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17 de septiembre del 2002 |
Litoral
Presentación del número 32 de la Revista
de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis editada por Epeele: LITORAL Número dedicado a la invención del sadismo
Presentan: Carlos Bonfil (crítico de cine, versado en la filmografía de Pier Paolo Pasolini), Philippe Ollée-Laprune (escritor y editor), Nora Pasternac (doctora en letras, autora del libro SUR: una revista en la tormenta)
Viernes 27 de Septiembre, a las 19 horas. Con Sade asistimos a un fenómeno curioso. Por un lado se ha hecho equivaler su vida a su obra dando lugar a la conversión de su nombre propio en un sustantivo común: el sadismo. Desde el s. XIX, sin justificación alguna, se ha puesto el nombre de Sade a todo tipo de aberraciones y hasta sirve de figura para diseñar el monstruo psicosexual de Krafft-Ebing (1886). El psicoanálisis no ha sido ajeno a esta invención, en la que involucró también a los niños al suponer su tránsito por una etapa llamada sádico-anal, usando el sustantivo común para designar una clase de comportamiento o ciertas fantasías. Esta nominación parece haber sido anticipada por el propio marqués como su desdicha cuando escribió en una carta: "...mis desgracias, mi descrédito, mi posición prolongan mis faltas, y mientras no sea rehabilitado, no se azotará a un gato en la provincia sin que se diga: es el marqués de Sade." No obstante, él no fue el primero en hablar de los infortunios de la virtud y las prosperidades del vicio. Annie Le Brun nos hace conocer que, muchos años antes, el Abad Nicolas Silvestre Bergier había escrito una tesis sobre el "iluminismo inmoralista". Por otro lado, a pesar de lo anterior, hay otra recepción de Sade; es la que establecieron con su obra los escritores: Apollinaire, Klossowski, Élouard, Blanchot, Bataille, Octavio Paz y el movimiento surrealista en su totalidad. Al abordar Lacan "La filosofía en el tocador" en su texto "Kant con Sade"(1963 y1966), no hará de ella un asunto de sadismo ni de perversión: la voluntad de goce expresada en la obra de Sade tendrá más que ver con una ley que con un deseo, por ello afirmará que el rigor de su pensamiento pasa a la lógica de su vida. Queremos hacer de la presentación de este número de Litoral una razón para volver sobre estos pasos. Como le dice a Sade, el poeta Octavio Paz: "No te has desvanecido...En tu castillo de diamante tu imagen se destroza y se rehace, infatigable" |
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