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7 de enero del 2004 |
Ricardo III
William Shakespeare
Acto tercero
Escena III (Pomfret. Ante el castillo) Entra Ratcliff, con alabarderos, llevando a ejecutar a Rivers, Grey y Vaugham. Ratcliff: Vamos, llevad allá a los prisioneros. Rivers: Sir Richard Ratcliff, dejadme deciros esto: hoy veréis a un súbdito morir por la verdad, el deber y la lealtad. Grey: ¡Dios guarde al Príncipe de toda vuestra banda! Sois una jauría de malditos bebedores de sangre. Vaugham: Viviréis para llorar desgracia por esto. Ratcliff: Acabad: llegó el límite de vuestras vidas. Rivers: ¡Oh, Pomfret, Pomfret! ¡Ah, sangrienta prisión, ominosa y fatal para los nobles Pares! Dentro del culpable encierro de tus muros fue aquí despedazado, Ricardo II; y, para mayor infamia de tu lúgubre sede, te damos a beber nuestra sangre inocente. Grey: Ahora cae sobre nuestras cabezas la maldición de Margarita, cuando clamó contra vosotros y contra mí, por haber permitido que Ricardo apuñalara a su hijo. Rivers: Ella entonces maldijo a Hastings, luego maldijo a Buckingham y luego maldijo a Ricardo: ¡ah, acuérdate, Dios, de escuchar por ellos su ruego, igual que lo has ecuchado ahora por nosotros! Y en cuanto a mi hermana y sus hijos los Príncipes, conténtate, amado Dios, con nuestra sangre leal, que, como sabes, ha de ser vertida injustamente. Ratcliff: Daos prisa, llega la hora de la muerte. Rivers: Vamos, Grey, vamos; Vaugham, abracémonos aquí. Adiós, hasta que nos volvamos a encontrar en el cielo. (Se van) |
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