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2 de octubre del 2007

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Cultura

El caso Peri Rossi


Santiago Rodríguez Guerrero-Strachan
La Insignia. España, octubre del 2007.

 

El despido, puede que legal, pero absolutamente improcedente de Cristina Peri Rossi de TV3, trae a la palestra algunas cuestiones importantes. La primera es la defensa del bilingüismo, solución que los nacionalistas contemplan como transitoria hasta que toda la población del territorio hable la lengua "propia" (propia según los mandamases políticos y no según la elección personal de cada uno). Como bien señalaba Martínez Gorriarán, "los defensores de estos derechos lingüísticos consideran el bilingüismo como una anomalía transitoria que ataca la lengua propia, esto es, la que el nacionalismo escoge como hecho diferencial".

Defender el bilingüismo, en tales circunstancias, se ha convertido en un factor dinámico contra la mayoría moral que pretende imponer sus criterios y ha olvidado lo que Ernest Renan, un verdadero cosmopolita, señalaba: "La lengua invita a la unión, pero no fuerza a ella". Si en los años setenta la defensa del bilingüismo en Cataluña implicaba la defensa del catalán, el sesgo que está tomando la situación en el siglo XXI nos lleva a defender el castellano en contra de los nacionalistas. Que, aunque lo callen, trabajan para que desaparezca y sea sustituido por el catalán como lengua única de los catalanes.

La segunda cuestión trata de la lengua como realidad trascendente. Desde siempre nos han contado que la lengua se situaba más allá del hombre. Las relaciones entre la lengua y los relatos míticos están más que documentada. Uno de los más conocidos es el de Babel: Dios crea las lenguas (con la finalidad de confundir a los hombres, bien es cierto) y los hombres las aceptan. Son intentos de comprensión de la realidad que nos rodea, pero intentos que no han pasado por el tamiz de la razón ni de la comprobación empírica. La lingüística ha ido disolviendo la maraña de equívocos acerca del origen de las lenguas y de su presunta descendencia divina, aunque siempre hay algunos más atraídos por las fantasías de la imaginación que por la dura claridad de la realidad. Me refiero a Jean-Jacques Rousseau, filósofo que su Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres proclama un lenguaje "natural" al tiempo que lo convierte en expresión de la necesidad que el hijo siente para comunicarse con su madre (y aquí tenemos el origen de la "lengua materna"). Claro que, no mucho más tarde, J.G: Herder seguiría sus pasos con la búsqueda del espíritu del pueblo (el alemán, por supuesto). Y no estaba solo. Muchos como él sublimaron y enaltecieron las lenguas como transmisoras y depositarias del "espíritu de la nación", idea que debería haber caído en un descrédito total después del horror nazi.

Ferdinand de Saussure, que ostenta el título de padre de la lingüística moderna, dejó demostrado que a las lenguas les afecta el tiempo, pero no el espacio. La geografía no es un factor determinante para la conformación, ni diacrónica ni sincrónica, de las lenguas. La relación entre lengua y etnia no es determinista: es tan artificial como cualquier otra. La consecuencia más obvia de esto es que no hay lenguas que reflejen el "espíritu" de ningún pueblo. Más bien, hay determinadas personas en la comunidad que se empeñan en repetir una y otra vez la misma cantinela, y en cuanto tienen posibilidad se dedican a legislar para imponer en la educación y en el ámbito de la convivencia civil una serie de restricciones a todas las lenguas que no consideren "propias". Pero es el vínculo social el que crea la comunidad de la lengua, no esencias anteriores a la sociedad ni el identitarismo gregario. Ya es hora de que dejemos de adorar el becerro del nacionalismo con la interposición del idioma.

El despido de Peri Rossi no es el primer caso de discriminación lingüística: recordemos lo sucedido en la Feria de Fráncfort. El despido de Peri Rossi significa un paso más allá. Están soltando el lastre que no les interesa. Aunque la autora defienda y apoye el catalán, no es "de los suyos", de los nacionalistas. Y ya no sirve porque la etapa de apoyos externos ha finalizado.

 

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