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La insignia
21 de febrero del 2007


Argentina

Crecimiento excluyente (IV)


Pierre Salama (*)
La Insignia. Francia, febrero del 2007.


Un crecimiento sin distribución de sus frutos

Habría sido de esperar que los salarios aumentaran fuertemente con la recuperación económica; tanto como habían caído antes. No es lo que se observa.

Las cifras son elocuentes: en octubre del 2000,había que trabajar 187 horas y 16 minutos para adquirir la canasta de consumo básica. En el pico de la crisis, en enero del 2002, se requerían 196 horas y 12 minutos de trabajo para comprar dicha canasta. Con la recuperación, en enero del 2003, se necesitaban 317 horas y 22 minutos. Al principio de la recuperación se observa un fenómeno de histerización, es decir un desajuste entre la crisis que se trastoca en crecimiento y los efectos de la crisis que perduran: hasta junio del 2003 son necesarias más de 300 horas de trabajo para obtener la canasta básica. No es sino en julio de este año cuando la curva se invierte de forma más neta, ya que son necesarias entonces 240 horas y 57 minutos. En enero del 2004 se necesitan 179 horas, es decir, menos que en septiembre del 2000; esta cifra es más o menos estable hasta agosto y baja brutalmente en septiembre (141 horas y 45 minutos). Es decir, que de enero del 2002 (pico de la crisis) hasta agosto del 2004 (recuperación fuerte después de un año y medio) el número de horas es más o menos el mismo que cuando el crecimiento despega. De septiembre del 2004 a abril del 2005, permanece más o menos estable (149 horas y 33 minutos), y sólo se recupera con relativa fuerza a partir de entonces: en enero del 2006 es en efecto de 119 horas y 19 minutos. El salario mínimo permite adquirir 43,1% de esta canasta básica en enero de 2002, el momento más fuerte de la crisis, 30% en agosto 2002, 29,7% en febrero de 2003, 52,3% en enero del 2004, 63,5% en enero 2005, 85,4% en julio de 2005 y finalmente 79,6% en enero de 2006.

Los salarios no han evolucionado al ritmo del crecimiento y en sintonía con éste: el mundo del trabajo ha continuado sufriendo la crisis al inicio de la recuperación, y esto durante más de un año y medio, y ha aprovechado en forma moderada la consolidación de la recuperación. No es entonces más que por el mejoramiento de la situación del empleo como se ha podido recuperar el nivel de vida. Al menos en el primer periodo.

Esta conclusión se confirma en los datos sobre salarios. Como hemos visto, hay que diferenciar los salarios según estén registrados o no y según pertenezcan al sector privado o al sector público. Como cabía esperar, el aumento de los salarios reales es superior en el sector formal que en el informal, caracterizado por pequeñas empresas que tienen una tasa de sindicalización poco elevada, incluso inexistente, y sufren de una precariedad particular. Cuando se toma la base 100 al primer trimestre del 2001, se observa una ligera caída de los salarios nominales de los trabajadores privados, pero también del ámbito público hasta abril del 2001. Los salarios nominales de trabajadores registrados aumentan para alcanzar el nivel de 191,97 en enero del 2006, los de los trabajadores no registrados alcanzan el nivel de 136,19 y los del sector público 125,80, es decir menos que en el sector privado informal... lo que es una sorpresa.

Estos salarios nominales se deben valorar en relación con la evolución del índice de precios al consumo para obtener los salarios reales. El índice de precios (base 100 en 1999) alcanza en el año 2001 (13) un valor próximo de 100 (99,78), para alcanzar el nivel de 124,33 en el 2002 y 141,05 en el 2003, seguido de los efectos de la maxidevaluación. El alza de los precios se ralentiza enseguida (147,28 en el 2004) y se acelera en el 2005 (el índice alcanza al nivel 167,48). Desde el año 2001, la subida acumulada de los precios es de casi 70%, con dos picos en el 2002 (25,9%) y 2003 (13,4%). La conclusión es sencilla: sólo los trabajadores "registrados" obtienen una recuperación de su poder de compra, más o menos 23 puntos, lo que equivale un aumento de 12% sobre el conjunto del periodo.

La evolución de los salarios nominales de los trabajadores "no registrados" no siguió a la de los precios. La pérdida del poder de compra es importante, ya que el índice de los precios alcanza un nivel 167,48 en 2005 y su remuneración nominal lleva finalmente al índice 136,19 (base 100 al cuarto trimestre de 2001). La remuneración de los trabajadores "no registrados" es pues, salvo raras excepciones, inferior a la de los trabajadores que tienen un empleo formal (14). Es además ahí donde se concentran los pobres y aquellos cuyo nivel de ingreso se encuentra próximo a la línea de la pobreza (15). La parte de su renta consagrada a la compra de productos alimenticios es más elevada para esta categoría de trabajadores que para los que perciben una renta más importante. El índice de precios al consumidor no es pertinente, ya que resulta de una ponderación entre los bienes que no corresponde a la estructura de sus compras. Es mejor considerar el índice de precios de los productos alimenticios. Ahora, éste último progresa más rápidamente que el índice de precios al consumidor. El índice 100 en 1999 alcanzó 181,61 en el 2005, casi 14 puntos más que el índice de precios al consumidor. Se puede deducir entonces que la caída de su poder de compra efectivo ha sido aún más importante. Es esto lo que explica que muchos trabajadores argentinos busquen compensar la disminución de su poder de compra trabajando cada vez más. Según encuestas citadas por Página 12 (24-05-2006), el 39% de la mano de obra ocupada trabaja, en promedio, 12 horas diarias.


Notas

(13) Recordemos que los años que van de 1996 a 2001 se caracterizan por una inflación nula y una situación casi deflacionaria.
(14) Lo mismo para los asalariados del sector público.
(15) Las encuestas efectuadas en 2004 ponen de manifiesto que los asalariados informales que reciben menos de 150 pesos por mes (trabajo casi gratuito), representan un 17% del conjunto de los asalariados informales, los que perciben entre 150 y 300 un 27%, aquellos que están entre 300 y 450 representan el 11%, esta proporción decrece luego a medida que los tramos salariales se elevan, a excepción no obstante del tramo de 1.000 pesos y más, que es de aproximadamente 7%. Según el INDEC, el salario medio de los trabajadores que tienen un empleo informal en julio de 2006 es de 440 pesos en promedio, es decir por debajo del salario mínimo (630 pesos) y representa el 37% del salario medio de los trabajadores que tienen un empleo formal. La brecha entre los asalariados en "blanco" y en "negro" está en su máximo histórico. Ver Página 12 ( 08-08-2006).



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