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La insignia
17 de julio del 2005


Jersey: La Europa que no conocemos


Juan Hernández Vigueras
Attac-Madrid. España, julio del 2005.


Durante el Foro Social Europeo de Londres, en el taller sobre tributación y globalización, Rose Pestana, de Attac-Jersey, nos contó la realidad de los paraísos fiscales, que no son precisamente paraísos para sus gentes.

Para los lectores de prensa, Jersey aparece asociada a la gran estafa de Gescartera y a las pensiones extraordinarias ilegales de los ex consejeros del BBV, porque ambas entidades disponían allí de sociedades offshore, instrumentales para sus operaciones financieras y delictivas. Unos casos que perjudicaron a los pequeños ahorradores y de los cuales los culpables, muchos años después, siguen sin ser juzgados.

De Jersey se habló mucho durante el Foro Social Europeo de Londres, en octubre del 2004, sin que se reflejara en la prensa. Los participantes en un taller sobre tributación y globalización pudimos escuchar en vivo y en directo a Rose Pestana, una sindicalista de Attac, nacida y residente en Jersey, que nos contó un relato sobre la realidad de esa otra Europa que no conocemos: la de las islas y enclaves notorios paraísos fiscales, que no son precisamente paraísos para sus gentes, sometidas a las oligarquías locales bajo regímenes nada democráticos.

La isla británica de Jersey, situada en el Canal de la Mancha, dista sólo unos veinte kilómetros de las costas francesas de Normandía, en la bella bahía del Monte Saint Michel. Al parecer, en un tratado medieval francobritánico se olvidaron de esta isla, que quedó bajo dominio inglés con un estatus tan singular como Dependencia de la Corona británica, que ni se considera parte del Reino Unido ni forma parte de la Unión Europea.

Aunque desde las playas de Jersey se contempla el continente europeo, los isleños del Canal portan en sus pasaportes un sello que dice que no tienen derecho a residir ni a trabajar en los países de la Unión Europea.

Nos contaba ésta sindicalista miembro de Attac que su madre, nacida francesa y nacionalizada británica al casarse en la isla de Jersey, también lleva ese sello en su pasaporte que le dice que no tiene derecho a residir ni a trabajar en la UE. Es el caso de aproximadamente unas 4500 personas que, como los demás habitantes, son consideradas de nacionalidad británicas pero no pertenecientes al Reino Unido ni tampoco ciudadanos de la Unión, pese a los acuerdos especiales de la isla con la UE.

La realidad es que Jersey viene a ser un protectorado del Reino Unido que, sin embargo, quiere ignorar lo que allí sucede, decía Rose. Eso sí: es el Reino Unido el que permite a los Grandes Negocios que utilicen la Isla como paraíso fiscal vinculado a la City de Londres. El Reino Unido hace algo así como la vista gorda frente a los ciudadanos que reclaman que se les devuelva la Isla, de la que se han apoderado la gran Banca y las grandes Corporaciones, convertida en "la Roca" de los multimillonarios.

A Rose, lo del libre comercio le sonaba a chiste, teniendo en cuenta que se ha desarrollado un centro financiero offshore, para no residentes, que ante todo se va librando de los pobres. Porque en ese paraíso fiscal donde los ricos esconden sus fortunas, evadiéndolas frente al fisco de sus países, donde el dinero circula en grandes magnitudes, los que no son ricos lo tienen cada vez más difícil. El coste de vida en Jersey es un 17 % superior al del Reino Unido; y la propia información oficial atestigua que los precios de los productos alimenticios están aún por encima. Junto al paro, los bajos salarios, la escasez de viviendas y su carestía, los pensionistas locales tienen que pagar el médico y el dentista. Según se dice en la isla, allí viven "los que no tienen" (the "have nots") y "los que tienen yates" ( the "have yachts").

Todo esto -decía Rose Pestana en el taller del Foro Social Europeo- es lo que intenta denunciar el grupo local de activistas de Attac, buscando unir fuerzas con los otros Attac en el Reino Unido, las ONG y los principales sindicatos, conscientes de que el creciente poder de las finanzas globalizadas va restando poder a los ciudadanos.



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