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9 de abril del 2008

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Internacional

El sindicato vietnamita y la NIKE


José Luis López Bulla
Metiendo Bulla / La Insignia. España, abril del 2008.

 

Más de 20.000 obreros de la Nike en Vietnam han realizado una huelga de dos días (31 de marzo y 1 de abril) exigiendo un incremento de los salarios. Estos trabajadores tienen un sueldo mensual que equivale a unos 37 euros: la tercera parte de lo que vale un par de zapatos en Occidente. Se trata de la movilización más importante que se ha dado en aquel país desde la reunificación en 1976.

La exigencia de los huelguistas era de un aumento de 200.000 dongs (esto es, el equivalente a 8 euros). Finalmente, la cosa quedó tras la huelga en una subida de 100.000 dongs que fue aceptada por la plantilla.

La novedad de esta movilización es que -según fuentes amigas, dignas de todo crédito- ha sido convocada y dirigida, dicho descriptivamente, por los "sindicatos oficiales". Decimos que es una novedad porque la Constitución vietnamita declara que el país es una "República socialista" y todos sabemos hasta qué punto el sindicalismo en tales pagos pinta una oblea.

Las mismas voces amigas se extrañan de que la Central Sindical Internacional, siempre al tanto de lo que pasa por los cuatro puntos cardinales del barrio global, no haya informado de esta huelga tan significativa. Y sigo: las mencionadas voces me aclaran que no es la primera vez que los sindicatos vietnamitas se ponen al frente del conflicto social, aunque en esta ocasión la cosa ha sido más contundente. Más todavía, la acción organizada del sindicalismo vietnamita es mucho más dinámica que la de los chinos.

Así las cosas, sería conveniente que, en aquellos países de naturaleza más o menos similar a la del Vietnam, los "sindicatos oficiales" tomaran nota del ejemplo y las autoridades se dispusieran a reconocer el derecho de huelga y el conjunto de las libertades sindicales. Estoy pensando en Cuba, a riesgo de que me gane una reprimenda irascible de quienes son más castristas que Castro el Mayor y Castro el Menor.

Por lo demás, parece de cajón que el sindicalismo mundial debería, igualmente, tomar buena nota de las evoluciones del sindicalismo vietnamita y entrar en relaciones con éste.

 

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