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La insignia
30 de marzo del 2006


EEUU

AI pide que se prohiban las armas Taser


Amnistía Internacional, marzo del 2006.



«[Fue] la experiencia más terrible [de mi vida]. Llegó un momento en el que fingí que había muerto, pensando [...] que así pararían.»
-Patricia Skelly, enferma mental, que recibió entre 9 y 15 descargas de armas Taser mientras estuvo bajo custodia en la cárcel y luego en el hospital.-

Amnistía Internacional ha pedido hoy a los organismos encargados de hacer cumplir la ley en Estados Unidos que suspendan el uso de las armas Taser de electrochoque hasta que se lleve a cabo una investigación independiente, rigurosa e imparcial.

La organización publicó el informe USA: Amnesty International's continuing concerns about taser use, que detalla su investigación sobre el uso de las armas Taser en Estados Unidos y expresa grave preocupación por:

· el importante incremento que se produce cada año de las muertes relacionadas con armas Taser;

· la falta de un estudio independiente y riguroso sobre los efectos que los dispositivos de electrochoque tienen para la salud;

· el hecho de que, a pesar de estas preocupaciones sobre seguridad, las armas Taser continúan utilizándose en Estados Unidos como instrumento habitual de fuerza, y no como último recurso;

· los continuos informes sobre uso excesivo de armas Taser, que en algunos casos equivale a tortura o trato cruel, inhumano o degradante.

Amnistía Internacional afirmó que, si los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley estadounidenses siguen utilizando armas Taser sólo deberían hacerlo estrictamente como sustituto de medios letales.

"El aumento del número de muertes de personas que han recibido descargas de armas Taser hace que sea más urgente que nunca la necesidad de una investigación completa, independiente y rigurosa", ha dicho Susan Lee, directora del Programa Regional para América.

Más de 150 personas han muerto en Estados Unidos tras recibir descargas de armas Taser desde junio de 2001 -sólo en 2005 el número fue de 61-, y la cifra continúa aumentando. La mayoría de los fallecidos fueron sometidos a descargas múltiples o prolongadas. Si bien en la mayoría de los casos se ha continuado atribuyendo la muerte a otros factores, como "delirio con excitación" asociado con intoxicación por drogas o lucha violenta, en 23 casos los médicos forenses han indicado el uso de armas Taser como causa de la muerte o factor que contribuyó a ella.

En tres casos de 2005 se indicó el uso de arma Taser como causa principal de la muerte.

Amnistía Internacional cree que tal vez haya más casos en los que el arma Taser no pueda descartarse como posible factor de la muerte. Estudios recientes han indicado la necesidad de investigar más los efectos adversos potenciales de las descargas de armas Taser sobre personas agitadas o bajo la influencia de drogas, o sometidas a varias descargas o a descargas prolongadas.

La constante investigación de Amnistía Internacional sobre el uso de las armas, incluido un análisis de las muertes relacionadas con el uso de armas Taser desde que se publicó el informe anterior de la organización, en noviembre de 2004, revela que la mayoría de las personas que murieron tras recibir descargas de armas Taser eran hombres desarmados que no parecían suponer una amenaza de muerte o de lesiones graves en el momento en que recibieron la descarga. El uso del arma Taser fue acompañado frecuentemente con el de dispositivos restrictivos y aerosoles químicos paralizantes. Es importante el hecho de que, según las investigaciones de la organización, la mayoría de los fallecidos sufrieron fallo cardíaco o respiratorio en el lugar de la descarga.

Los estudios realizados en el último año, desde la publicación del informe anterior de Amnistía Internacional, no han cumplido los criterios de la organización respecto a independencia, imparcialidad y exhaustividad. Su alcance y su metodología han sido limitados y se han basado en gran medida en datos proporcionados por uno de los fabricantes de las armas (Taser International) y por los propios departamentos de policía. Ninguno de estos estudios incluyó un análisis de las muertes enumeradas en los informes de Amnistía Internacional sobre el uso de las armas Taser en Estados Unidos.

"Los estudios deben ser independientes de intereses comerciales o de seguridad y sus autores ser acreditados e independientes, sin relación alguna con ningún fabricante de estos dispositivos de electroshock", ha dicho Susan Lee.

La organización expresó también su preocupación por el hecho de que los organismos estadounidenses encargados de hacer cumplir la ley siguen utilizando las armas Taser como "instrumento habitual de fuerza", no como último recurso. Algunos de estos organismos permiten el uso de armas Taser cuando alguien simplemente desobedece las órdenes de un agente.

"Es sumamente alarmante que se sigan usando armas Taser en circunstancias en que el detenido no representa una amenaza grave para los policías, la población o para sí mismo, especialmente dadas las graves dudas que suscita la seguridad de su uso", ha dicho Susan Lee. "Estas armas no deben considerarse nunca una opción de fuerza de nivel 'bajo' o 'medio'".

A Amnistía Internacional le preocupa especialmente que grupos vulnerables, como los menores, las personas discapacitadas, las embarazadas y los enfermos mentales, también sean sometidos a descargas eléctricas con armas Taser, que en algunos casos equivalen a trato cruel, inhumano o degradante o a tortura.

La organización afirmó que sigue recibiendo informes de personas sometidas a descargas de armas Taser cuando ya estaban esposadas o cuando ya les habían colocado dispositivos mecánicos de inmovilización. También ha recibido informes sobre el uso de armas Taser para controlar a alumnos indisciplinados o no dispuestos a cooperar.

Información complementaria

Las Taser son potentes armas eléctricas que utilizan más de 7.000 de los 18.000 organismos encargados de hacer cumplir la ley en Estados Unidos. Están diseñadas para incapacitar, al transmitir al cuerpo de un individuo descargas eléctricas de 50.000 voltios. Este voltaje induce espasmos musculares que inmovilizan e incapacitan al individuo, haciéndolo caer al suelo.

En noviembre de 2004, Amnistía Internacional publicó un exhaustivo informe sobre sus preocupaciones respecto al uso de armas Taser en Estados Unidos. En este informe la organización pedía que se suspendiera su uso y transferencia hasta que se realizara un estudio independiente, riguroso e imparcial.



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