1 de septiembre del 2007
-¿A qué se debe tu presencia en Uruguay?
-Hemos venido para dialogar con las organizaciones locales con vistas a reanudar las discusiones y volver a colocar en la agenda las llamadas "Tecnologías de Restricción de Uso", comúnmente conocidas como "Terminator". Existe una moratoria mundial sobre ellas, adoptada en el marco de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Convenio de Diversidad Biológica, que prohíbe la comercialización y el cultivo de estas semillas que son un tipo de transgénicos. Esta decisión se volverá a discutir en la próxima Conferencia de las Partes del Convenio llamada COP 9 que tendrá lugar en mayo de 2008 en Alemania.
-¿Cuál es la propuesta del Grupo ETC?
-Que cada país haga conciencia de las amenazas que portan estas tecnologías e instrumente prohibiciones de uso para defender su soberanía alimentaria y la autonomía de los agricultores, sin olvidar a los consumidores que deben tener derecho a una alimentación segura. Que quede bien claro que estas tecnologías sólo generan lucro para algunas pocas transnacionales como Monsanto, actualmente propietaria de la patente sobre Terminator.
-¿Cuáles son concretamente esas amenazas?
-La tecnología Terminator está diseñada para impedir la reproducción de cualquier cultivo a la que se le aplique mediante la manipulación genética de las semillas. Pero esto ha evolucionado, lo que podríamos llamar la generación Terminator 1.0 eran plantas que esterilizaban sus propias semillas antes de la maduración, rompiendo el ciclo reproductivo. Esto es tan alevoso que no consiguió ser aceptado en ninguna parte del mundo. Pero ahora la agroindustria ha generado variantes sobre el mismo tema, como por ejemplo la llamada "Tecnología de Restricción de Uso Reversible", que implica nuevamente una planta autoesterilizada, pero que se puede "resucitar" mediante la aplicación de ciertos productos químicos u otros procedimientos obviamente en poder de las mismas transnacionales.
-¿Cuál ha sido el resultado de tus gestiones en Uruguay?
-Muy promisorio. Hemos retomado el diálogo con diversas organizaciones e instituciones como Redes-Amigos de la Tierra, Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL) entre otras. En Uruguay ya existe una coordinación contra los transgénicos -que integra la Rel-UITA- donde se ha discutido la tecnología Terminator. Nuestra campaña pretende volver a colocar en primer plano este tema concreto, fortaleciendo en la medida de nuestras posibilidades los trabajos localmente desarrollados. En este diálogo hemos intensificado el contacto con la Secretaría Regional para América Latina de la UITA que ya adelantó su apoyo a la campaña contra Terminator en Latinoamérica.
-¿Cómo se desarrollará la campaña?
-Tiene dos ejes: uno de formación e información para que las personas tengan elementos suficientes y adecuados para entender qué es esta tecnología y qué significaría tenerla integrada a la producción nacional. El segundo es de incidencia, esto es, junto a las organizaciones locales movilizar a las sociedades para que éstas presionen a sus respectivos gobiernos para que asuman posiciones claras y transparentes con respecto a este asunto, y se encamine un proceso dirigido a la prohibición a nivel nacional de las tecnologías Terminator, en cualquiera de sus versiones. Pensamos que para lograr esto la Rel-UITA es un asociado fundamental porque ya tiene ese perfil desde hace mucho tiempo, ha trabajado sobre el tema y tiene una gran influencia en toda América Latina.