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La insignia
11 de mayo del 2006


La ley islámica


Amnistía Internacional, mayo del 2006.



Amnistía Internacional ha condenado hoy, 9 de mayo, la ejecución pública de Omar Hussein, llevada a cabo en Mogadiscio el 2 de mayo. Omar Hussein fue atado a una estaca, encapuchado y apuñalado hasta morir por el hijo de 16 años del hombre a quien el condenado había admitido haber matado a puñaladas en febrero, un anciano maestro de la escuela coránica. Omar Hussein había sido condenado a muerte por un tribunal de la sharia (ley islámica) unas horas antes. Los tribunales de la sharia en Somalia no admiten el derecho a contar con asistencia letrada o el derecho de apelación.

La ejecución violó numerosas leyes y normas internacionales relativas a la pena capital. La imposición de la pena de muerte por este tribunal y la rápida ejecución de la sentencia de esta manera tan especialmente abominable han violado el derecho de Omar Hussein a un juicio justo ante una autoridad judicial competente e independiente -incluido su derecho a una revisión judicial del caso-, y también su derecho a la vida y su derecho a no ser sometido a penas crueles, inhumanas o degradantes.

Amnistía Internacional, que hace campaña en favor de la abolición de la pena de muerte en todo el mundo, ha pedido que, en el proceso de reconstrucción del Estado desmoronado de Somalia, se ponga fin al uso de la pena de muerte. Los defensores y defensoras somalíes de los derechos humanos también han hecho campaña contra la pena capital.

En este caso de pena capital se aplicó el principio de represalia (qisas, es decir, "ojo por ojo") de la sharia, después de que, según los informes, la familia de la víctima se negara a aceptar una indemnización (diyat). El tipo de represalia aplicado en esta ocasión no tiene precedentes ni en Somalia ni en el derecho consuetudinario somalí. También es contrario al antiguo Código Penal de Somalia, que sería la base para unos procedimientos judiciales ante tribunales estatales. Se ha dicho que es la primera condena de muerte y ejecución ordenada por este tribunal de la sharia en el distrito de Bermuda, en Mogadiscio.

Amnistía Internacional considera especialmente preocupante el hecho de que el tribunal haya utilizado a un niño menor de 18 años (edad internacionalmente reconocida como comienzo de la edad adulta) para ejecutar la condena de muerte. El adolescente, que fue designado por su familia, apuñaló repetidamente al condenado en la cabeza y el cuello. Según los informes, manifestó su alegría por haber ejecutado la condena de muerte de esa manera.

Una gran multitud se reunió para presenciar la ejecución pública, y varias personas se desmayaron al ver brotar a chorros la sangre de la cabeza de Omar Hussein, cuyo cadáver quedó expuesto para que su familia lo recogiera más tarde.

Amnistía Internacional pide al presidente Abdullahi Yusuf, jefe del gobierno federal de transición de Somalia, que impida nuevas ejecuciones y que tome medidas para establecer un sistema judicial justo en todo el país como parte fundamental de la reconstrucción de Somalia.

La organización de derechos humanos también ha pedido a los tribunales islámicos, de los que hay varios en Mogadiscio, que hagan que sus procesos judiciales sean conformes con las normas y tratados reconocidos de derechos humanos, tanto internacionales como africanos. Amnistía Internacional insta a estos tribunales a que permitan el derecho de asistencia letrada, el derecho de apelación ante un tribunal superior y el derecho de los condenados a muerte a pedir clemencia.

Información complementaria

Somalia es un Estado desmoronado desde 1991. El gobierno federal de transición formado a finales de 2004 tras dos años de conversaciones de paz y reconciliación en Kenia aún no ha podido hacerse con el control de ninguna parte del país. No hay Estado de derecho ni sistema nacional de justicia. En algunas partes de Mogadiscio funcionan los tribunales islámicos. En los últimos años, estos tribunales y sus milicias han impuesto y ejecutado condenas de muerte, aunque la mayoría han sido sustituidas por indemnizaciones negociadas entre el clan de la víctima y el autor del crimen, de acuerdo con el derecho consuetudinario de Somalia.

En los últimos dos meses (e incluso en los últimos días) se han producido en Mogadiscio algunas de las luchas entre facciones más violentas de los últimos años, y en ellas han muerto decenas de civiles y miembros de las milicias de las facciones.



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