Portada | Directorio | Buscador | Álbum | Redacción | Correo |
3 de mayo del 2002 |
Camila junto a la cancela
Que Camila haya esperado a Pedro cinco horas junto a la cancela del hotel, no debería ser motivo de risa. Ni que sea martes y haya llevado el elegante traje con el que asistió a la última boda..., pasado de moda. Ni que, en la casa donde trabaja de interna, haya puesto la falsa disculpa de tener que recoger en el aeropuerto a unos parientes de Colombia.
A saber qué gracia tiene que caigan cuatro gotas y, a falta de paraguas, se cubra la cabeza con un periódico, y que haya preguntado en recepción por un tal Pedro, residente en Barcelona, y que en el listado de alojados no aparezca ningún Pedro de Barcelona. Cuando anoche Pedro le dijo que se llamaba Pedro y que era de Barcelona y que se alojaba en ese hotel, quizá la mentía. Pero cuando, haciendo el amor, susurró que la quería, decía la verdad. Ella sabe de esas cosas. Camila ha hecho lo que debía, que era esperar. Luego se ha marchado, caminando altiva. © José Marzo. Del volumen de mini-relatos El mono mecánico habla conmigo. |
|