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31 de octubre del 2002 |
La Insignia. España, 31 de octubre.
El cineasta español Juan Antonio Bardem falleció ayer en la localidad madrileña de Boadilla del Monte, a los 80 años de edad. Nacido en Madrid en junio de 1922, fue autor de películas esenciales en la cinematografía española, como Muerte de un ciclista (1955), Calle Mayor (1956) y Nunca pasa nada (1962). Hijo de los actores Rafael Bardem y Matilde Muñoz Sampedro, comenzó su carrera como guionista, en Bienvenido Mister Marshall, de Luis García Berlanga. En 1955 participó en las Conversaciones de Salamanca, donde expuso su conocida visión sobre la cinematografía española de la época: «políticamente ineficaz, socialmente falsa, intelectualmente ínfima, estéticamente nula e industrialmente raquítica». Militante del Partido Comunista de España (PCE) desde muy joven, dedicó gran parte de su vida a la lucha contra la dictadura y por la recuperación de las libertades democráticas, lo que le valió la cárcel. Al pesar de que la censura franquista le impidió realizar muchas peliculas, Bardem se convirtió pronto en un mito del séptimo arte en España. Como realizador, debutó con Esa pareja feliz (1951), codigirida con Luis García Berlanga, y acto seguido rodó Cómicos (1953) y Felices Pascuas (1954). Entre 1954 y 1957 dirigió tres largometrajes esenciales en la historia del cine español: Muerte de un ciclista, Calle Mayor y La Venganza. Desde entonces tuvo grandes dificultades para realizar el cine que pretendía hacer, lo que no impidió que firmara obras como Nunca pasa nada, de 1963. Entre principios de la década de los sesenta y mediados de los setenta, Bardem se vio obligado a rodar varias películas para sobrevivir. Pero tras la muerte del dictador volvió sobre sus pasos con El puente (1976), Siete días de enero (1978) y La advertencia (1982), una coproducción hispanosoviética. Brillante, enérgico y vital El director de cine Vicente Aranda confesó ayer que decidió regresar a España, desde su exilio en Venezuela, tras ver la película Muerte de un ciclista. Para Aranda, Bardem «es un símbolo importantísimo del cine». En parecidos términos se manifestó su antiguo amigo Luis García Berlanga, quien recordó que «nos llamaban las dos palmeras porque éramos lo único que había en el desierto del cine español». En un artículo publicado en la edición de hoy del diario El País, Josefina Aldecoa recuerda que Bardem llegó a ser «el gran triunfador del cine español en Europa y tan respetado por su trabajo como querido por su carácter. Era brillante, enérgico y vital». Para Aldecoa, el realizador madrileño «fue una de las pocas personas que luchaba contra una realidad social terrible, y nunca, ni en los peores momentos, ocultó sus ideas». |
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