9 de septiembre de 2007
Resulta que una chica guerrillera de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), holandesa, alias Eillen, dejó su diario abandonado (1) en medio de un ataque a su campamento, del que pudo escapar. Ahora los periódicos están de festín y reproducen fragmentos en los que cuenta, entre otras cosas, que está desencantada de la lucha, que a veces quiere volver a Holanda y que se enamora mucho. Se ve que la pobre Eillen tenía una idea romanticona de la guerrilla colombiana. Se ve que la chica se fue a internar en la selva porque estaba convencida y toda la cosa, y que después, como todo, vino el desencanto.
Y sí, es verdad que lo que cuenta pasa en todas las organizaciones humanas: que "...algunos tienen plata, cigarrillos y dulces y los demás tienen que ser gruñidos por los otros (...)" El asunto es que dicho en Colombia y sobre las FARC suena casi ingenuo. Allá la gente no entiende y yo desde acá tampoco mucho, en parte porque me tocó nacer en una época y en un país en el que la palabra "guerrilla" ya venía desgastada, con una carga de desprestigio tenaz, y entonces, cuando la chica holandesa se pregunta lo que se pregunta en su diario, una lo que se pregunta es ¿pero cómo? ¿qué creía acaso que iba a encontrar? Es como si alguien que fue al circo te dijera: "¡no puedo creerlo, estaba lleno de payasos!"
Eillen llegó a Colombia junto a un grupo de jóvenes europeos que querían conocer los reductos del marxismo en Sudaquia -¿vocación de arqueólogos?-, y por eso la pregunta que también cabe acá es cómo ven esos chicos, y la gente de Europa en general, las guerrillas sudacas. Seguro que Eillen no es la única con ideas romanticonas, seguro que sus amigos en Ámsterdam se la imaginan en la selva hombro a hombro con el Che Guevara. Y la verdad, con todo y lo que respeto al señor Che, me parece un poco triste que los jóvenes de izquierda sigan pegados a una idea de revolución tan antigua. Así es como empiezan buscando reductos de Marx y terminan en un circo. Así es como nos vamos desencantando de un mundo del que nadie nos dijo que ya fue y que move on, chicos, invéntese otro. Así es como se repite una historia fallida. Así es como nos hacemos viejos sin aportar al mundo más que otra forma exitosa de perpetuar el fracaso.
(*) Margarita García (Colombia) es periodista y dirige la bitácora Sudaquia.
Participación: Foro de Sudaquia