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19 de septiembre del 2002 |
El hambre amenaza a los productores de café
Ramiro Flores
Pobreza y hambruna son las perspectivas para los agricultores que dependen del cultivo del café en América Latina si el precio del grano no mejora sustancial y rápidamente, asegura la organización humanitaria Oxfam Internacional, con sede en Londres, en su más reciente informe sobre el tema. Se estima que en la región hay unos 300 mil campesinos cafeticultores, de los cuales 200 mil son pequeños productores. La crisis que afecta la comercialización del aromático desde hace cinco años se refleja en la caída de su cotización en 89 por ciento. Al bajo precio en el mercado debe agregarse la acción de los acaparadores, empresas trasnacionales que compran la producción y especulan con el precio.
Un cafeticultor recibe, en promedio, 24 centavos de dólar por libra de este producto mientras en los países industrializados, los consumidores pagan hasta 3.60 dólares por la misma cantidad de grano. "Nos dijeron que tuviéramos paciencia y que el mercado libre eventualmente funcionaría. Todavía estamos a la espera mientras los ricos se hacen más ricos y cada vez sacan más excusas", denunció Adrian Lovett, director de campañas de Oxfam. Esta desesperante situación es especialmente dramática en Centroamérica, cuya economía es altamente dependiente de las exportaciones de café. "Ya comenzamos a ver los primeros efectos de esto (la hambruna) aquí en Guatemala, en Nicaragua, en Honduras", declaró a la agencia AP Juan Quiñones, director de Oxfam para Centroamérica, México y el Caribe. "Es un elemento desestabilizador para países que están saliendo de guerras civiles y puede crear conflictos sociales (...). La gente va a comenzar a demandar comida y empleo, sólo en Guatemala unos 2 millones de personas dependen del cultivo del café", agregó. También la sequía, por un lado, y las secuelas de inundaciones en zonas cafetaleras y de los estragos de los terremotos en El Salvador en 2001, por otro, provocaron que miles de familias de la región se hayan quedado sin medios de subsistencia; particularmente los niños padecen de desnutrición. En el último año, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha debido socorrer a 30 mil infantes malnutridos en Honduras y extender un proyecto de alimentación para los menores de las zonas cafetaleras de Guatemala. Según Oxfam, la caída del precio del aromático está relacionada con el control ejercido por cuatro grandes multinacionales -entre ellas la Nestlé, de Suiza, Volcafé y General Food, de Estados Unidos-, las cuales dominan casi la mitad de la comercialización en el mercado mundial. La organización humanitaria respaldó una iniciativa para que los gobiernos de la región y las grandes compañías aporten 100 millones de dólares para destruir un excedente de cinco millones de sacos de café de calidad inferior -de 60 kilogramos cada uno-que se encuentran almacenados. Esta medida buscaría incrementar la cotización y enviar el mensaje a los mercados de que los bajos precios no son sostenibles. "Los gobiernos ignoran que estos son países pobres. Creen que los productores de café son todos millonarios, pero no es cierto, la mayoría son pequeños productores" que no pueden sobrevivir con las ! cotizaciones actuales, dijo Quiñones. También propuso negociar sólo café de calidad, mejorar el precio que se paga a los agricultores, evitar que la oferta rebase a la demanda y ayudar a los campesinos que así lo deseen a cambiar de cultivo o encontrar otros medios de vida, todo ello en el plazo de un año. El informe de Oxfam se divulga al tiempo que en la ciudad de Guatemala se realiza el encuentro "La crisis del café, un problema regional", con la participación de 300 cafetaleros, exportadores y representantes de los gobiernos y de grupos ambientalistas. "Ésta es una crisis a nivel regional y todo los países del a zona están sintiendo los efectos", señaló Eduardo Sperisen, director de Asociación Nacional de Café de Guatemala. En la reunión, los delegados elaborarán un plan de defensa de la producción del grano para lograr mejores precios, el cual se enfocará a convertirlo en un producto competitivo que abra las puertas de la exportación. Además, discutirán la forma de convencer a los países ricos, Estados Unidos y los integrantes de la Unión Europea para que contribuyan a aliviar los efectos de la crisis que sufre el sector aumentando sus importaciones. Desde que estalló la crisis el Parlamento Centroamericano ha buscado establecer un bloque común que les permita tener una voz única en las negociaciones y así influir en las políticas mundiales de comercialización de café. No obstante, hasta el momento sus esfuerzos en ese sentido no han rendido frutos debido principalmente a la falta de consenso. |
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