David Bravo Bueno: SGAE: P2P: El argumento de moda

La SGAE debe tener, me imagino, un Catecismo del buen asociado donde se describe el argumento de moda del momento. El que ahora está pegando fuerte es ése de «¿por qué preocuparse por algo como el acceso a la cultura cuando hay problemas más graves como la práctica imposibilidad de acceder a una vivienda?».

Siguiendo esa absurda tesis de preocúpate sólo por el problema mayor no se entiende qué hace esa asociación llevándose las manos a la cabeza por el uso de las redes P2P mientras se mueren 35.000 niños de hambre al día. En lugar de decirnos a nosotros que nos preocupemos por problemas mayores ¿no debería predicar esa asociación con el ejemplo? Podríamos preguntarles, por ejemplo, qué hace María Jiménez en una apisonadora aplastando CD piratas cuando hay guerras desgarradoras en el mundo.

Esa filosofía, grabada a fuego en las mentes de las marionetas que hacen de portavoz de la SGAE, se reduciría a lo siguiente: ¿Por qué me preocupo por la legalidad de las redes P2P cuando hay problemas mayores? ¿Y para qué preocuparme por problemas mayores si son tan grandes que están fuera de mi alcance? Mis problemas cercanos son intrascendentes por pequeños y los grandes son imposibles de solucionar para un mequetrefe como yo. Conclusión: mejor me quedo en casa viendo Salsa rosa.

La gravedad de los problemas tiende al infinito. La libertad de las redes P2P no es nada en comparación con la imposibilidad de acceder a la vivienda, que a su vez se queda en nada ante los miles de muertos de Irak, que son poca cosa si los comparamos con los 35.000 niños que mueren de hambre al día, que, ya puestos, son una nimiedad en comparación con un posible y tal vez no muy lejano desastre nuclear que nos desintegre a todos.

En el mundo de la pasividad es absurdo decir que una protesta sea prescindible por existir otras más urgentes.

Además, lo que para la SGAE es una nimiedad puede que para mí no lo sea. En concreto, unas redes P2P libres significan un acceso ilimitado a la cultura, acceso que, por otro lado, es un derecho constitucional (y lo seguirá siendo independientemente de si esa asociación lo valora o no). Hay maneras alternativas (esgrimidas por la postura minimalista) de remunerar los derechos de los autores sin necesidad de limitar ese acceso y sin necesidad de meter la mano en los bolsillos de los ciudadanos. Sin necesidad, tampoco, de cobrar una propina de 5.000.000 de euros gracias al canon (y una vez descontadas las, por ellos supuestas, pérdidas de la piratería y de las descargas de las redes P2P).

«Es una nimiedad esto que te he robado, discutamos de las cosas realmente importantes» -dice el ladrón, mientras se guarda la cartera de su víctima.