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20 de octubre del 2005 |
UGT. España, octubre del 2005.
Europa está jugándose su credibilidad en las relaciones comerciales. La tensa disputa interna que la Unión mantiene en torno al recorte de los subsidios a la agricultura amenaza gravemente su posición en la fase final de la ronda de Doha sobre la liberalización de los mercados mundiales. Las discrepancias, especialmente agudas entre el Gobierno francés y el comisario británico de Comercio, Peter Mandelson, quedaron ayer patentes durante un consejo extraordinario de ministros de Exteriores que apenas consiguió atemperar, ni mucho menos disimular, la cada vez más agria disputa.
La reunión era muy difícil de entrada. Se trataba de acercar posiciones en un asunto en el que Francia y los demás países mediterráneos se juegan el futuro de los millones de familias que hoy viven de las generosas subvenciones europeas al campo. Los gobiernos de París y de otros trece países socios habían suscrito una carta de queja contra las "excesivas concesiones" de Peter Mandelson ante la OMC, sustanciadas en la oferta de recortes de hasta el 70% en los subsidios agrarios. El comisario de Comercio había insistido, y ayer lo reiteró, en que siempre se ha atenido al mandato de negociación o conjunto de indicaciones y límites que los Veinticinco le dieron en su momento para las conversaciones de la ronda de Doha. París logró arrancar un compromiso conjunto - Estados y Comisión- que obligará a Mandelson a informar y dar explicaciones a los Veinticinco de sus intervenciones en las negociaciones dentro de la OMC de manera "sistemática". Pero Francia y en menor medida los otros trece socios críticos con la política del comisario no lograron su objetivo inicial de atarle más en corto. El ministro galo, Philippe Douste-Blazy, abogó por la formación de un comité de expertos que escrutara con carácter previo las iniciativas que Bruselas hubiera de exponer en cada sesión negociadora, lo que habría obligado a Mandelson a consultar a priori a los Veinticinco antes de formular cualquier proposición controvertible. Al final, los ministros se limitaron a "reforzar" los mecanismos de consulta ya establecidos entre Comisión y socios, si bien dejaron abierta la posibilidad de recurrir a lo que de modo ambiguo denominaron "análisis técnicos": resorte que Francia podría utilizar para frenar ofertas de Mandelson que juzgue demasiado generosas. En mitad de la discusión, y cuando todavía no estaba claro si la propuesta francesa prosperaría, el comisario puso pie en pared y dijo que la pretensión de París resultaba "inaceptable" por cuanto podría implicar "un bloqueo" de la ronda cuando quedan dos meses para la cita clave de la cumbre ministerial de diciembre en Hong Kong. Al final de la reunión, Mandelson proclamó su triunfo y "total satisfacción" por lo que juzgó como "pleno respaldo" del Consejo a la Comisión en sus gestiones en la OMC. Tras insistir en la necesidad de que la UE "no se centre sólo en la agricultura" y atienda a los intereses de los sectores industrial y de servicios, el comisario no se privó de destacar la "falta de cohesión" en el grupo de socios liderado por Francia. El ministro galo dijo por su parte que la última oferta presentada por Bruselas ante la OMC pone en peligro el futuro de producciones agrarias muy "sensibles" como el azúcar, el tomate y el vacuno, al aceptar Mandelson reducciones arancelarias demasiado altas. Eso en opinión de París, pues para Washington las ofertas de la UE en estos sectores y en la agricultura en general siguen quedándose cortas. El español Miguel Ángel Moratinos afirmó que habría que "marcar bien el mandato a Mandelson para no llevarnos sorpresas al final". No será fácil. |
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