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La insignia
11 de julio del 2005


Ecuador

Un orden internacional más justo (IV)


Elaboración: Franklin Canelos, Oswaldo Padilla,
Fander Falconí y Alberto Acosta.
La Insignia. Ecuador, marzo del 2005.


Algunas propuestas sectoriales

No se trata de hacer una simple lista de posibilidades aisladas. Lo que se pretende es analizar la realidad en cada fragmento de la deuda para que desde la "sociedad civil" se presenten opciones alternativas a las estrategias dominantes. Tampoco se quiere plantear sugerencias en el campo de lo posible, esa no es la tarea de la "sociedad civil", pues, en realidad, las fuerzas de la sociedad no son ni pueden ser simples cajas de resonancia del pragmatismo oficial, sino que deben proponer la construcción de nuevos caminos. Si esas opciones aparecen como inviables es porque el dogmatismo reinante, al servicio de los intereses globales o nacionales, no quiere cambios radicales, que son necesarios en todos los ámbitos de la vida humana.

Por eso, sin perder de vista la necesidad de una estrategia global, que conduzca a acciones globales, se precisa de claridad para entender lo que se podría hacer en cada tramo de la deuda. Es más, hay que conocer todas las posibles opciones existentes, las que, en un momento dado, podrían integrarse en una suerte de mezcla virtuosa para enfrentar con creatividad el tema de la deuda externa:

Deuda comercial

-Moratoria, casi siempre como resultado de la incapacidad de pago y no como una herramienta activa. Esto debe cambiar. A la moratoria hay que llegar antes de que se produzca la debacle, cuando ésta tenga la fuerza de la amenaza para presionar a los acreedores y como una opción que anticipe el fracaso que se avecina por efectos de la misma deuda.
-Recompra de la deuda con un remate al revés, p.e.: precio fijo de 10%.
-Emisión de nuevos bonos con períodos de vencimiento más largos -de 50 a 60 años- y que incluyan un lapso de gracia que permita la reactivación y recuperación estructural, que no podría ser inferior a 10 años.

Deuda multilateral

-Moratoria.
-Una condonación masiva y una recapitalización de los organismos multilaterales: reformulación integral del papel y del funcionamiento de dichos organismos.
-Sensibilizar a los grandes acreedores para incidir en los organismos multilaterales: compartir la carga.
-Renegociación masiva de los préstamos multilaterales.
-Flexibilizar los requisitos impuestos en el Programa de Países Pobres Altamente Endeudados para incorporar a nuevos países sin las duras condiciones que se imponen en este programa.
La idea es examinar, no simplemente desde el nivel de pobreza de un país, medible a través de indicadores impuestos por los países ricos, sino enfocar sus potencialidades de desarrollo actualmente frenadas, entre otras cosas, por el peso de la deuda externa y por las políticas económicas que la renegociación de la deuda imponen. Deuda bilateral

-Moratoria.
-Condonaciones totales sin condiciones.
-Condonación total de deuda por parte de estos acreedores a cambio de un compromiso estatal destinado a proteger el medioambiente: los bosques amazónicos, manglares, las Islas Galápagos, los páramos. Este podría ser un compromiso histórico de alcance mundial, en el cual estarían involucrados los gobiernos de las dos partes y por supuesto las comunidades de las regiones mencionadas.
Esta propuesta podría complementarse con la constitución de un Fondo ecológico destinado a revertir los destrozos causados por los países industrializados. Este fondo se financiaría con el servicio parcial de los Bonos Global entregados por parte de los tenedores de los países acreedores a dicho fondo, a cambio de un descuento en el pago de su impuesto a la renta en sus países de origen.
Con esta propuesta no se esta reconociendo una deuda corrupta y muchas veces pagada. Lo que se quiere es salir del entrampamiento y proponer una solución que podría cristalizarse antes de las otras propuestas globales, impidiendo que en el interim se siga destrozando la Amazonía, por ejemplo.


4. Propuestas de mayor contundencia

Moratoria

En este escenario aparece con fuerza la moratoria o suspensión temporal de pagos, ya no como resultado de la incapacidad de pago. Puede ser una demostración contestataria y no sólo una necesidad ante la incapacidad de pago.

En la mesa de negociación la moratoria, como parte de una agenda de múltiples opciones, puede ser un argumento para presionar por mejores condiciones.

Sería mucho mejor una moratoria concertada al menos con un grupo significativo de países deudores y acreedores, o mejor aún con todos. Pero, si esto no es posible, no hay que temer a la moratoria. Esta podría ser una oportunidad histórica para resolver el problema si es que existe una estrategia clara, de lo contrario los riesgos son enormes.

Una suspensión o disminución del servicio de la deuda no obvia en ningún caso la necesidad de readecuar y reajustar casa adentro las economías, en particular el aparato productivo y naturalmente, como aspecto básico, los esquemas de distribución de la riqueza y los ingresos.

Una reforma fiscal integral -ingresos y egresos-, que no descuide la cuestión de la deuda interna y de la deuda externa privada, es una de las tareas básicas para enfrentar con éxito una moratoria.

La moratoria cobraría fuerza si los países deudores se uniesen e impulsasen la constitución de una suerte de club de deudores. Incluso una posición de no pago indefinida podría tener mayor viabilidad si los deudores forman un frente común.

Condonación

Con apoyo de la "sociedad civil" del norte se debe exigir una condonación parcial (o total) de la deuda externa, considerando varios factores:

1. Si las condiciones del endeudamiento estuviesen relacionadas con la capacidad de pago, la deuda externa debería ser sustancialmente menor. La diferencia existente entre deuda "actual" y deuda "real" significa que la prima de riesgo que le han gravado a los países ha sido excesiva, y denota una clara corresponsabilidad de los acreedores externos en la concesión de los créditos. Esto no exime la responsabilidad de los gobiernos y funcionarios en elos países subdesarrollados, que no han ejercitado un manejo coherente en términos económicos y financieros de la deuda.

2. La cantidad de recursos que deberían asignarse a la deuda provoca que se siga en una senda de constante endeudamiento (deuda para pagar deuda) y a su vez provoca que se destinen menos recursos hacia inversiones sostenibles. Esto pone en riesgo la viabilidad futura de dichos países del sur.

3. La situación actual de endeudamiento de América Latina, que también ha sufrido situaciones emergentes como desastres naturales, conflictos bélicos, caída de los precios de los principales productos de exportación, ponen a la región en una opción: plantear una condonación parcial o total de la deuda, y al mismo tiempo acceder a un cambio de su posición deudora en el escenario internacional.

4. En el norte debería haber la suficiente conciencia de que la ola migratoria desde el sur es causa directa del sobreendeudamiento de los países empobrecidos por la deuda. La emigración, en Ecuador por ejemplo, se desató por una crisis compleja, que tiene que ver, entre cosas, con el fracaso del modelo neoliberal, en el cual una de sus causales es la deuda externa.



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