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| 1 de septiembre del 2002 |
Coincido con Menem
Héctor Timerman
No necesito conocer más detalles de la vida y obra de Carlos Menem para tener una peor opinión sobre su moral y el daño que sus actos causaron al país. Ni siquiera me sorprendería si se comprobase la denuncia de un espía iraní sobre el supuesto pago para obstruir la investigación de la voladura de la AMIA. ¿Acaso su ex ministro Rodolfo Barra no supo pertenecer a un grupo neonazi?
Sin embargo, coincido con su análisis, y apoyo su esfuerzo, por evitar que el presidente interino Eduardo Duhalde convierta el proceso electoral en un bochorno parecido a las votaciones que se celebran en Siria. Obviamente deseo que Carlos Menem sea ampliamente derrotado en las internas justicialistas. Sería una forma para los peronistas de repudiar sus ideas. Pero para que ese rechazo tenga valor debe producirse en el marco de la legalidad democrática y no en la forma que pretende lograrlo Duhalde, convocando a internas en las cuales puedan participar afiliados a otros partidos. Las elecciones internas son el instrumento para que un partido político elija a sus candidatos y elabore las bases ideológicas y también sus planes de gobierno. Tal vez Duhalde crea, basado en sus experiencias, que las internas son el período en el cual el más artero aplica cualquier argucia para derrotar a sus contrincantes y por eso se le ocurrió organizar internas donde radicales, socialistas, comunistas, fascistas, y especialmente antiperonistas decidan el próximo candidato justicialista y el perfil ideológico del partido. Un disparate tan grande que hasta Menem puede oponerse. Quien lo hubiese sospechado, de la rerelección a campeón de la democracia partidaria. Gracias Duhalde. No todo es oscuro como garito clandestino, también está la actitud de Elisa Carrió. Cualquier candidato que va primero en las encuestas solo desea dos cosas: evitar el debate y que las elecciones se hagan lo antes posible. Carrió, por el contrario, suspendió su campaña electoral explicando que el país va a ser ingobernable si los actuales legisladores y gobernadores no se someten al voto popular. Así lo demuestra la crisis de diciembre. Para Duhalde, quien ha demostrado que no hay límites para la victoria, es difícil entender el gesto de Carrió. Seguramente tampoco sabe que los fines no justifican los medios. |
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