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16 de marzo del 2005 |
Felipe Romero
La pretensión de los psicólogos españoles de ser reconocidos como profesionales sanitarios responde a muchos factores. El más obvio, que se trata de una acción corporativa destinada a defender objetivos gremiales. Por otra parte, implica dar respuesta a una demanda social que está siendo utilizada por la sanidad privada con objeto de diferenciarse y aportar "valor añadido" a sus usuarios: de hecho, la traducción inmediata de considerar al psicólogo profesional sanitario es considerar a la psicología como especialidad en la sanidad pública.
Sin embargo, puede rastrearse más allá. El siglo pasado, siglo de totalitarismos, siglo de la expansión de los medios de formación de masas es, a la vez, el siglo de la psicologización, un paso adelante en el individualismo. Del mismo modo que la historia de los dos últimos siglos se ha descrito como la conquista de los derechos políticos y civiles para llegar finalmente los sociales, se puede observar un proceso que lleva de la definición del individuo como sujeto político (sobre el que se sustenta el principal derecho político, el derecho al voto) a la explosión de la atención al yo. Algunos de los vectores que favorecieron el paso del individualismo como ideología legitimadora de la democracia liberal al psicologicismo como forma de vida fueron (varios de estos vectores están recogidos de una conferencia pronunciada por Fernando Alvarez-Uría):
-El nacimiento de la cultura psicológica, a principios de siglo con Freud. La descripción de una realidad psicológica compleja, no completamente accesible a la introspección, objeto de estudio y que explica el comportamiento individual abre un espacio nuevo, el espacio del yo, que debe ser descubierto y colonizado, de la mano de los expertos guías que son los psicoanalistas. Con estos tres vectores (sin duda, con otros muchos también) la atención se desplaza hacia el yo, peculiar, propio, no compartido, de difícil acceso y de enorme importancia. El "conócete a ti mismo" se traduce en un angustioso "búscate a ti mismo". Búsqueda pretenciosa en pos de una cáscara vacía, asociada a una actitud introspectiva propia de las clases burguesas, que supone además una renuncia al ser político aristotélico, al espacio público de participación, convivencia y realización. La consciencia, puro fluir, incapaz de cristalizar en un objeto que pueda darse por descubierto, nunca será lo suficientemente estática para darla por conquistada. Y los contenidos que inundan la consciencia, facilitados siempre por el entorno, no pueden entenderse como las reflexiones particulares, originales y propias de un yo creador. Mientras, el capitalismo encuentra un nuevo espacio de inversión, una nueva frontera, un nuevo mercado, una nueva necesidad a cubrir: el bienestar psicológico inalcanzable del descubrir "como es uno". Los socialdemócratas desean establecer la bandera del estatalismo en el nuevo territorio descubierto: facilitar al pueblo la colonización del terreno desconocido de la psique, garantizando la cobertura psicológica que nos proveerá de la utopía bobona de la "autorrealización". Sea, por tanto, a través de la vía liberal o de la estatal, en este entorno los profesionales de la guía, los psicólogos, tienen la demanda asegurada: una demanda infinita, que nunca podrá ser satisfecha, ya que la búsqueda hacia dentro no lleva más que a un agujero negro. |
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