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La insignia
27 de febrero del 2002


Carta a Nestlé sobre el agua de São Lourenço


Marilia Noronha (*)


Siempre compré los productos Nestlé y considero que son de óptima calidad, pero aquí va mi protesta: Es inadmisible comprender como una multinacional tan bien sucedida en el mercado internacional, pueda estar hoy provocando tantas lágrimas en rostros tan sufridos como los de la población de São Lourenço (Minas Gerais, Brasil) con la explotación de sus fuentes de agua mineral.

No entiendo lo suficiente sobre marketing para hablar, pero me arriesgo: ¿Será la actitud cierta? ¿No existe un peligro evidente para Nestlé de perjudicar su imagen con la explotación de riquezas minerales? Queda hecha la pregunta para el departamento competente.

Hoy estoy en esta lucha hasta el final, conseguimos derrumbar la sentencia vergonzante de la Comisión Mineradora de Minas Gerais (COMIG), con una audiencia pública en Belo Horizonte y la firme actitud de nuestro Gobernador Itamar Franco, y pregunto: ¿No tendrá Nestlé un Departamento de estudios sobre los impactos causados por actuar en un área tan delicada para nuestros ciudadanos como los yacimientos hidrominerales? ¿No estarán considerando la posible caída de otros productos con la marca Nestlé, en una región con más de 150 mil habitantes?

Se que no somos nada en comparación con las ventas de esta conceptuada empresa, pero pregunto nuevamente: ¿Lo qué estamos sufriendo hoy, le importa a Nestlé?

Se que el mercado está sediento, pero ¿y la mineralización de nuestras aguas?

Desde el Imperio romano se les rinde culto a las aguas minerales, siendo respetadas por su valor terapéutico, ¿y ahora? ¿Qué hacer cuando mancillan nuestra cultura local, extraen las sales minerales de nuestras aguas, que aprendimos a utilizar en beneficio de nuestra SALUD y la de los turistas que aquí vienen a ser tratados?

Hoy me siento como una mujer que aborta a su hijo, paso de la grandiosidad de la gestación, a un vacío en el vientre, que se seca ... y reclama el calor y el confort que abrigaron hasta ahora mi alma.

Estamos perdiendo nuestra identidad cultural.

Pasamos a vivir de nuestra indignación... ¿Y a quién le importa?


(*) Marilia Noronha es vicepresidenta de la ONG Nova Cambuquira y miembro de Greenpeace. Traducción: Rel-UITA.



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