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La insignia
31 de agosto del 2006


Un drama en tres actos y dos escenas finales (III)

Globalización y petrodependencia


José Ramón García Menéndez y Jesús M. Mogrovejo Monasterios (*)
La Insignia. España, agosto del 2006.


El aparente teatro del absurdo:
Cosificación de la mercancía y banalización del precio

La petroleada "mano invisible" cuyo índice señala el inestable equilibrio geoestratégico

Actualmente, y con el fin de ganar en transparencia en el mercado, los precios del crudo se establecen en función de unos pocos marcadores o crudo de referencia. Son el Brent (crudo del mar de norte) para Europa, West Texas Intermediate para Estados Unidos y resto de América y Dubai para Extremo Oriente.

El brent que sirve de referencia es el que publica Platt´s (1) bajo el titulo de Brent Dated, Hagamos un poco de historia. El crudo Brent es extraído en el Mar del Norte por la compañía Shell y se carga en barcos en el Terminal de Sullom Voe en las islas Shetland. Realmente, lo que se conoce como brent es una mezcla de crudos del mar del norte y no sólo del campo Brent. En los primeros años 1990 se negociaban más de 300 contratos al mes, esta cifra ha caído a unos diez. Actualmente, se producen del orden de 45000 barriles de petróleo diarios, por lo que existe la idea de construir una conexión con el sistema Statfjord (en la parte noruega) que aporte más volumen.

Curiosamente, el número que publica platt´s está basado en las transacciones de esos 10 cargamentos de brent "físico", y ese precio, para cargamento a entregar antes de 15 días, que se publica como "Brent Dated" o "Brent DTD", es empleado para fijar precios de una buena parte del crudo comerciado en el mundo.

Por su parte, las grandes compañías nacionales de los países productores publican unos precios oficiales a los que venden sus crudos que en muchas ocasiones están referenciados a Brent DTD. Si es cierto, como muchos aseguran, que no se están produciendo nuevos descubrimientos y que, ya en 2001, ha comenzado el declinar de la producción en el Mar del Norte, hay que preguntarse por el futuro de esta referencia para los crudos vendidos en Europa. Precisamente, la creciente estrechez del mercado físico de Brent está haciendo que se preste más atención a los mercados de futuros.

Si Brent DTD es el crudo marcador para los precios en Europa, se debe recordar que en Estados Unidos, el crudo de referencia es el West Texas Intermediate, y para el lejano oriente el crudo Dubai. La información de los cargamentos de Brent Dated es recogida por organizaciones que recopilan estos precios mientras que otras los publican. Platt´s, por ejemplo, los distribuye vía Reuters, Bloomberg, por fax, interactivamente por Internet, etc. Además de Platt´s hay otros informadores y todos los periódicos informan al día siguiente. Los contratos de compra-venta de crudo especifican no sólo qué crudo se usa para establecer un precio, sino quién lo publica y en cuál de sus publicaciones.

Como se ha indicado, actualmente, la mayor parte del crudo que se comercia se hace bajo algún tipo de contrato entre productor, generalmente la compañía nacional del país y el consumidor, normalmente una empresa refinadora. El caso de Estados Unidos, es especial ya que allí hay infinidad de pozos de pequeños productores y no sólo grandes compañías. En cualquier caso, duele predominar la existencia de un contrato. En ellos se especifican muchos detalles de la transacción: Si el crudo tiene destino libre o no, forma de pago, garantías exigidas de pago, quien hará la inspección de cantidad y calidad, etc. Si son contratos a largo plazo, se especificará también el ritmo de suministro, cómo se determinan las fechas de carga y un sinfín de detalles que permitan la puesta en práctica del mismo.

a) Precios Spot y de contrato

Sin duda, el precio juega un papel central en los contratos. Antes de la crisis de 1973-1974, los precios los fijaban las multinacionales del petróleo; después de la nacionalización que llevaron a cabo muchos gobiernos, fueron éstos los que fijaron el precio de sus crudos. Después, durante tiempo se usó como referencia el precio que fijaba Arabia Saudí para su Arabian Light. Después, los productores ligaron el precio al valor de los productos que se obtenían de él, finalmente hoy, los precios de los contratos los establecen los productores mediante una prima o descuento sobre la cotización en el mercado de un crudo de referencia tal y como lo publica alguna institución de las mencionadas.

Si la compra es puntual (spot), los precios se regirán por la oferta y demanda, sirviendo de guía esos precios publicados, Tanto en esas ventas spot como en los contratos, los precios suelen constar de cuatro elementos.

¢ Punto de venta
¢ Referencia de mercado a emplear
¢ Factor de ajuste por diferencias relativas a la calidad del crudo o punto de venta
¢ En mecanismo que diga cuáles son las fechas de las cotizaciones con las que se calcula la fórmula.

B) Cesta de la OPEP

Cuando habla de precios, la OPEP se refiere a una cesta de crudos. No todos son crudos de los países miembros, cuando acuerdan observar una banda de precios, se refiere a la medida aritmética de los precios de esos crudos. Bien es verdad que muchos de estos crudos, a su vez, tienen el precio ligado a la evolución de precio del Brent, con lo que la correlación entre la cotización Brent DTD, B-WAVE y cesta OPEP es muy alta.

En concreto, los crudos de la cesta OPEP son:

¢ Crudos de miembros de la OPEP: Arabia Ligeros d Arabia Saudí; Dubai de los Emiratos Árabes Unidos; Bonny Ligeros de Nigeria, Saharan Blend de Argelia; Minas de Indonesia; Tía Juana Ligeros de Venezuela
¢ Crudos de no miembros de la OPEP: Istmo de México.

Sobre el oligopolio de comentaristas oficiales y críticos privados de este tipo de representaciones

Hemos visto cómo la vinculación de los sistemas de precios en los mercados spot y oficiales, y la eclosión de los mercados derivados, se erigen en líneas evolutivas capitales en el mundo del petróleo; las cuales, dada la complejidad del mercado de crudo, solo han sido posibles gracias a la ampliación y profundización de los sistemas de información sobre los precios. La sofisticación de estos sistemas ha exigido el soporte organizativo de agencias especializadas: las agencias para la evaluación e información de los precios del petróleo (AEIPP).

Si se tiene en cuenta: por un lado, la heterogeneidad del crudo petrolífero, en cuanto a variedades, necesidades de transporte y condicionamientos de orden geopolítico, y en cuanto a las oportunidades que las técnica de refino crean para la sustitución entre crudos, y, por otro lado, la vinculación de los precios de los distintos mercados; es claro que la evolución de los sistemas de información tenía que moverse hacia la profesionalización y la centralización.

Por otra parte, conviene tener presente que éstas líneas evolutivas en el campo informativo han retroalimentado un proceso estructural que ha hecho posible tanto la vinculación de los precios como la copiosa irrupción del petróleo en el comercio internacional. El trabajo de las AEIPP opera, por tanto, en el sentido de mejorar la información relevante a la toma de decisiones comerciales, de homogeneizar el producto y de hacerlo mas negociable para mayor número de participantes. Por todo ello, representan un avance en la progresiva eliminación de las muchas imperfecciones del mercado de crudo.

Además de numerosas agencias de carácter regional, existen, con carácter universal, tres grandes Compañías que trabajan con soporte papel, esto es, telex o telefax (los casi exclusivamente empleados para la información con alcance contractual). Estas compañías son: Platt´s, Petroleum Aarhus y London Oil Report (LOR). Mientras, Reuters, Telerate, Bloomberg, Knight Rider y la propia Platt´s, son las más importantes de entra las que proporcionan servicios sobre pantalla en tiempo real.

Aunque la existencia de estas agencias no es reciente (2), sólo en los últimos años han pasado a convertirse en el "sistema nervioso" de lo que hoy se entiende por mercado de crudo. Dicho de otro modo, las decisiones s corto plazo se toman en los mercados derivados, spot y oficiales cada vez en mayor medida, en base a la información que los agentes reciben de las AEIPPs. Es más, el papel que las mismas desempeñan, ha sufrido en los años 80 un cambio cualitativo, puesto que, de la información que proporcionan, se viene haciendo depender, contractualmente, la vida y los resultados de muchos acuerdos comerciales. Concretamente, los datos que proporcionan las agencias mediante sus evaluaciones constituyen, en los mercados derivados, los parámetros de negociación para muchos instrumentos financieros.

El alcance contractual de la información que proporcionan las AEIPPs solo han sido posibles gracias a la confianza que los agentes de los mercados de crudo tienen en el profundo conocimiento, por parte de las mismas, del día a día de las transacciones en el mundo del petróleo. Este hecho no deja de ser sorprendente dada la dificultad de la labor que los profesionales de las AEIPPs han de realizar para convertirse en árbitros del mercado.

El procedimiento mas común para el establecimiento de evaluaciones es el de contraste de pujas (bid/offers) desde tantos ángulos como sea posible. Sin embargo, con frecuencia se dan situaciones que dejan poco margen a la objetividad. Eso ocurre cuando, por ejemplo:

" Los términos de la transacción no son preciosos
" Los mercados son estrechos
" Es difícil precisar el momento en que se realiza la transacción.

El alcance contractual del output de las AEIPPs hace relevante el momento en que se realiza la evaluación. Es por ello por lo que, para todos los precios e índices producidos por las agencias, debe especificarse el instante en que vieron la luz. Platt´s realiza una sola emisión diaria de evaluaciones, mientras que LOR y Argus realizan 5 y 3, respectivamente. Además, algunas de estas emisiones se realizan cuando las bolsas están abiertas y otras no. Esto da lugar a situaciones de riesgo para las que eventualmente se han diseñado instrumentos de cobertura.

En algunas ocasiones la relevancia de la evolución puede ser extraordinaria, de manera que de la oscilación en unos pocos céntimos de un índice llegan a depender cuantiosas sumas. Este suele ser el caso de los swap, acuerdos en los que el comprador queda indiferente por lo que se refiere a la evolución de los precios; siendo el vendedor, habitualmente un Wall Street Refiners, el que va beneficiarse o a sufrir dicha evolución. Dado que, en los últimos años, importantes volúmenes de crudo que se negocian mediante este instrumento, enormes beneficios o pérdidas se están haciendo depender decisivamente de los datos que aportan las AEIPP.

De forma, quizá no tan nítida, pero similar, se puede concluir que, en la actualidad, una buena parte de los negocios en los mercados oficiales, derivados y spot, quedan subordinados en sus resultados a evaluaciones formuladas por las AEIPPs, lo que hace patente la trascendencia financiera y económica que han alcanzado estas agencias en los últimos años. Ello es así, porque sobre las evaluaciones de ciertos relevantes precios spot, forward o futuros, descansan vía vinculaciones, una buena parte de los negocios que se realizan hoy día sobre el crudo petrolífero.

No puede extrañar, por tanto, la preocupación por las consecuencias que pudiera tener la existencia de un oligopolio de carácter informativo. Máxime cuando, por su alcance contractual, sería, de existir, mucho más que informativo. Sin embargo, junto a esa preocupación también hay razones para preferir el monopolio: Reducción de cuantiosos gastos de suscripción, facilidad administrativa para el mantenimiento de las tácticas de cobertura de riesgos y, sobre todo, la dificultad que supone, en caso contrario, para la seguridad contractual, que a la evaluación de una agencia pueda enfrentársele la de otra. Pero, frente a tales ventajas, y sin entrar en más detalles, no se puede pasar por alto el riesgo más importante de la concentración de poder en una sola agencia: tal agencia pudiera quedar sometida al arbitrio de un, o unos pocos, poderosos agentes económicos; lo que derivaría, seguramente, primero en la pérdida de confianza en el output de dicha única agencia y, como consecuencia, en la desintegración del mercado de crudo tal como hoy lo entendemos. Una solución ecléctica que empieza a adoptarse es promediar las evaluaciones de distintas agencias (3). Solución a la que se le achaca su alto coste y complejidad administrativa.

Los intentos de utilizar con alcance contractual datos distintos de los proporcionados por las AEIPPs no han cristalizado. Quizá el más importante es el establecimiento de paneles de compradores y vendedores. Sus principales inconvenientes estriban en la dificultad de encontrar una adecuada fórmula de representación y en el distanciamiento temporal de sus evaluaciones.

De cualquier forma, cualquier que sea la consideración que se quiera dar a las dificultades por las que pasa la información petrolera, no cabe duda de que ésta constituye una de las principales fuentes de transformación del mercado de crudo en la actualidad, la cual ha hecho posible su comoditización, bien que incipiente. A su vez, el proceso de comoditazación se erige en resumen y núcleo de las transformaciones del mundo del petróleo, hasta el punto que ha trastocado por completo la formación del precio en el mismo y han obligado a mutaciones estructurales por el lado de la oferta y de la demanda.


Escena tercera: la especulación en los mercados de futuros

Las formas de operar en el sector de los productos energéticos han cambiado a lo largo de las dos últimas décadas del siglo XX. Dado el carácter oligopólico del sector a nivel mundial, la capacidad de establecer el precio del petróleo y de los productos petrolíferos fue quedando cada vez más concentrada en los países donde están radicadas las casas matrices de las compañías multinacionales. Sin embargo, otros actores del mercado del petróleo han cobrado una importancia que suele pasar desapercibida, aunque sin su presencia serían inexplicables los desmesurados beneficios de las compañías petroleras multinacionales, más allá de su cuota de poder. El papel de "actores secundarios" en la economía internacional del petróleo correspondió en primer lugar a los países miembros de la OPEP, desde el momento en que decayó su importancia relativa en el comercio del petróleo y perdieron capacidad de maniobra para actuar coordinadamente. Pero coincidiendo con este declive de la OPEP, cobró fuerza un nuevo tipo de actor secundario, en principio ajeno a la producción del petróleo, constituido en torno a instituciones de intermediación conocidas con los nombres de "mercado abierto" y "mercado de futuros", las cuales empezaron a desempeñar un papel cada vez más importante, no tanto por el volumen de petróleo efectivamente comercializado, como por su capacidad de actuar como un vínculo necesario entre proveedores y consumidores para producir información sobre los precios. En el mercado abierto se realizan transacciones sobre entregas a corto plazo (cargamentos de petróleo ya cargados), mientras que en el mercado de futuros se contrata con plazos de entrega a varios meses. Ambos mercados están muy sometidos a los envites de la especulación.

Uno de los factores más decisivos en las oscilaciones del precio del petróleo es la enorme influencia que ha cobrado el sector financiero a través de los mercados de futuros y otros productos especulativos llamados genéricamente derivados. Los contratos de futuros son títulos que se negocian como si fueran acciones, sobre determinadas cantidades de hidrocarburos contratadas para entregas a plazo fijo. Los mercados de futuros comprenden toda la cesta de productos petrolíferos, desde las distintas variedades de petróleo crudo (Brent, Texas, saudí, etc.) hasta el gas natural y toda la gama de productos refinados, tales como gasolina, gasóleo, propano, etc.

En 1980 y los años sucesivos los compradores de futuros obtuvieron grandes réditos por haber contratado entregas a precios estables, en un momento de alta volatilidad del precio del petróleo en el mercado internacional. Durante los años siguientes, los contratos de futuros se multiplicaron velozmente y se extendieron a muchos otros productos, principalmente Estados Unidos y Gran Bretaña. En la actualidad más del 95% de las contrataciones mundiales de productos petrolíferos para entregas futuras se concentran en las dos principales plazas internacionales: NYMEX y el IPE.

La mayor parte del petróleo y de los productos energéticos que se negocia en los mercados de futuros nunca llega a entregarse a los compradores. Un cargamento de petróleo crudo o de combustible puede cambiar de propietario varias veces sin haber salido del puerto de origen, y muchas más en el transcurso de la travesía hasta el puerto de destino. De este modo, como a cada instante cambia el precio de referencia para la entrega de la carga, muchos especuladores pueden obtener ventajas en períodos muy breves.

La especulación no se limita a los mercados de futuros, ya que también desempeña un papel destacable en los llamados mercados abiertos, es decir, en las transacciones de petróleo crudo y de productos refinados que no circulan por los canales integrados de las compañías multinacionales. Tal mercado abierto constituye, por supuesto, una parte menor del total de los productos petrolíferos comercializados en el mundo, ya que las empresas multinacionales, muy integradas verticalmente, extraen y refinan en sus propias instalaciones la mayor parte del petróleo que se consume (4).

El mayor mercado abierto de productos refinados es el de Europa, cuya oferta de productos procede principalmente de Rusia, y Europa Oriental, con destina a Alemania, Francia, Gran Bretaña y Holanda. Este mercado se localiza en el área de los países productores del Mar del Norte, en el entorno de Ámsterdam y Londres. En este mercado abierto los cargamentos cambian varias veces de propietarios antes de llegar al comprador final, y al menos la mitad de los 50 millones de toneladas que se negocian al año no corresponde a compras reales en el mercado físico. Las mayores transacciones especulativas se realizan con el gasoil que proviene de Rusia, un producto que se revende constantemente a lo largo del trayecto.

Por lo demás, hay toda una técnica y una terminología aplicable al negocio de la especulación en los mercados de futuros petrolíferos: en primer lugar, se considera que hay dos tipos de especuladores, los miembros de los mercados de futuros, que realizan operaciones al por mayor, y los llamados especuladores externos o minoristas. Los primeros se ven favorecidos por un menor costo de las transacciones. Otra forma de clasificación es a través de la duración del riesgo que asumen en el mercado: si las posiciones especulativas se cierran al cabo de minutos, o como muchos, de horas, es especulador actúa a muy coto plazo y se denomina revendedor (scalper). Si las posiciones se cierran el mismo día de su apertura en un momento próximo al cierre de la negociación, el especulador actúa a corto plazo y recibe el nombre de day trader. Por último, si las posiciones permanecen abiertas durante períodos superiores al día, el especulador actúa a medio y largo plazo y suele denominarse position trader (5).

Los mercados de futuros petrolíferos no obligan a los participantes a comprar realmente el petróleo, sino a señar una mínima parte de su valor, con una opción de compra que es posible revender sin llegar a desembolsar el importe de toda la operación. Este mecanismo multiplica la capacidad de orientar el mercado que poseen los grandes especuladores financieros, y las compañías petroleras multinacionales, al permitir contratar entregas a plazo de enormes cantidades de petróleo que luego se transferirán a otros compradores, cuando suban los precios, sin necesidad de efectuar grandes inversiones.

Al igual que la especulación financiera, la especulación en los mercados de derivados petrolíferos es una actividad muy desreglada, tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña. En los contratos no es preciso identificar a los compradores de títulos, ni demostrar su solvencia. Basta con desembolsar entre un 5% y un 20% del valor del contrato, y es posible comprar y vender en plazos muy cortos, incluso de algunos minutos, tal como ocurre con las acciones, bonos y otros activos financieros.

No existen informaciones fiables sobre los embarques de petróleo para determinar si la oferta se ajusta en todo momento a la demanda, a fin de fijar un precio en condiciones de mercado. Según un informe publicado en The Wall Street Journal, "una red de expertos internacionales trata de determinar cuánto petróleo de la OPEP está en transito, y luego lo ajusta a las proyecciones de demanda y a las estimaciones de inventarios" pero el secretismo de este mercado es enorme y nadie sabe exactamente cuál es el margen de error de las cifras que habitualmente se manejan, con lo cual las distorsiones son la norma.

Aunque el motivo invocado para la creación de los mercados de futuros sea el de proteger a los distintos participantes en el mercado del petróleo de las oscilaciones de precios, a los mercados de futuros petrolíferos no acuden los países consumidores ni en general las grandes compañías petroleras. Si bien el volumen diario de compraventa de petróleo puede alcanzar cantidades exorbitantes, Estas instituciones no tienen una capacidad de entrega física de las mercancías que resulte eficiente para la gran industria o el abastecimientote un país.

En realidad, se estima que el 90% de los contratos que se negocian en el mercadote futuros petrolíferos sirve tanto a los intereses del capital financiero-especulativo, siempre ávido de participar en las repentina escaladas de precios, como disponen así de un mercado paralelo, que en cierto modo las libera de la ingrata tarea de tener de un mercado paralelo, que en cierto modo las libera de la ingrata tarea de tener que pronunciarse unilateralmente cuando deciden aumentar los precios.

No es extraño que los especuladores encuentren especialmente atractivo negociar con petróleo: es el producto estratégico por excelencia y, aunque no sea necesariamente escaso, está concentrado hasta tal punto en el área geográfica de los mayores conflictos geopolíticos mundiales que, incluso cuando no fuera posible anticiparlo, cualquier cambio en las relaciones internacionales puede disparar las tensiones en la zona y a la vez los precios del petróleo.

Un drama en el gran teatro de la globalización

Día con día se ajustan y delinean estrategias en la búsqueda del control del mercado de petróleo, estrategias que no escatiman acciones. El petróleo alcanzó el estatus de objeto de seguridad mundial para las grandes potencias, desde la primera guerra mundial. Cualquier zona del mundo, donde haya reservas petroleras, se puede considerar como una especie de zona sísmica que potencialmente puede ser el epicentro de hechos que agiten la economía mundial.

El Medio Oriente, por ser la zona con mayores reservas, se considera la zona de más alto riesgo y la que merece más atención. Es el escenario de múltiple acontecimientos con repercusión mundial.

Los 5 años posteriores al embargo el precio del petróleo sufrió aumentos moderados. En 1978 el precio alcanzó apenas los 13 dólares el barril. No bien las sociedades se adaptaban a los nuevos precios cuando estalló la revolución de Irán, con lo que su petróleo se retira del mercado. Irak, entonces aliado de Estados Unidos, aumentó sus cuotas de producción casi en un millón de barriles, pero aun así el precio rebasó los 30 dólares (6).

En 1979 estalló la guerra entre Irán e Irak que nuevamente bloqueó el petróleo iraquí dando como resultado la segunda gran crisis petrolera. Como consecuencia en 1980 los precios llegaron a rebasar los 40 dólares; el precio promedio fue del orden de 37 dólares el barril.

El precio del petróleo comenzó a revertirse en 1981, con la ampliación de la oferta por Arabia Saudita y los países no-OPEP. A fines de 1982 la OPEP fijó la primera cuota de producción tratando de asegurar, dicen, la estabilidad de los precios. Los precios experimentan un descenso paulatino debido a que los países no-OPEP continuaron ampliando la oferta. En 1984 Arabia Saudita incrementó su producción en 44 % y como resultado, el precio sufrió una vertiginosa caída desde 28 a 14 dólares el barril, evento denominado el contrachoque petrolero que se prolongó hasta 1986.

En 1987 el precio repuntó a 18 dólares; pero en 1988, con el fin de la guerra Irán-Irak, se normalizó la oferta del petróleo irakí y el precio revino a 14 dólares. El 2 de agosto de 1990 Irak invadió Kuwait, congelándose alrededor del 90% de la producción del petróleo kuwaití- con lo cual el precio del petróleo se disparó, dando como resultado un precio promedio en el año de alrededor de 24 dólares el barril. La respuesta a la invasión de Kuwait los países aliados encabezados por Estados Unidos, orquestaron la guerra de Irak de 1991, también conocida como la guerra del Golfo Pérsico. Los ataques de los aliados comenzaron el 17 de enero de 1991. En unas cuantas semanas la guerra revirtió el precio del petróleo y, al mismo tiempo, el control del mercado pasó a manos de los aliados; el cese al fuego se dio

El 28 de febrero de 1991La guerra del Golfo además de poner el control del mercado petrolero en manos de los países consumidores fue ocasión inmejorable para que Estados Unidos estrechara aún más sus relaciones y compromisos con Kuwait y Arabia Saudita, países que no disponen propiamente de un ejército para defender su territorio. El ejército de Estados Unidos y países aliados asumió la defensa de Arabia Saudita, Kuwait y Emiratos Árabes; el financiamiento corrió a cargo de estos últimos, amparados en su petróleo.

De hecho el apoyo militar puede ser considerado la clave del control del mercado por los países consumidores. Tras la ayuda militar de Estados Unidos y los aliados los compromisos políticos y financieros de Arabia Saudita y Kuwait aumentaron sustancialmente; entre otras cosas, la deuda externa aumentó. Saldar la respectiva deuda externa y disponer de recursos financieros para mantener y renovar su planta industrial, servicios tecnológicos, etc. requirió la disposición de mayores cantidades de divisas. Su única fuente de divisas ha sido el petróleo. Pero el incremento en los volúmenes de las exportaciones petroleras inequívocamente conduce a la saturación del mercado y a la caída de los precios, que afecta siempre a los países productores de petróleo.

En 1993 y 1994 el precio del petróleo se ubicó alrededor de 14 dólares. En 1995 repuntó un poco para situarse nuevamente entre 18 y 20 dólares. Pero luego vino la crisis financiera de México del 1995, que detonó con la devaluación del peso y que requirió una renegociación de la deuda externa y en consecuencia adicionales compromisos financieros con el FMI y la banca internacional. Para enfrentar la crisis el gobierno de México decidió aumentar sus cuotas de exportación. En 1996 las exportaciones aumentaron 16,5 %, mientras que en 1997 aumentaron 6,8 %. Estos incrementos, adicionales a los de otros países productores, trajo como consecuencia la caída de los precios del petróleo.

En 1997 las exportaciones mundiales aumentaron en promedio 1 millón 480 mil barriles por día. El 68 % correspondieron al Medio Oriente, el 12 % a la Federación Rusa, el 7,5 % a México. Evidentemente el papel del Medio Oriente fue determinante, la Federación Rusa contribuyó a recrudecer la situación, pero el papel de México en el mercado petrolero no fue nada inocuo. Ese aumento en las Exportaciones trajo consigo una de las caídas del precio más dramática en la historia del mercado petrolero, la de 1998.

La crisis de la Federación Rusa de 1998 coincidió con la caída de los precios, siendo un ejemplo elocuente de la vulnerabilidad de un país cuando sustenta su fortaleza económica en el petróleo. Las enormes reservas de petróleo y su excedente en la capacidad de producción no fueron suficientes para evitar la crisis. No fue propiamente la caída de los precios del petróleo de 1998, la causa de la crisis Financiera Rusa -de agosto del 1998-. Sin embargo si se toma en cuenta que en esa época el 61 % de la captación de divisas de la Federación Rusa tenía su origen en las exportaciones petroleras, la caída de los precios del petróleo debió haber significado una reducción en el flujo de divisas del orden del 25 %. En las condiciones de fragilidad del sistema financiero ruso, con una burocracia insaciable, una disminución en la captación de divisas de ese orden indudablemente era factor de aceleración de la crisis financiera mundial.

En 1998 los precios tocan fondo, situándose en niveles similares a los de 1976-1977. Para el petróleo de mejor colocación en el mercado, el West Texas, el promedio anual en 1998 fue de 14,4 dólares; el precio del Dubai, 12,2 dólares el barril; mientras que el precio del petróleo maya mexicano fue inferior a los 9 dólares.

Hay que remarcar que estos precios fueron prácticamente del mismo orden que los costos de producción. En estas condiciones los márgenes de beneficio eran sumamente reducidos y en algunos casos no lo había. Para tener una referencia, en 1999, los precios de producción oscilaban entre 5 y 10 dólares por barril en Rusia, Indonesia y México; entre 7 y 12 dólares en el Mar de Norte; entre 3 y 10 dólares en Estados Unidos y Canadá; mientras que en el caso del Medio Oriente, oscilaban entre 1 y 5 dólares. Aun en Medio Oriente esta situación era insostenible, justamente porque sustentan sus finazas exclusivamente en el petróleo.

El 23 de marzo de 1998 en Riyad, México, Venezuela y Arabia Saudita acordaron un pacto en el cual los tres países decidían reducir sus exportaciones petroleras, con el fin de revertir la vertiginosa caída del precio del petróleo. Tras esta declaratoria, 11 países de la OPEP más Noruega, acordaron una disminución en la producción, de 1 millón 245 mil barriles de crudo por día (b/d), entre abril del 98 y el ultimo del año. Arabia Saudita redujo su producción en 300 mil barriles por día, Argelia 50 mil, Emiratos Árabes Unidos 125 mil, Indonesia 70 mil, Irán 140 mil, Kuwait 125 mil, Libia 80 mil, Nigeria 125 mil, Qatar 30 mil, y Venezuela 200 mil b/d. Adicionalmente Noruega anunció una reducción de 100 mil barriles por día en la medida del cumplimiento de los otros países.

En 1999 el precio experimentó un nuevo repunte, el precio promedio del año es del orden de los 18 dólares. Tal repunte fue resultado de la contracción del mercado. El Medio Oriente logró reducir sus exportaciones en 460 mil b/d, México participó en esta contracción reduciendo sus exportaciones en 80 mil b/d. En el 2000 continuó aumentando el precio del petróleo, alcanzando un promedio del orden de los 28 dólares. Puede interpretarse que esto aún fue consecuencia de la reducción de las exportaciones del año anterior. Sin embargo, a pesar de la contracción de las exportaciones de México, Venezuela, Arabia Saudita, y Noruega, las exportaciones mundiales aumentaron más de 3 % por año.

En el 2001 la tendencia ascendente se frenó, el precio promedio descendió a 24 dólares y la demanda de petróleo disminuyó 0,2 %. Influyeron, sin duda, los atentados a las Torres Gemelas del 2001, que provocaron una drástica disminución en los viajes aéreos y por ende en la demanda de combustibles. El efecto de los atentados se prolongó unos cuantos meses con precios entre 18 y 22 dólares. Los precios del barril recuperaron su nivel siete meses después, en abril del 2002. Aun así el precio promedio del año fue ligeramente superior al del 2001.

Los atentados a las Torres Gemelas no fueron los únicos eventos del año. En respuesta a esto se sucedieron los bombardeos a Afganistán, que los medios registraron como la guerra de Afganistán. Contrariamente a lo esperado, los precios se estabilizaron aproximadamente en 25 dólares, después de la guerra. Durante el resto del año se sucedieron múltiples perturbaciones en los precios, terminando el 2002 aproximadamente en 30 dólares el barril.

En el 2003 el precio promedio del petróleo fue del orden de 29 dólares, del mismo orden que el año 2000. El precio indiscutiblemente estuvo asociado al recrudecimiento de la situación en Medio Oriente. De noviembre del 2002 a marzo del 2003 en forma gradual paso de 24 a 34 dólares. Los precios experimentan una caída brusca con el entallamiento de guerra en Irak el 19 de marzo, regresando a 25 dólares.

Ante la opinión publica aparentemente el móvil de las guerras es evitar la elevación en los precios; en el plano declarativo esta es la versión que predomina. Pero las cosas no son tan simples ni tan directas.

Las guerras en las que se reducen los volúmenes mundiales de petróleo en el mercado, los precios aumentan; tal fue el caso de la guerra de Kippur y la revolución de Irán. En el caso de la guerra entre Irán e Irak, los volúmenes mundiales no se redujeron; Arabia Saudita jugó por primera vez el papel de válvula de seguridad, aumentando sus cuotas de producción.

En el caso de la primera guerra de Irak, con la invasión de Kuwait se bloqueó la producción de Kuwait y esto trajo como consecuencia la elevación temporal de los precios, que se revirtió con el aumento en la producción, de los países productores aliados, encabezados por Arabia Saudita. Esto coincidió o se hizo coincidir con el estallamiento de la guerra de Irak, reforzando la idea de que la guerra es un instrumento para contener o bajar los precios. Si la guerra fuera un instrumento para mantener precios bajos, tanto la guerra en Afganistán a fines del 2001, como la de Irak del 2003, ponen en duda la efectividad de tal instrumento, puesto que en ambos casos los precios moderados duraron tan sólo unos meses.

Notablemente, para los Estados Unidos, y en especial para las compañías petroleras americanas -Exxon-Mobil, Chevron-Texaco, Conoco-Phillips Petroleum, Amoco-Arco y Marathon- más que precios bajos interesa el control del mercado. En un momento de declinación aparente de una fracción de las reservas de petróleo de los Estados Unidos, es muy dudoso que interesen precios bajos. La guerra pretende siempre una ruptura en el estado de cosas que, en el caso de las guerras del petróleo, sin duda va más allá del control de precios.


Notas

(1) Organización dedicada a informar de los mercados de materias primas.
(2) Data en el caso de Platt´s de 1924
(3) Las compañías comerciales Japonesas, sogo sosa, vienen promediando índices de Platt´s y Argus, al 50%.
(4) El mercado físico de petróleo crudo, en oposición al mercado de futuros, incluye tres formas de circulación del petróleo desde los yacimientos hasta las refinerías: la mayor parte fluye por los canales integrados de las empresas multinacionales, otra parte se contrata entre productores y consumidores a medio plazo a través de los contratos de abastecimiento a plazo, y, por último, el llamado mercado abierto, al que acceden las empresas petroleras y las refinerías más pequeñas.
(5) GIORDANO Eduardo (2003) las guerras del petróleo, Pág. 65



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