausencia de referencias bibliográficas básicas y complementarias ya traducidas y, por tanto, de acceso inmediato para la docencia o la investigación.
3. La pretensión de globalidad a la que aspira la obra, desde los itinerarios de lecturas que los autores recomiendan en el capítulo 1, no se ajusta al escaso número de textos bajo el rótulo de "Lecturas" y cuya ampliación podría auspiciar no sólo un conocimiento más pormenorizado de ciertos acontecimientos y procesos sino, también, el incentivo sobre otras actividades complementarias como análisis de textos, ejercicios prácticos, selección de autores y escuelas, etc. En cambio, la inclusión de los apéndices descarga ciertos desarrollos matemáticos, como el cálculo de elasticidades de comercio, facilitando una lectura fluída del texto principal.