25 de junio del 2008
Reunida en Madrid, la Plataforma Estatal por los Derechos de las Personas Trabajadoras del Sexo (*) desea pronunciarse sobre la inclusión de anuncios de contacto sexuales pagados en la prensa escrita:
Algunas organizaciones abolicionistas han iniciado una campaña dirigida a los diarios instándoles a que dejen de publicar los anuncios de prostitución. Se les culpa de estar "enriqueciéndose" de la industria del sexo y de no colaborar para acabar con la prostitución, ya que, afirman: "no es una opción libre, es una explotación de género entre hombres y mujeres". Estas posiciones niegan la realidad: que hay mujeres, hombres y transexuales femeninas, que como personas trabajadoras, anuncian sus servicios autónomamente en la prensa escrita y tras quienes no se encuentra ninguna mafia organizada.
Bajo nuestro punto de vista, son la policía y los jueces quienes deben impedir el negocio de las organizaciones mafiosas dedicadas a la trata de seres humanos (ya sea en prostitución, en servicio doméstico, en las industrias o en el campo). Pretender que esta labor sea responsabilidad de la prensa parece desmesurado. Especialmente cuando sabemos que las actividades delictivas, como la trata, se desarrollan en la clandestinidad y no suelen darse propaganda a través de anuncios en la prensa.
Y aunque entre las personas que se anuncian en la prensa algunas puedan estar trabajando en condiciones difíciles e injustas laboralmente hablando, la solución no es prohibir los anuncios sino diferenciar prostitución voluntaria de trata de seres humanos y legislar reconociendo la prostitución como un trabajo y, por tanto, dando derechos a las trabajadoras del sexo. Consideramos que los medios de comunicación no deberían utilizarse para cuestionar el trabajo sexual libre y menos aún para realizar prohibiciones moralistas encubiertas, por parte de ciertos sectores con excusas ideológicas de tintes feministas e igualitaristas.
Entendemos que la prensa escrita no es un producto infantil y los menores han de estar acompañados para entender aspectos de difícil comprensión: guerras, hambruna, violencia, etc. Quienes demandan la retirada de los anuncios de prostitución obvian el hecho de que las personas que se anuncian suelen hacerlo por decisión propia; que hay hombres que también ofrecen servicios sexuales; que nadie preguntó a quienes se anuncian qué les parece tal decisión (continuarán anunciándose de otro modo) y, obvian que entre los anuncios de contactos sexuales hay algunos en los que no media intercambio económico alguno (¿o sólo preocupa el comercio sexual o habrá que exigir también la retirada de éstos últimos?).
Desde la Plataforma Estatal por los Derechos de las Personas Trabajadoras del Sexo entendemos que los medios de comunicación están ahí para difundir la realidad de manera respetuosa. Nosotras, como defensoras de las personas que ejercen la prostitución, les solicitamos y agradecemos especialmente que guarden respeto y tengan siempre en cuenta el derecho a la intimidad de quienes se prostituyen, que decidan no publicar fotos robadas o realizadas sin el consentimiento de quienes aparecen en ellas y que no reproduzcan imágenes de desmantelamiento de mafias -cedidas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado- en donde sea posible reconocer a las mujeres, poniendo en grave riesgo su intimidad y la de sus familias.
Esperamos que esta campaña de censura no tenga ningún eco en los medios de comunicación. Lo que está a debate va más allá de las concepciones que a cada cual le pueda merecer la prostitución: La libertad sexual y la libertad de expresión no pueden ser recortadas en sociedades democráticas por valoraciones morales particulares.
(*) Forman parte de la Plataforma Estatal por los Derechos de las Personas Trabajadoras del Sexo las siguientes organizaciones: Genera (Barcelona), Ámbit Prevenciò-Ambit Dona (Barcelona), El Lloc de la Dona (Barcelona), Licit (Barcelona), CATS (Murcia), Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, Colectivo Lambda (LGTB) de Valencia, Fundación Triángulo (Madrid), Transexualia (Madrid), Cogam (Madrid) y Colectivo Hetaira (Madrid).