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La insignia
11 de febrero del 2002


Desmontaje de un aforismo


Mario Roberto Morales
Siglo Veintiuno. Guatemala, 11 de febrero.


Uno de los numerosos aforismos impactantes de Cioran, es éste que aparece en Del inconveniente de haber nacido, y que afirma:

"No adoptamos una creencia porque sea verdadera (todas lo son), sino porque una fuerza oscura nos empuja a ello. Si esa fuerza llega a abandonarnos, sobreviene la postración y la quiebra, el enfrentamiento con lo que queda de nosotros mismos".

Aparte de registrar la convicción del filósofo rumano de que todas las creencias son verdaderas porque, como creencias, poseen un estatuto de verdad imaginaria, me parece que el paso siguiente en el desmontaje de este aforismo es elucidar en qué consiste esa "fuerza oscura" que según él nos empuja hacia las creencias y sin la cual quedamos inertes ante nosotros mismos.

Quizá el mejor camino para definir el contenido de la expresión "fuerza oscura" en este contexto, sea el de empezar por los supuestos efectos de su ausencia, que según Cioran son "la postración y la quiebra" y el consiguiente "enfrentamiento con lo que queda de nosotros mismos". Si lo que queda de nosotros mismos es lo que la ausencia de la fuerza oscura desvela, es lícito concluir en que ésta es todo el cúmulo de asunciones y preconceptos que tenemos acerca de lo que somos o, mejor dicho, creemos ser. La prueba de que este es el contenido de la fuerza oscura, es que su ausencia, su desaparición, son iguales al auto enfrentamiento, es decir, al afloramiento de nuestra propia verdad. Esta lógica interna cerrada es lo que hace a un aforismo ser un aforismo.

Lo que queda de nosotros mismos después de que la fuerza oscura nos ha abandonado es, pues, lo que real y verdaderamente somos. Y todo lo que nos llevó a adoptar nuestras creencias es el cúmulo de auto engaños que nos provee una falsa imagen de nosotros mismos, a la cual buscamos serle fiel a costa de negar toda evidencia, todo hecho, todo dato concreto y toda verdad objetiva, pues esa falsa imagen nos proporciona placer ególatra, auto complacencia, auto indulgencia, ensoñación.

El aforismo en cuestión me parece utilísimo para explicarnos el mecanismo que dispara toda suerte de esencialismos y fundamentalismos, ya sean estos religiosos, étnicos, económicos o políticos. El ardor, el tesón, la necedad con que se defienden las creencias a contrapelo de la evidencia factual, halla su origen y explicación en esa fuerza oscura que Cioran nos propone como el conjunto de componentes de nuestra ilusoria mismidad, de nuestra imaginaria "razón", de nuestra soberbia humildad, de nuestra mentira verdadera. Por tanto, quizás este aforismo también sirva para validar el análisis psico emocional a la hora de explicar las ideologías políticas y los movimientos de masas inspirados en ideas fanáticas de orden racista, religioso o político.

En tal sentido, es útil que nos preguntemos con toda sinceridad, ¿qué quedaría de nosotros mismos si de pronto tratamos de ver quiénes somos, despojados de nuestras creencias? Sin duda, luego de desmontar el aforismo que nos ocupa, resulta fácil entender por qué tantísima gente se aferra a sus creencias aunque en el fondo sepa que son falsas. Enfrentarse con lo que queda de sí mismas después de que el ilusionismo de las creencias las ha abandonado les resulta horripilante porque fuera de su falso yo no han construido nada sólido. Esta es la debilidad de los fundamentalismos: su base es una enorme mentira. De aquí el sentido profundo de oponerles verdades y no más creencias.



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