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La insignia
17 de febrero del 2007


España

Pensiones, solidaridad y negocio


Joaquín Arriola
La Insignia. España, febrero del 2007.


Los intelectuales orgánicos del capital financiero vuelven a proponer, de la mano del estratega económico del PSOE, la privatización de las pensiones. El nuevo director de la Oficina Económica de La Moncloa, David Taguas, sostiene en un número reciente de la revista Panorama Social, (2007, nº 4 ) de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), dedicado a la reforma de las pensiones en España y Latinoamérica, que la viabilidad a medio y largo plazo del vigente modelo de pensiones en España "podría incurrir en déficit" en el año 2011, o a lo sumo en el 2015, si no se introducen modificaciones de calado en su funcionamiento. Por ello, afirma que hay que introducir cambios orientados a retrasar la edad de jubilación hasta los 70 años frente a los 65 actuales, computar toda la vida laboral de los trabajadores para fijar la cuantía de las prestaciones -en la actualidad se calcula sobre los 15 últimos ejercicios en activo-, lo que reduciría su importe; y que el aumento anual de las pensiones sea inferior al de los precios, en contra de lo que garantiza ahora la ley.

Pese a todo, estas medidas no impedirían, según sus estimaciones, que el gasto en pensiones alcanzasen un nivel "insostenible" de más del 17% del PIB, y sólo retrasarían unos años, hasta el 2024 o 2046, según la velocidad y contundencia con la que se apliquen sus recomendaciones, la aparición del supuesto "déficit". En consecuencia, afirman que "debería irse hacia un modelo de capitalización individual lo más pronto posible". Firma el texto como subdirector del servicio de estudios del BBVA -el puesto que ocupaba hasta acceder a su actual despacho en la Presidencia del Gobierno- junto a María Jesús Sáez, miembro de la Intervención General de la Seguridad Social.

Una vez más, se cumple la condena a la que se ve sometida la población española, de que los responsables del diseño de la política económica sean en realidad asalariados del capital financiero. Esta hegemonía política del capital financiero, como señala en su tesis doctoral Sofía Pérez (Banking on Privilege, Cornell University Press 1997, el libro que como dijera Vicente Navarro, nunca se iba a publicar en España; y esperando estamos.), está vigente al menos desde la época de la dictadura de Primo de Rivera, y se ha profundizado precisamente en los gobiernos del PSOE, destacando las figuras de Miguel Boyer (el cual imposibilitó un mercado de alquileres a precios razonables y dio todo el poder de las hipotecas a la banca), Carlos Solchaga (responsable de haber diseñado el país en el que se podía ganar más dinero más rápidamente, o la cultura del pelotazo), Claudio Aranzadi (quien inmortalizar la frase de que la mejor política industrial es la que no existe), y fuera del ámbito ministerial y en el de consejeros áulicos, Miguel Sebastián, y ahora David Taguas, en una combinación de personajes que puede ir desde la masonería al Opus Dei, pero ligados todos ellos por su subordinación a la ideología oficial del Banco de España, es decir, a los intereses de los banqueros.

El disco financiero sobre las pensiones suena ya a rallado, sino fuera por la estulticia con que lo escucha la izquierda dominada: la sindical, metida de hoz y coz en el Pacto de Toledo y en la promoción de fondos de pensiones con derecho a cargo en el consejo de administración, y la política (IU) desaparecida del mapa de las movilizaciones y alternativas serias, responsables y radicales.

¿Hay que repetir otra vez que hablar de déficit de la seguridad social es como hablar de déficit del ministerio de defensa? ¿Hay que recordar que las pensiones del sistema contributivo las pagan los trabajadores en activo, y las no contributivas se pagan los impuestos, y por tanto se trata de un problema de decisión politica y no de técnica contable o auditoría, el decidir si el nivel de solidaridad intergeneracional tiene que aumentar, mantenerse o como proponen estos listillos de los servicios de estudios de la banca, reducirlo? ¿Es que no les da vergüenza repetir la misma cantinela a base de extrapolar unas proyecciones demográficas insostenibles, o de "olvidarse" que además de la población jubilada con derecho a pensión, también aumenta la productividad y la producción, probablemente a mayor velocidad, y que por tanto el impacto en el PIB de las pensiones contributivas ni de lejos va a alcanzar los porcentajes que manejan estos mandados?

A fin de cuentas, un sistema de capitalización, como el que proponen desde la banca, garantiza aun menos que un sistema publico de reparto la sostenibilidad. En realidad, persigue convertir a los ancianos en inversores de riesgo, pues arriesgado es colocar los ahorros de toda una vida en un fondo de pensiones que depende de la habilidad de los gestores para colocar esos dineros en fuentes de alta rentabilidad, de forma permanente y sobre todo, cuando los nuevos inversores empiecen a ser menos que los que retiran los fondos como consecuencia de haber llegado a la edad de pensionista.

En fin: son muchos millones en comisiones de gestión lo que está en juego, y como sin lucha, no hay pedagoga popular, ni tampoco alternativas, me temo que van a convencer a unos cuantos más para que se apunten al timo de los fondos de pensiones.



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