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11 de junio del 2005 |
El caso de Julián Gómez Ortiz Amnistía Internacional, junio del 2005.
Feliciano Julián Gómez Ortiz fue detenido sin cargos y, según los informes,
torturado por cuatro agentes de la Policía Ministerial en el municipio de
Tlaxiaco, estado de Oaxaca. Más tarde fue puesto en libertad y amenazado de
muerte si decía que lo habían torturado. Amnistía Internacional siente
preocupación por su seguridad y la de su familia.
El 2 de junio, hacia las diez y media de la mañana, un automóvil blanco con cuatro hombres en su interior aparcó cerca del garaje en el que Feliciano Julián Gómez Ortiz trabaja en Tlaxiaco. Según los informes, tres de los hombres salieron del vehículo y dos se acercaron a Feliciano Julián Gómez y, al parecer, le dijeron: "hijo de la chingada, tú sabes en dónde está la mercancía que andamos buscando". A continuación, según indican los informes, le propinaron un puñetazo en la nariz y la boca y le dijeron: "pendejo, te vamos a romper la madre". Luego lo metieron en el automóvil y lo llevaron a la Comandancia de la Policía Ministerial de Tlaxiaco. Según los informes, su esposa presenció el incidente. En la comisaría, a Feliciano Julián Gómez Ortiz lo esposaron y le vendaron los ojos. Lo amenazaron de muerte si no revelaba el paradero de la mercancía que la policía buscaba. Según los informes, le pusieron una bolsa de nailon sobre la cara durante más o menos un minuto, para provocarle la asfixia. Lo repitieron dos veces más, a pesar de que Feliciano Gómez no sabía qué buscaban. La esposa de Feliciano Julián Gómez Ortiz, Esperanza Sánchez López, también fue llevada a la comisaría e interrogada, mientras su hijo esperaba fuera. Según los informes, la policía pronto se dio cuenta de que Feliciano Gómez no era la persona que buscaban. Entonces lo dejaron en libertad, pero lo amenazaron diciendo: "Te tenemos bien identificado y, si dices lo que te hicimos, te vamos a matar, así que más vale que te calles la boca porque la próxima vez te vamos a meter en el río y te vamos a meter toques eléctricos". . El 3 de junio, Feliciano Julián Gómez Ortiz presentó una denuncia ante el agente del Ministerio Público de Tlaxiaco, Oaxaca. Sin embargo, las autoridades, según los informes, trataron de demorar su ratificación, minando potencialmente la investigación. Se presentó otra denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos del estado. Información complementaria La tortura y los malos tratos son práctica generalizada en México. Amnistía Internacional ha documentado numerosos casos de detenidos que han sido torturados para obligarlos a confesar delitos. Las denuncias de tortura sólo pueden ser investigadas por las fiscalías, aunque los presuntos torturadores puedan ser funcionarios que trabajan en la propia fiscalía, como es el caso de la Policía Ministerial. Así, testigos y denunciantes son susceptibles de ser intimidados, y los torturadores casi siempre eluden el procesamiento. |
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