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La insignia
31 de diciembre del 2002


1953 -2003: 50 aniversario del Acuerdo de la Deuda de Londres

Las deudas no son una fatalidad (V)


__SUPLEMENTOS__
Londres + 50

Jürgen Kaiser (*)
La Insignia, diciembre del 2002.


6. La historia de la percepción del Acuerdo de Londres

Desde la prensa de los años 50 hasta la apología del Gobierno Federal

Inmediatamente después de su firma, el Acuerdo de Londres no fue percibido en Alemania como un gran éxito. Bien al contrario, el directorio del "Bank Deutscher Länder "(Banco de los Estados Federados Alemanes) criticó al jefe de las negociaciones, Hermann Josef Abs, por haber superado el monto preestablecido de 500 millones de marcos alemanes para el pago del servicio de deuda hasta el año 1958 (18). Tampoco desde la perspectiva de los medios de comunicación en Alemania se puede hablar del Acuerdo como una solución en general exitosa, tal como lo valoraba Abs. La mayoría de la prensa amarilla lo interpretó como una (nueva) concesión de los alemanes ante los intereses de los poderes victoriosos y llegó hasta a emitir ataques personales. Más allá de la objetivamente falsa percepción de los efectos del contrato, este tipo de comportamiento -"somos de nuevo alguien "-, evidencia una asombrosa seguridad en si misma de la opinión pública alemana sólo pocos años después del final de la guerra.

Mientras el propio Abs consideraba el "discretodesarrollo" del acuerdo como una "muestra de su éxito"(19), éste desapareció asombrosamente rápido de la conciencia de la opinión pública alemana.

Recién en el año 1987 un estudio de Thomas Kampffmeyer para el Instituto Alemán para el Desarrollo (DIE) (20) revivió el debate científico acerca del acuerdo. Sin embargo, el Gobierno Federal no le dio ninguna importancia al reinicio de la discusión y tampoco motivó al instituto (financiado con dineros públicos) para que divulgará los resultados de su investigación. Cuando en 1993 diferentes ONG utilizaron los resultados del estudio de Kampffmeyer para su trabajo en el marco de una campaña para la quita de deuda de los países del Sur, comprobaron que el Acuerdo de Londres era mayoritariamente desconocido para la opinión pública alemana (21).

Gracias al peso creciente que adquiría el movimiento por la reducción de deuda, particularmente el de la "Campaña Erlassjahr2000 "el Gobierno Federal conservador-liberal se vio forzado a expresarse sobre la actualidad del acuerdo. En ello, el Gobierno Federal persiguió un interés miope, cual fue el de rechazar la reivindicación levantada por las ONG de que debía haber por lo menos un trato igual para los deudores del Sur.

En 1994 y en 1998, el Ministerio Federal de Finanzas (BMF) presentó un corto informe técnico al respecto. Curiosamente (1994) el Ministerio llega a la conclusión de que el Acuerdo de Londres "no contiene ninguna reducción de capital".

El Ministerio sólo podía llegar a esta conclusión si identificaba la reducción de la reclamación original total por valor de 13,5 mil millones de marcos alemanes a 7,4 mil millones como una liquidación previa y no debida a los resultados de las negociaciones de Londres. Aún cuando se concordara con esta interpretación -contraria a la percepción de la literatura científica, la que describe la reducción mencionada como una parte genuina de las negociaciones de Londres- la quita es de todos modos una concesión a los deudores.

La lección de esto es comprender el significado que tiene el primer paso en las negociaciones por la quita de deuda, es decir,la determinación de las deudas a negociar ("Verification of Claims "). A la luz de esta experiencia, es vital para el resultado de la totalidad del proceso el asignarle una importancia extraordinaria al cumplimiento de este paso por parte de una instancia independiente.Tanto más si se considera la existencia, tanto para la Alemania de 1953 como para los países deudores actuales -independientemente del nivel de ingresos -de un alto grado de inseguridad en los datos respecto de las reclamaciones (22). También en 1952 se tomó una decisión que en primer lugar reflejaba las intenciones políticas de las partes.

Para desilusión del movimiento por la reducción de la deuda, el Gobierno rojiverde continuó con la posición del gobierno de Kohl respecto al Acuerdo de Londres. En la nota informativa N °2/99 del Ministerio Federal de Cooperación Económica (BMZ)del 12 de febrero de 1999 consta que:

"En el debate acerca de la reducción de deuda,a menudo no se tiene en cuenta que los pagos del servicio de deuda por parte de los países en desarrollo pobres sólo constituyen un aspecto de las relaciones financieras con los países acreedores. Si se consideran nuevas contribuciones públicas provenientes de la Cooperación, el balance es claramente positivo a favor de los Países en vías de Desarrollo. Justamente para los países pobres altamente endeudados, las nuevas contribuciones de la Ayuda al Desarrollo, tanto de fuentes bilaterales como multilaterales, superan sustancialmente los pagos, de modo que en el país respectivo queda, neto,tanto como para que en la mayoría de los casos puedan ser cubiertos los gastos en educación y salud, supuestamente muy afectados por el servicio de la deuda.Consideramos no apropiada la frecuentemente citada comparación de reestructuración de la deudade los países en desarrollo con el acuerdo de Londres de 1953.La exigencia de que también los países en desarrollo como resultado de la reducción ,deberían pagar una cuota de servicio de deuda de no más del 5 %, así como habría sido el caso de Alemania entonces, tampoco considera el aspecto de los las nuevas contribuciones de laCooperación Internacional. Alemania recibió los últimos ingresos del Plan Marshall en 1952, es decir antes del Acuerdo de Londres, mientras que los países en desarrollo, como ya se mencionó arriba, reciben continuamente sustanciales contribuciones de la Cooperación Internacional que van mucho más allá que el servicio de la deuda."

Con esta forma de argumentar, el BMZ se dirige a un terreno peligroso. Hasta ahora, había un consenso no expresado entre los acreedores y la mayoría de las ONG para definir delimitadamente la sostenibilidad de la deuda, como "Lacapacidad de un país de afrontar sus obligaciones de pago sin limitaciones, sin caer en grandes atrasos " (BM/FMI), respectivamente "...sin afectar su desarrollo social " (concepto de ONG). Ambas definiciones parten de la base de que la capacidad de pago del servicio de la deuda se adquirirá a través de su propia actividad económica, es decir de la exportación de mercancías y servicios -aún cuando la realidad de los países endeudados no siempre se corresponde con este ideal-.

Consecuentemente, los más importantes indicadores de carga se refi eren a la relación entre el servicio de deuda o del estado de deuda respecto de los ingresos de exportación. Un nivel de deuda sustentable a mediano plazo no puede depender de las transferencias en el marco de la Cooperación Internacional.Calcular el servicio de deuda de esa forma contradice el concepto de un endeudamiento sostenible, tal como lo hacen los acreedores en el marco de la Iniciativa HIPC.

Si los acreedores amplían el hasta ahora bien delimitado concepto de la sostenibilidad de la deuda introduciéndole otros factores, bien puede ser esto entendido por parte de los países endeudados como una invitación a introducir por su parte otros aspectos en el debate, a saber:

-La cuestión de las reparaciones, a las cuales tendrían derecho países que fueron objeto de explotaciones durante 500 años a través de los antecesores /derecho habientes de los actuales gobiernos y bancos que se presentan hoy como acreedores y que en el marco de la descolonización fueron dejados en libertad con una economía nacional lisiada.
-La cuestión de la legitimidad de las deudas, que fueron otorgadas con pleno conocimiento por parte de los acreedores para proyectos sin sentido y perjudiciales.

En segundo lugar, por venir justamente del BMZ, esta argumentación incita a preguntarse para qué existe la Ayuda al Desarrollo.

La Ministra Federal Wiecsorek-Zeul, ha subrayado a menudo en varios foros, entre otros en el de la discusión sobre la iniciativa de Colonia, que el presupuesto para la Cooperación Internacional no puede convertirse en la caja del servicio de deuda. En esa medida es sorprendente que, en su propia casa, no se considere un problema el hecho de que se destinen medios de la Cooperación Internacional para el servicio de deuda (por ej.a través de ayuda para la balanza de pagos) o el que se tapen agujeros producidos por el servicio de la deuda.

Según la percepción corriente, la Ayuda al Desarrollo sirve para apoyar a países que por una serie de razones no están en condiciones de financiar por medios propios las prestaciones sociales básicas, como así también la acumulación de capital para alcanzar un desarrollo independiente y sustentable. Si en lugar de eso se utilizan directa o indirectamente fondos de la Ayuda al Desarrollo para la liquidación de viejas obligaciones, se está contradiciendo el sentido de la misma.


Notas

(18) Pohl,M. "Er hatte keine Freunde,auch keine Affairen "; Frankfurter Rundschau 13.10.01; pág.16
(19) Abs,H.J.:Entscheidungen 1949-1953. Die Entstehung des Londoner Schuldenabkommens; Maguncia, 1991 S.272 (20) Kampffmeyer a.a.O.
(21) El autor llevó a cabo alrededor de cien charlas-debate,grandes y pequeñas sobre el tema de quita de deuda para los países del Tercer Mundo a lo largo y ancho del país. De todas ellas sólo encontró una persona que conocía el acuerdo (exceptuando a aquellas personas a quienes más tarde gracias a su trabajo por la iniciativa de la reducción de la deuda se les había indicado la existencia del mismo).
(22) Ver ejemplos: Kaiser,J.:Schuldenmanagement à la Louis XVI: Ein kleiner Gang durch Geschichte und Praxis des Pariser Clubs; Erlassjahr2000; 1999.



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