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La insignia
7 de junio del 2005


Guinea Ecuatorial

Un juicio con demasiados defectos


Amnistía Internacional, junio del 2005.



La detención, juicio y encarcelamiento de los presuntos "mercenarios" acusados de conspirar para cometer un golpe de Estado en Guinea Ecuatorial el año pasado estuvieron plagados de violaciones de derechos humanos, ha declarado hoy Amnistía Internacional al dar a conocer un nuevo informe titulado Guinea Ecuatorial: Un juicio con demasiados defectos (Índice AI: AFR 24/005/2005).

El informe expone con detalle todo el espectro de violaciones de derechos humanos que se cometieron durante el descubrimiento y enjuiciamiento de la presunta conspiración para cometer un golpe de Estado contra el presidente de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguema, supuestamente financiado por varios empresarios británicos, entre ellos Mark Thatcher.

"Todas las personas -incluidas las acusadas de 'actividad mercenaria'- tienen derecho a un juicio justo y a que se protejan sus derechos, incluidos el derecho a la presunción de inocencia mientras no se demuestre su culpabilidad, y el derecho a no ser sometido a tortura ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes. Estos derechos se violaron flagrantemente en este caso," ha declarado Kolawole Olaniyan, director del Programa de África de Amnistía Internacional.

Las conclusiones del informe se basan en la observación del juicio, que duró tres meses, realizada por los delegados de Amnistía Internacional.

"No se presentó en el juicio ninguna prueba que corroborase las acusaciones formuladas contra los acusados, y el tribunal ignoró en reiteradas ocasiones las denuncias de que los procesados habían sido torturados en los interrogatorios para obtener confesiones," afirma Kolawole Olaniyan.

"El tribunal parecía muchas veces más interesado en recabar información para otro pleito civil iniciado por el gobierno de Guinea Ecuatorial contra varios empresarios británicos a los que acusaba de financiar el presunto golpe que en hacer justicia."

Entre otras recomendaciones, Amnistía Internacional pide al gobierno que garantice una vista inmediata y justa de la apelación presentada por los abogados defensores, y que todas las denuncias de tortura y de otras violaciones de derechos humanos se investiguen sin demora y exhaustivamente, así como que los presuntos autores comparezcan ante la justicia.

Las denuncias de torturas incluyen el caso de Gerhard Eugen Merz, ciudadano alemán detenido el 8 de marzo de 2004, que murió unos diez días después de su detención. Varios procesados sudafricanos declararon ante el tribunal que Merz había muerto delante de ellos, tras haber sido sometido a brutales torturas, que incluían quemaduras con un encendedor en la espalda y los pies.

Información complementaria

Desde que el presidente Obiang Nguema llegó al poder en 1979, Amnistía Internacional ha documentado más de una decena de acusaciones de tentativas de golpe de Estado. Habitualmente, el anuncio del descubrimiento de un golpe de Estado fallido va seguido de una oleada de detenciones acompañadas de torturas y juicios injustos. Las autoridades apenas presentan pruebas ante los tribunales para corroborar las acusaciones, que se basan a menudo en confesiones obtenidas de los acusados bajo tortura. Hasta hace poco, la mayoría de estos casos han pasado desapercibidos para la comunidad internacional.

En el 2004 hubo al menos tres presuntos intentos de golpe de Estado que desembocaron en la detención de unas 200 personas. La mayoría de los detenidos sigue en prisión sin cargos ni juicio; muchos de ellos son considerados aspirantes al poder y, por tanto, una amenaza para el gobierno del presidente Obiang Nguema.

En la primera semana de diciembre de 2004, un consejo de guerra juzgó a cuatro hombres y una mujer, a los que declaró culpables de traición, "terrorismo" y espionaje y condenó a penas de entre 22 y 26 años de prisión. Los informes indican que los cinco procesados sufrieron torturas brutales y que varios miembros de las fuerzas de seguridad violaron a la mujer.



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