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18 de noviembre del 2002 |
Marcos Winocur
El folclore aportado por nuestros gobernantes
latinoamericanos es rico y abundante. Vamos a algunos
ejemplos.
El presidente Echeverría de México es recordado por múltiples motivos, entre ellos el párrafo de un discurso: "Eso no nos beneficia ni nos perjudica, sino todo lo contrario." Al presidente Banzer de Bolivia, se le atribuye esta sentencia: "Hemos llegado al borde de un abismo. Yo daré un paso al frente." Gobernando Colombia el General Rojas Pinilla, los estudiantes organizaron una manifestación bajo este lema: "¡Viva Rojas Pinilla! ¡Abajo el sentido común!" Los ecuatorianos recuerdan a su presidente Bucaram en los actos públicos arrojándose desde lo alto de la tribuna en brazos de sus fans, exclamando: "¡Soy Batman!" Pero la palma se la lleva el presidente Menem de Argentina, dado a las citas de griegos y romanos antiguos: "Pende sobre nuestras cabezas la espada de Penélope." Al otro día, naturalmente, un vocero de la presidencia intentaba dar explicaciones de la involuntaria confusión. Tantas veces hubo de hacerlo, que Menem fue apodado El amanecer: se la pasaba aclarando. Claro que esta lista empalidece ante una antología de los lapsus del presidente Bush a lo largo de su vida política. Lo dicho: los estadounidenses ---antes llamados yanquis, gringos, gabachos- nos superan en todo. |
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