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La insignia
14 de enero del 2003


La deuda de América Latina:
¿Por qué es impagable? (I)


__SUPLEMENTOS__
Londres + 50

Óscar Ugarteche
La Insignia, enero del 2003.


El presente trabajo muestra el problema de la deuda a la luz de los cambios tecnológicos y de los cambios en los patrones de comercio, argumenta que no hubo una solución definitiva al problema de la deuda de América Latina y Africa de la década del 80 y que hay una crisis sistémica en curso que demanda de soluciones definitivas para ir hacia un nuevo orden global mas justo y equitativo. Hay que darle una solución definitiva al problema de la deuda pero es preciso comprender los elementos que deben modificarse en el sistema internacional para hacer viable el desarrollo económico y la posibilidad de no repetir una crisis de esta magnitud nuevamente.


Referencias

- El crecimiento económico de los años 50 al 70 fue el doble que el crecimiento económico de los años 90.
- Entre 1970 y 1980, la deuda externa de América latina se duplicó.
- Entre 1980 y 1990, el crecimiento económico de América latina se estancó y la región exportó 375.000 millones de dólares netos por servicio de la deuda.
- A partir de mediados de los años 80 se comienzan a establecer las políticas de ajuste estructural en el mundo. el PIB per cápita de los diez países mas ricos en el mundo doblo entre 1985 y 1995 y el PIB per cápita de los diez países mas pobres perdió 30%. la distancia entre el país mas rico y el país mas pobre, per cápita, creció de 70 veces a 430 veces.
- El último año, desde junio de 1997, se ha observado una inestabilidad en el sistema económico mundial que no se observaba desde 1929. Las variaciones de los precios de las acciones en las bolsas de valores alrededor del mundo sufren de alteraciones súbitas de gran magnitud en ambas direcciones. Los precios de las materias primas han caído alrededor de 40-50%, los tipos de cambio en los países mas desarrollados cayeron 20% con relación al dólar en 1997 y se han revaluado otro tanto en 1998. El yen japonés declinó 60% y luego resucitó. La llamada crisis asiática tuvo una nueva expresión en Rusia, México, Brasil y luego en el mundo entero menos en Europa, hasta ahora. Esta crisis expresa superproducción, falta de instituciones adecuadas para contenerla a un espacio y una teoría económica útil para explicarla y por lo tanto, para resolverla. Se enfrenta, pues, una gran crisis teórica, institucional, productiva y sus síntomas son financieros. Las bolsas de Nueva York, Fráncfort, París y Madrid son las únicas que en los doce meses desde octubre de 1997 tuvieron algún crecimiento, aunque todas sufrieron de choques y súbitas bajadas. En Asia y América Latina, así como Europa del Este, las bolsas se desplomaron.


El FMI, la crisis mundial y el fin de su historia

La antes llamada crisis asiática y hoy reconocida por Michel Camdessus como crisis sistémica ha desatado un debate sobre la utilidad de los organismos internacionales y sobre la utilidad de las políticas económicas que recomiendan para abatir la crisis. El mero hecho que el Director Ejecutivo del FMI, Sr. Camdessus, señale la naturaleza sistémica de la crisis indica que se les fue de las manos. No pudieron reconocer en un primer momento que el problema no era aislado y no pudieron contenerlo dentro del receptáculo finito de un país. Lo que se pensó que era un problema de Tailandia e Indonesia como espacios finitos resultó ser un problema del carácter sistémico de la economía. (Ver cuadro debajo) El mundo se ha desacelerado y permanecerá desacelerado al menos 1999. La interrogante es si la desaceleración será de 2,5% promedio para 1999 o si será menor aún. Lo que pareció asiático es sistémico.

La historia antigua

El antecedente sobre los organismos internacionales hay se remonta hasta la década de los años 30, cuando, frente a la crisis del 29, se hizo indispensable pensar la manera de estabilizar la economía mundial. En aquel entonces la discusión era sobre deflación, empleo, y los desequilibrios externos. Estos elementos recaían sobre todos los países del mundo pero en especial sobre los más desarrollados que fueron los grandes perdedores. Por salir de la crisis, la competencia devaluatoria los fue llevando hacia una reducción del comercio mundial conforme todos hacían los mismos. Esto fue conocido como la política de mendigarle al vecino. Los países deudores suspendieron sus pagos de deuda y el ahorro mundial se contrajo. El patrón oro colapsó y se vivió una inmensa incertidumbre sobre lo que había que hacer para que los precios de las materias aumentaran, para que los precios de los productos industriales aumentaran en valores constantes, y para que la demanda efectiva de las economías internas así como de la economía internacional, se desplegara.

La discusión sobre estos temas fue centrada en el Profesor White de la Universidad de Princeton en Estados Unidos y en el Profesor Keynes de Cambridge en Inglaterra. El punto de la discusión fue si se pudiese estabilizar la economía mundial y evitar que lo ocurrido en 1929 volviera a ocurrir. Estabilizar era definido como sacar de la deflación a las economías y mantener los flujos de bienes y capitales en niveles aceptables, con tipos de cambio estables. El debate duró una década más o menos. Terminó con el acuerdo de Bretton Woods en mayo de 1944. Pero en el interim se plantearon y pusieron en práctica las políticas de economías de bienestar de Keynes, hubo una guerra mundial que arrastró hacia arriba el precio de las materias primas y reactivó el aparato productivo al mismo tiempo que se destruían físicamente las fabricas que tenían tecnologías obsoletas y que estaban produciendo en exceso para la demanda existente.

El debate termina cuando Estados Unidos, como gobierno, objetan la noción de Keynes de un banco central mundial y de una moneda única mundial y fuerzan la noción de White de un fondo monetario y crean una moneda de reserva: el dólar vinculada al oro a 35 dólares la onza. Las paridades se establecieron en torno a esto y el FMI se encargó de asegurar que las monedas de los países desarrollados se mantuvieran alineadas. Los tipos de cambio eran fijos con relación al dólar/oro a 35 dólares la onza.


El precedente peruano de cláusulas Bisque

En ese marco se definieron políticas de negociación de la deuda contraída antes de 1930 y cuyos pagos fueron suspendidos entre 1930 y 1945. Recién en 1945, a raíz del final de la segunda guerra mundial y de la fundación de las instituciones de Bretton Woods se vuelve a contemplar la posibilidad de resolver los problemas anteriores de deudas impagas. El Gobierno del Perú cambió saliendo el Gobierno de Manuel Prado y entrando al poder el Gobierno de la alianza de Bustamante y Rivero con el Apra. El Senador del entonces gobernante Partido Aprista, Manuel Seoane fue quien en el Congreso de la República habló de la necesidad de recuperar los créditos internacionales y pagar nuestras deudas. Con la aprobación del Congreso y la oposición de los conservadores liderados por Don Manuel J. Bustamante de la Fuente, el Ministro de Hacienda Don Manuel Vásquez Díaz hizo el viaje a Washington a negociar. En una carta Don Manuel J. Bustamante de la Fuente apuntó que se debería declarar la ilegitimidad de las deudas del gobierno de Leguía para obtener mejores bases para el arreglo. Igualmente habló de los altos precios que tendría que pagar el gobierno del Perú en el mercado de bonos. Sin embargo, el FBPC (Foreign Bondholders Comittee) tuvo dos principios: no rebajar el principal de la deuda, y no usar el precedente de otros países sino negociar caso por caso. Las negociaciones tuvieron lugar en las oficinas del Departamento de Estado estuvieron presididas por el lado del FBPC como representante de los bonistas, por Mr. Spruille Branden, Subsecretario de Estado. La primera conciliación de saldos arrojó que entre 1930 y 1945 hubo sólo dos pagos, uno el segundo semestre de 1930, por el Gobierno de Sánchez Cerro, mientras don Manuel Augusto Olaechea era Ministro de Hacienda y otra en 1935 durante el Gobierno del Mariscal Benavides. Por esa razón, los intereses vencidos eran mayores que el principal adeudado. El principal era de 92,6 millones de dólares y los intereses vencidos impagos sumaban 92.6 millones de dólares, igualmente. A partir de allí comenzó el proceso de negociaciones.

Entre los acuerdos se puede resaltar el consentimiento del FBPC para que el gobierno del Perú adquiriera en el mercado a precios de plaza los bonos de la deuda. El precio de los bonos de la deuda peruana en dólares fue como sigue:


Los términos del arreglo fueron los siguientes:

- Reconocimiento del valor nominal de los bonos en circulación a la fecha del arreglo.
- Condonación de los intereses atrasados (1931-1945)
- Pago de los intereses futuros de la siguiente forma:
1% anual entre agosto de 1945 y el 31 de diciembre de 1946
1,5% anual durante 1947
2% anual durante 1948
2,5% anual durante 1949
3% anual durante 1950
- Amortización de 0.5% anual del principal, durante los primeros cuatro años.
- A partir del 1 de enero de 1950 el servicio se haría por 3.5% del saldo inicial de los cuales 3.0% se orientaría a al interés al rebatir y la diferencia a a la amortización. La amortización se haría por adquisición en el mercado si el precio estaba bajo la par o por sorteo si estaban la par o encima.
- Se suprimieron todas las garantías especificas y se reemplazaron por una garantía basada en la solvencia del Gobierno del Perú.

El efecto del acuerdo fue reducir la deuda del principal mas intereses impagos a la mitad, de 185.2 millones de dólares a 92,2 millones de dólares más una reducción de los intereses de la deuda de 6% y 7%, según la serie de bonos, a 3%. Este acuerdo fue ratificado al regresar Manuel Vásquez a Lima de forma que en su locución del 31 de diciembre de 1945, el líder el Partido Gobiernista, Victor Raúl Haya de la Torre declaró que su Partido apoyaba las gestiones realizadas por la Misión Financiera. (Memoria de Hacienda: 473)

El tramo de la deuda en libras esterlinas quedó pendiente de negociación y no sería sino hasta el 16 de diciembre de 1953 que se llegaría a un acuerdo con el Consejo de Tenedores de Bonos de la Gran Bretaña. (Memoria del Banco Central de Reserva, 1953, p. 36)

La primera operación crediticia internacional después de 1928 de la que existe registro es un préstamo por 30 millones de dólares para crear un Fondo de Estabilización en 1954. Este sería un paquete armado por 12,5 millones de dólares del Tesoro Americano, 12,5 millones de dólares del FMI y 5 millones del Chase National Bank. No sería sino hasta 1964 que el gobierno del Perú saldría en la búsqueda de recursos en el merado bancario internacional. Durante los años cincuenta existió un pequeño crédito de gobierno a gobierno, figura nueva en el sistema crediticio internacional, que serviría para asistencia militar de los Estados Unidos al Perú mas un apoyo pequeñísimo de Punto Cuarto, el antecesor de la USAID, para proyectos de desarrollo agrícola (Ugarteche: 1986).



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