El borrador de REACH que se está debatiendo en este momento se ha visto desvirtuado por la presión de la industria química. De hecho, en las votaciones de este mismo texto en las Comisiones de Industria y de Mercado Interior primaron los intereses económicos de la industria química frente a la protección de la salud pública y el medio ambiente.

"Esta votación trae el REACH más cerca de la propuesta original de la Comisión, aunque dificulta la identificación de potenciales tóxicos, dejando a miles de sustancias químicas sin datos de toxicidad básicos. En este momento el juego político queda abierto. No nos olvidemos que el Partido Popular Europeo ya ha declarado que va a hacer "todo lo posible" para evitar que el informe respaldado por la Comisión de Medio Ambiente sea aprobado por en el pleno del Parlamento europeo", ha afirmado Vicente Moreno, responsable de la campaña de tóxicos de Ecologistas en Acción.

Estos meses son decisivos para la redacción final del reglamento REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas) que regirá la política europea sobre sustancias químicas. España, como Estado miembro de la Unión Europea, debe definir su postura respecto a cómo se deberían gestionar las sustancias químicas más peligrosas.

La industria química, en su intento por mantener el status quo, está presionando a los gobiernos para que REACH debilite el principio de sustitución y siga incorporando la posibilidad de usar sustancias químicas peligrosas. Por eso, nos encontramos con que los parlamentarios socialistas votan propuestas contrarias dependiendo de si están en la Comisión de Medio Ambiente y Salud Pública o en la de Industria. En noviembre, el Parlamento europeo votará en pleno el texto definitivo.

Actualmente sufrimos una crisis química que está provocando graves problemas en el medio ambiente y en la salud. La presencia y dispersión generalizada de tóxicos peligrosos en los productos de uso cotidiano (cosmética, textiles, aparatos electrónicos, productos de limpieza, juguetes, etc.) provoca que estemos constantemente expuestos a estas sustancias y nuestros cuerpos estén contaminados. Esto ha provocado un incremento de la incidencia de ciertas enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico y reproductor (cánceres, asma, alergias).