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6 de enero de 2002 |
PAC
Augusto Zamora
Fue el primero en sumergir la poesía en las raíces del terruño. Buscando señas, ritos, identidad. Con José Coronel, los primeros en sacudir la decrépita vida cultural. Hacerla.
Fue lineal en su búsqueda. Obsesivo en conjugar las dos raíces. Indígena, española. Para imaginar Nicaragua. Amarla. Hacerla poesía, prosa, ensayo. Jaguar devorador de lunas. Tenaz, persistente, se hizo patriarca de las letras. Pontífice. Su opinión hacía, deshacía poetas. En este país que los produce como si fuera espejo. Eco. Remecer de olas. Sus certezas poéticas no tuvieron reflejo en lo político. PAC era contracorriente. De joven abrazó el fascismo, que fue derrotado. Apoyó a dictadores. Somoza. Franco. Después se arrepintió. Siguió inventando Nicaragua. Convirtió el Gran Lago en universo homérico. A Cifar, en Ulises campesino. Mixturando. Lo griego clásico. Lo nica popular. Hizo teatro el dolor campesino. Arreados a los caminos por los gamonales. A morir en guerras oligárquicas. Hizo verso sus rostros. Epopeya sus fatigas. Angustias centenarias. No tradujo a política su devoción popular. Atacó a la revolución sandinista. Prestó rostro, pluma, a la agresión extranjera. No entendió el poeta. Tristemente para su memoria. Guardemos la obra. Contiene su Nicaragua. Viva. Libre en su poesía. Esa su herencia. Que brillará más cuando la hayamos liberado. De servidumbre. Miseria. Desaliento. |
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