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Un gobierno que rompe con todos
Gerardo Iglesias
Rel-Uita. Uruguay, abril del 2002.
El gobierno de Uruguay acaba de romper relaciones diplomáticas con el gobierno de Cuba. El presidente Jorge Batlle (El Rompedor), como toro en un bazar, también:
-rompió relaciones con los trabajadores, sus sindicatos y la central sindical;
-rompió relaciones con la industria y la producción nacional;
-rompió relaciones con los pequeños y medianos productores rurales;
-rompió relaciones con las empresas públicas, a las que quiere privatizar;
-rompió relaciones con los que quedan en el país y con los que se fueron;
-rompió relaciones con el MERCOSUR;
-rompió relaciones con la buena suerte, en lo que lleva su gestión llegó la aftosa, las inundaciones, un tornado... y faltan dos años para las próximas elecciones, ¡Que Dios nos ayude!;
-rompió relaciones con la producción azucarera en Bella Unión y con Bella Unión;
-rompió relaciones con la calidad del agua en Maldonado, ahora llena de coliformes fecales;
-rompió relaciones con la salud y la educación, a las que le redujo el presupuesto, pero anda de buenas con la meningitis, la leptospirosis, el púrpura fulminante y la plombemia;
-rompió relaciones con el campo y los que allí sobreviven;
-rompió relaciones con el movimiento cooperativista;
-rompió relaciones con la legislación laboral y la protección del trabajo (más del 80 por ciento de los asalariados no negocian colectivamente salarios y condiciones de trabajo);
-rompió relaciones con los jubilados y con aquellos que legítimamente aspiran a serlo (el Banco de Previsión Social pagó en 2001 54% menos de jubilaciones que en 1997).
-Con la oposición no ha roto relaciones, pero no la tiene en cuenta, que es casi lo mismo. Su ministro de Economía Alberto Bensión (El Magnífico), le respondió al mayor partido político del país que si quería formular propuestas, lo hiciera por correo electrónico o por carta.
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