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La insignia
5 de enero del 2003


1953 -2003: 50 aniversario del Acuerdo de la Deuda de Londres

Las deudas no son una fatalidad (VI)


__SUPLEMENTOS__
Londres + 50

Jürgen Kaiser (*)
La Insignia, enero del 2003.


7. Aprender de Londres: Cuatro puntos decisivos

1. El manejo de la deuda precisa flexibilidad

En sus intentos de rechazar cualquier analogía de la reducción de la deuda de Alemania a través del acuerdo de Londres con el tratamiento de los actuales deudores, los acreedores se han concentrado curiosamente en el argumento: "Londres no es un modelo". En eso hay que estar de acuerdo.La reducción de la deuda alemana se dio en un contexto político y económico sumamente específico y no puede, tal como se demostró más arriba, ser considerado aisladamente sobre todo del primero. Por eso está vedada cualquier transferencia indiferenciada.

No son un invento de las ONG los modelos rígidos en el manejo de la deuda, sea en la forma de cuotas de reducción prefi jadas o en límites superiores de sustentabilidad a aplicar en todo el planeta. Más bien fueron desarrollados por el Club de París desde fines de los años 80 para poder proceder en forma esquemática con los afectados por la crisis de la deuda desatada en el Sur en 1982. Resulta casi irónico que justamente los autores de los notoriamente fracasados Términos de Toronto, Términos de Londres, Términos de Houston, Términos de Nápoles, Terminos de Lyon, Términos de Colonia, HIPC-I y HIPC-II prevengan que no debe hacerse un "modelo " de una reducción de deuda comprobadamente exitosa como la surgida del Acuerdo de Londres.

Sin embargo hay que coincidir con ellos. El manejo internacional de la deuda no necesita ningún "modelo "a ser aplicado indistintamente en todo el planeta. Más bien precisa flexibilidad en la aplicación de los términos de referencia. Tal como fue puesto sobre el tablero por la "Campaña Erlassjahr2000 ", la cuota de servicio de deuda por debajo del 5 % lograda, de hecho, gracias al Acuerdo de Londres.


2. ¿Qué era distinto entonces?

Observadores críticos de la comparación entre la Alemania de 1953 y los países actualmente endeudados del Sur, indican, con razón, una serie de diferencias:

- Alemania era un país destruído por la guerra, pero aún así constinuaba siendo un país industrializado, con una, comparativamente, mano de obra altamente calificada e inteligencia técnica.
- Alemania disponía de una infraestructrua financiera que permaneció mayoritariamente intacta.
- Alemania nunca perdió su situación estratégica central con un alto potencial de intereses de los acreedores.

Resulta interesante comprobar que todos estos argumentos indican que Alemania en aquel tiempo habría necesitado un trato menos generoso que el que necesitarían hoy los países endeudados del Sur. Si es que hay argumentos para que Alemania haya recibido un tratamiento comparativamente más generoso, sería el momento adecuado para que los actuales acreedores los sometan al debate.


3.¿De qué montos estamos hablando?

Si se tomara el acuerdo de Londres en el sentido de los puntos mencionados bajo 7 a. como punto de referencia para una reducción sustentable de la deuda, entonces se podría calcular una dimensión que a su vez brindaría otro punto de referencia, a saber, con qué pérdida de ingresos, es decir de costos deberían contar los acreedores si se orientaran al acuerdo.Un intento semejante fue llevado a cabo por "Erlassjahr2000 "en 1998.

El resultado fue el siguiente: una reducción del coeficiente del servicio de deuda de 35 HIPC, 5 SILMIC (países de ingresos medios bajos altamente endeudados) y 4 SIMIC (países con ingresos medios altamente endeudados) significaría para el contribuyente alemán en el primer año de la reducción una pérdida de ingresos de alrededor de 2,5 mil millones de marcos alemanes y los acreedores alemanes privados tendrían que asumir una pérdida de 1,5 mil millones de marcos. En los años siguientes esas pérdidas de ingresos irían disminuyendo. La reducción significaría una carga per cápita de los contribuyentes alemanes de alrededor de 55 marcos (de ellos, 43 sólo para los 4 SIMIC) y para el ahorrista, el inversor y el accionista alemanes alrededor de 35 marcos alemanes (de ellos, 28 para los SIMIC).

En comparación:

Sólo el costo del Metrorapid en Bavaria y en Renania del Norte-Westfalia previsto por la administración pública asciende a 2,3 mil millones de EUROS. Se trata de un clásico "elefante blanco ", según la valoración de la mayoría de los expertos independientes, es decir, de una forma de proyecto faraónico, económicamente inútil, criticado con razón por los políticos y la opinión pública cuando se erige en los países endeudados del Sur.

Un giro en la reducción internacional de la deuda no es impagable, tal como el que fue reivindicado frecuentemente en setiembre de 2002 en el marco de la Cumbre Mundial de Johannesburgo y de los propios intreses del Norte, siempre y cuando se oriente a "Londres 53 ".


4. La calidad decide

Aún cuando la propia campaña de jubileo contribuyó a que el acuerdo de Londres fuera considerado sobre todo gracias a sus efectos cuantitativos, éste contiene también en los elementos cualitativos mencionados más arriba en el párrafo 5, las inquietudes más importantes para una reducción de la deuda del Sur:

- La orientación de la sostenibilidad de la deuda a la capacidad de transferencia del país deudor, expresado a través del superávit de la balanza comercial;
- La incorporación de instancias neutrales en el caso de desacuerdos en relación a la aplicación del acuerdo;
- La inclusión fundamental de todas las reclamaciones a todos los deudores de un país en una regulación abarcante.

Sobre estos puntos no deberían seguir trabajando sólo las ONG y el mundo académico. Al fin y al cabo no fueron ellos los que firmaron el Acuerdo de Londres, sino gobiernos, que en su gran mayoría son hoy, de nuevo, actores centrales en el manejo internacional de la deuda.


Bibliografía

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Pohl,M.:"Er hatte keine Freunde,auch keine Affairen "; Frankfurter Rundschau 13.10.01;pág.16



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