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| 25 de noviembre del 2002 |
Pensamientos
Transcripción e introducción: A.R.M.
Charles Péguy nació en 1873 en Francia. Poeta y filósofo cercano al socialismo, fue fundador de los Cahiers de la Quinzaine, en los que fueron publicados muchos de los mejores escritores de la época (1900-1914). Durante el célebre affaire Dreyfuss, manifestó su apoyo al oficial francés.
Murió en combate en 1914, durante la I Guerra Mundial, en la batalla del Marne. Pensamientos No siento ninguna necesidad de unificar al mundo. Cuanto más ando, más descubro que los hombres libres, y los acontecimientos libres, son variados, diversos. La revolución social será moral, o no será revolución. Halagar los vicios del pueblo es todavía más cobarde y más sucio que halagar los vicios de los grandes. Todo hombre tiene derecho a que se le combata lealmente. Reconstruir un público amigo de la verdad sincera, de la belleza sincera, un público pueblo, ni burgués, ni populachero, ni afectado, ni bruto, es la tarea formidable a la que nos hemos atado. Yo creía -cuando era chico- que las agrupaciones trabajan. Hoy sabemos que las agrupaciones no hacen obra alguna. Lo que hacen es agitar. Agitan. Cada cual vende su parte de libertad justa por la parte que ejercerá de autoridad injusta. Este es el fundamento mismo del sufragio universal. La calumnia es en política menos molesta que la expresión de la verdad. La verdadera, la permanente mayoría, es la pesada y cobarde masa de populacho informe. Lo popular y lo parlamentario se complacen en ir juntos heroicamente, magníficamente, en grupo, en turbas, juntos, del lado del más fuerte. La fidelidad, la constancia en la acción, no es seguir en la injusticia a los viejos justos que se vuelven injustos. Tener un privilegio es el sueño de todo igualitario, especialmente de todo igualitario francés. Somos unos vencidos. El mundo está en contra nuestra... todo lo que hemos defendido retrocede día a día frente a una barbarie, frente a una incultura creciente, frente al avance de la corrupción política y social La cuestión no es que tal política triunfe sobre esta o aquella otra... Lo esencial es que en cada orden, en cada sistema, la mística no sea devorada por la política, a la que ella dio el ser.. Cuando un hombre leal, de corazón, por seguir fiel a una mística se niega a entrar en el juego de la política... los políticos acostumbran llamarlo con una palabrita muy usada hoy día: generosamente lo llaman traidor... Que se sepa bien: nosotros encarnamos y encarnaremos siempre esa especie de traidor. La popularidad es también una forma de gobierno, y no de las menos peligrosas. Ser pueblo: nada mejor para impedir ser demócrata. Las becas no siempre dan ingenio a quienes las reciben; pero sí siempre a quienes las distribuyen. Es una peligrosa ilusión creer que se puede publicar sin recibir, escribir sin leer, hablar sin escuchar, producir sin nutrirse, dar de sí sin aprovisionarse. A la mayoría de los grandes teóricos socialistas, les ha faltado ser pobres. Preferimos que antes de usurparse los derechos, se usurpen los deberes. El orden y sólo el orden, causa, en definitiva, la libertad. La derrota y la persecución sufridas son una prueba, sin duda; pero son poco al lado de la prueba más peligrosa: la victoria y la perspectiva de la persecución pronta a ejercitarse. |
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