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16 de julio del 2003 |
leyenda de la música cubana
Ramiro Flores
Sombrero borsalino, puro en la boca y elegancia en el vestir, su sello de distinción. La música cubana, cargada de ritmos caribeños y africanos, ha perdido uno de sus máximos exponentes. En la noche del domingo, el famoso Compay Segundo, quien alcanzó el reconocimiento mundial con el grupo Buena Vista Social Club, falleció en su casa de Miramar, en La Habana, debido a una insuficiencia renal, a los 95 años. En los últimos meses, su salud se había deteriorado rápidamente debido a una condición renal que desencadenó un severo cuadro de contaminación de la sangre, informó la agencia de noticias AIN.
Máximo Francisco Repilado Muñoz, su verdadero nombre, nació el 18 de noviembre de 1907, en Siboney, a pocos kilómetros de Santiago de Cuba. A los nueve años, se mudó a esa ciudad, entonces centro cultural de la música cubana. Su vocación se manifestó desde entonces y a los 14 años ya integraba la orquesta municipal, donde tocaba el clarinete. Durante su larga trayectoria, tocó con gigantes de la talla de Nico Saquito, el Cuarteto Hatuey y el dúo Los Compadres, hasta 1953. De hecho, recibió su apodo cuando estaba en la mencionada agrupación, a los 40 años de edad: él era la segunda voz de Los Compadres, una palabra que los cubanos transformaron en el diminutivo "compay". A finales de la década de los cincuenta, este empedernido enamorado de las mujeres formó el grupo Compay Segundo y sus Muchachos, con el que realizó una gira por República Dominicana. Luego del triunfo de la revolución de 1959, este artista siguió tocando aunque se ganaba el pan forjando puros H. Upmann en una fábrica local. Este período de su vida estuvo marcado por el anonimato; incluso la revista Salsa Cubana informó que algunos expertos ignoraban en los años ochenta que siguiera con vida. Otras agrupaciones que tuvieron la suerte de contarlo entre sus filas fueron Cuban Stars, el Trío Matamoros, que formó junto al inolvidable Beny Moré, y el Cuarteto Patria. Su renacimiento musical comenzó cuando tenía 70 años: un turista español lo escuchó en el Hotel Habana y lo invitó a tocar en su país. Triunfó, lo que le permitó grabar varios discos en España. Unos años después, acostumbraba llenar las salas de concierto europeas, donde se convirtió en un verdadero ícono de la música cubana. Pero su mayor momento de gloria llegó cuando participó en el disco "Buena Vista Social Club", producido por el guitarrista estadunidense Ry Cooder. Esa grabación ganó un premio Grammy en 1998. Posteriormente, el cineasta alemán Wim Wenders incrementó su fama al sacar su película basada en las sesiones de grabación del disco. Así, la popularidad de Compay y del largometraje posibilitaron el regreso a los escenarios de músicos como Ibrahim Ferrrer, Pío Leyva, Rubén González y la cantante Omara Portuondo. El creador de éxitos como "Chan Chan" e inventor de la guitarra "armónica" de siete cuerdas -que lleva dos acuerdas afines en la sección media para interpretar mejor las armonías- declaró en una entrevista realizada por la agencia AP, en 1998, que todo concierto de los años cincuenta tenía que empezar con un vals y varios danzones: "Era la época del romanticismo". Compay siempre gozó de una gran vitalidad, lo que le permitía recorrer los escenarios del mundo entero a pesar de su avanzada edad. De hecho, ofreció conciertos hasta mayo de este año. Su última aparición fue el lunes de la semana pasada, cuando asistió a un concierto en su honor organizado por sus hijos en el Hotel Nacional de La Habana. Así desaparece esa figura espigada, vestida impecablemente, coronada de su infaltable sombrero tipo borsalino y rodeada por el humo de sus queridos puros, que según sus colegas degustó desde que tenía cinco años de edad. Sus restos fueron velados este lunes en La Habana por esos músicos que lo acompañaron durante su vida y que conforman la "vieja guardia" de la música cubana. Incluso el presidente Fidel Castro envió una corona de flores. Después, el martes, su cuerpo será trasladado a Santiago de Cuba para su descanso final. A pesar de su muerte, su grupo grabará en la capital del país un álbum con sus últimas composiciones, disco que aparecerá bajo el sello Warner Records de España. "Compay significa para la música cubana lo mismo que para todos los cubanos el símbolo de la bandera", dijo su amiga Omara Portuondo a manera de epitafio. |
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