Portada de La Insignia

1 de abril del 2008

enviar imprimir Navegación

 

 

Iberoamérica
España

Marcelino Camacho: 90 años de lucha


Javier López
Madrid Sindical. España, abril del 2008.

 

Marcelino ha cumplido 90 años. Sus compañeros y compañeras de Madrid hemos organizado este pasado viernes un multitudinario homenaje porque eran muchos los afiliados y afiliadas que querían tener la oportunidad de sentirle cerca, verle, escucharle y hacerle sentir el calor, el afecto y el reconocimiento de todas y todos nosotros.

Escritores como Almudena Grandes, Benjamín Prado, Luís García Montero, Carlos Álvarez, Marta Sanz o Isaac Rosa le hablaron de lo que muchos de nosotros sólo podríamos decirle de forma más tosca, que no menos sentida.

Cantantes como Carmen Linares, Luís Felipe Barrio y Matías Ávalos, José María Alfaya y Quintín Cabrera le cantaron lo que muchos de nosotros quisiéramos poderle cantar.

Compañeros jóvenes, mujeres, pensionistas, cada cual con sus maneras y sus formas fueron desgranando el afecto que Marcelino sigue despertando. Cientos de mensajes recibidos por todos los cauces. Ese compañero que manda un correo electrónico: "Marcelino, Marcelino… Como van las elecciones… Van ganando, van ganando… los chicos de Comisiones". Correo que termina con un "Te queremos y tú lo sabes". Un SMS en mi móvil, el mismo día del acto: "Javier, da un abrazo a Marcelino y las gracias por su trabajo y lo mucho que nos ha enseñado. De parte de los bomberos de Madrid".

Aquella canción poco conocida de Víctor Manuel, aparecida en el disco Víctor 10 y en el disco SPANIEN, dedicada a Marcelino, y que comienza: "Ya estás aquí de pie / inquebrantable aliento de nosotros / ¿Qué dirán ahora los de ayer? / Te cubrían de lodo. / Cuando habla la razón no cabe la revancha ni el rencor".

Dice Josefina, su inseparable compañera, que cuida a un niño de 90 años. Algo de esa búsqueda de la infancia, preside el afecto que despierta Marcelino. Algo de ese sentirnos bien con nosotros mismos que Alfonso Comín reconocía en Marcelino: "Tú y tu clase sois la misma cosa. (…) Sí, Marcelino, sois el pobre que resuelve el mundo".

Algo de ese sentirnos orgullosos de lo que Marcelino y muchos Marcelinos siguen viviendo en nosotros. Orgullo de clase. De esa clase de la que han salido Marcelinos hechos a sí mismos, sin otras armas que su voluntad autodidacta, ni otro proyecto personal que seguir siendo clase. Esa voluntad que le lleva a seguir ratificando que "Ni nos domaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar".

López Bulla, el que fuera secretario de CCOO de Cataluña, ha definido muy bien lo que representa la figura de Marcelino y la necesidad de reconocer y rendir homenaje: "Y si grande fue su obra, mayor fue el prestigio y, sobre todo, el afecto que concitaba su persona entre todo el mundo. Cuando Marcelino iba por las calles de Barcelona (o de otro lugar), era saludado, tocado y celebrado por los transeúntes. Ese afecto no lo ha tenido ninguna figura de la política española en los últimos cincuenta años. Podrá haber políticos respetados, pero respetados y queridos yo no los he conocido, al menos con la fuerza que se tuvo con Marcelino Camacho. No estoy planteando cubrir un expediente administrativo o un revival. Hablo de un deber hacia uno de los padres nobles de la izquierda española".

El homenaje a Marcelino del pasado viernes era un homenaje de los suyos, de gentes sencillas que saben que luchar tiene sentido y que a veces hay que dar dos pasos adelante y uno atrás si es necesario. Y que la honestidad personal, la honradez y las formas también cuentan. Y que la unidad es un valor. Como le canta Víctor Manuel: "Hay que apretar el puño y caminar / Hay que juntar las fuerzas y caminar".

El salón de actos de CCOO de Madrid se llama desde el viernes pasado Auditorio Marcelino Camacho. Hemos reeditado el libro "Charlas en la prisión", que recoge la forma de entender la vida, el trabajo y el sindicalismo de un hombre que, desde la cárcel, se dirige a toda una sociedad que se prepara para el cambio democrático.

Y hoy, cuando el éxito, el dinero y el poder se sitúan por encima de cualquier otra consideración, el homenaje a Marcelino y a trabajadores incansables como él aparece como un hecho necesario, obligado y la semilla de una patria elemental donde quepamos todos y los trabajadores dejemos de ser los parientes pobres de la democracia.


Javier López es secretario general de CCOO de Madrid

 

Portada | Mapa del sitio | La Insignia | Colaboraciones | Proyecto | Buscador | RSS | Correo | Enlaces