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18 de noviembre del 2005


UE

Reach: Un acuerdo insuficiente


Ecologistas en Acción. España, noviembre del 2005.



Ecologistas en Acción, Greenpeace, WWF/Adena y Amigos de la Tierra reconocen el importante paso dado por el Parlamento europeo para la sustitución de las sustancias químicas peligrosas por alternativas más seguras, pero lamentan que los europarlamentarios hayan eximido miles de sustancias químicas de la obligatoriedad de proporcionar cualquier información sanitaria y de seguridad.

El Parlamento europeo ha apoyado la obligación de sustituir las sustancias químicas peligrosas por alternativas más seguras cuando estas se encuentren disponibles (el "principio de sustitución"), enviando así un claro mensaje a todos los ministros de los gobiernos nacionales que habrán de tomar una decisión sobre REACH. Este requisito es esencial para acabar con la acumulación progresiva de sustancias químicas peligrosas en nuestros cuerpos y en el medio ambiente.

Sin embargo, las organizaciones advierten que lo acordado hoy respecto a la información básica de seguridad que debe ser proporcionada, imposibilitará la identificación y sustitución sistemáticas de las sustancias más peligrosas, uno de los principales objetivos de REACH. El texto aprobado hoy no permitirá obtener información básica de los impactos sanitarios y ambientales para el 90% de las sustancias químicas.

De este modo las organizaciones condenan la decisión de debilitar de forma severa los requisitos mínimos de datos de seguridad para todas las sustancias químicas que estarán bajo el reglamento REACH.

Una legislación REACH basada en estos términos no proporcionará la protección sanitaria y medio ambiental que la ciudadanía necesita, pues dejará miles de sustancias químicas sin información básica sobre toxicidad y obstaculizará así la identificación de sustancias químicas peligrosas como, por ejemplo, los disruptores endocrinos.

El Consejo de Ministros tiene la oportunidad de fortalecer la legislación -cuando el Consejo de Competitividad se reúna en Bruselas-, asegurándose de que la legislación posibilitará tanto la identificación como la sustitución de las sustancias más peligrosas. Se trata de una oportunidad única para proteger a las personas y al medio ambiente y por lo tanto no puede ser sacrificado a costa de los intereses particulares y a corto plazo de las grandes industrias químicas.



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