4 de abril del 2008
El 18 de marzo de 1938, en el frente encomendado al V Cuerpo, comenzó una nueva fase de la maniobra enemiga. Parcicipó en ella, en dirección a Caspe, el Cuerpo Marroquí en primer escalón; en segundo escalón otro Cuerpo, con las divisiones 1, 55 y 1ª de Caballería que entró en combate después del paso del Marroquí al norte del río; el Cuerpo Italiano con las divisiones Littorio, 23 de Marzo, Flechas Negras y Flechas Azules atacó el nudo de Valdealgorfa, en el sector defendido por la 11 División.
(...) En el frente del V Cuerpo los ataques -que duraban ya más de una semana- de las divisiones enemigas fueron contenidos en todas partes: por la 45 División, en dirección Caspe-Maella; por la 11 y la 3, en dirección Calaceite. En esta dirección estaban instalados en una masía el puesto de mando y el Estado Mayor del V Cuerpo.
Al norte del Ebro las cosas sucedían de manera diferente. El enemigo comenzó sus acciones el día 22 en en las tres direcciones antedichas. Horas después (con excepción de la 43 División, que permaneció en su zona de defensa -comarca de Bielsa-, manteniendo en sus manos los altos valles del Cinca y del Cinqueta, y de algunas otras unidades sueltas de mucha menor entidad) dede la frontera pirenaica se repitió por los mandos fundamentales del X y XX Cuerpos de Ejército y del Ejército del Este lo ocurrido con el XII al sur del río y con las mismas características.
El derrumbe del Ejército del Este abrió aquel inmenso frente al enemigo. Éste tenía los caminos hasta el Segre y más allá.
Y no había reservas.
Hacía finales de marzo prosiguió sus acciones en las tres direcciones del ataque, sin tener ante sí nadie que le disputara el terreno.
Sólo en los primeros días de abril, la llegada de reservas del Centro y de Andalucía permitió hacer frente a la situación, siendo detenido el enemigo en todo el frente de la línea del Segre y del Noguera Pallaresa, en cuya orilla izquierda creó unas cabezas de puente en Tremp, Balaguer y Serós.
A partir del día 22, a medida que el avance enemigo se desarrollaba al norte del Ebro, se extendía más mi flanco derecho en esa dirección. Todas las noches recibía una orden del EMC [Estado Mayor Central] en la que me anunciaban nuevas decenas de kilómetros de ampliación del frente. Algo parecido ocurrió, aunque en menos proporción, con nuestro flanco izquierdo después del día 25.
(...) Hasta finales de marzo mantuvimos las posiciones en la línea del Guadalupe. Pero en el curso de aquellos días, las unidades del V y del XXII Cuerpos agotaron sus reservas, que no fueron repuestas porque las unidades que en principio estaban destinadas a reforzarnos fueron enviadas al sector norte, a causa de la marcha de los acontecimientos allí. Además fueron privadas de parte de la artillería y del apoyo de la aviación republicana que, a partir del día 22, actuó con toda su masa en las direcciones de Lérida y Balaguer. Los factores señalados debilitaron las posibilidades de resistencia al sur del Ebro y crearon las condiciones para que el ataque enemigo alcanzara su principal objetivo estratégico: salir a la costa y cortar en dos la zona republicana.
El 30 de marzo abanzó en el frente del V Cuerpo hasta el Matarraña, en dirección Maella, y hasta la ermita de San José, al pie del macizo de La Ginebresa. En el frente del XXII Cuerpo penetró en la sierra de San Marcos y avanzó sobre Morella (...).
(...) Durante los días 31 de marzo y 1, 2 y 3 de abril, las unidades de los Cuerpos V y XXII, sin perder el contacto con el enemigo y frenando su avance, se batieron continuamente sin poder impedir que el enemigo entrara el día 3 en Gandesa y Morella. Las fuerzas del general Walter pasaron el río por Mora y García, y desde la orilla izquierda, cumplieron la misión de impedir a los fascistas la creación de una cabeza de puente en el sector de Mora. Como medios de apoyo, pues la artillería que teníamos era mínima, les di la batería antiaérea. Su misión ahora era defender el puente sobre el río en Mora del Ebro, dejando a su criterio la voladura del mismo. E igual con el el puente de ferrocarril de García.
(...) El Alto Mando republicano aceptó de antemano el corte de la zona leal y fijó a los Cuerpos V y XXII la misión de ganar tiempo para asegurar el paso de las unidades a la zona catalana, ordenando al V que se replegara al norte del Ebro y al XXII que lo hiciera en dirección sur.
En el sector del V Cuerpo, dirección Tortosa-Vinaroz, el Cuerpo intervencionista del fascismo italiano atacó con la misión de salir al mar en la zona Vinaroz-Amposta-San Carlos de la Rápita. Desde el oeste al flanco derecho del Cuerpo extranjero, la 15 División atacó a través del macizo de Beceite en dirección Alfara-Tortosa.
En el sector del XXII, el Cuerpo de Galicia atacó con la misión de ocupar el cruce de comunicaciones que tiene como centro San Mateo, dejando atrás el amplio macizo del Maestrazgo.
Con tres tanques como toda fuerza, situados en la comunicación principal por donde venía el Cuerpo Italiano, amaneció el 3 de abril (...). En la noche del día 4 instalé el puesto de mando en una huerta de Cherta. El EMC me ordenó resistir a toda costa para permitir el paso por Tortosa de las unidades que debían proveer el norte del Ebro y hacer frente a la situación creada por el desastre del Ejército del Este.
(...) Los ataques continuos y reiterados del Cuerpo Italiano, con la masa de artillería y de aviación que le apoyaban, no prosperaron. A veinticinco kilómetros de Tortosa tuvieron que echar el freno. "Por aquí no hay salida al mar", le dijeron las brigadas 72, 68 y 124, que cubrían la línea Cherta-Pauls-Alfara.
La graciosa concesión a los italianos de ser ellos los primeros en llegar al Mar Latino tuvo que ser corregida. Recibieron aquella misión las siete divisiones enemigas que atacaron al XXII Cuerpo y ocuparon San Mateo y Cervera. El 15 de abril salieron por aquel lado a la costa, en Vinaroz.
También desde el día 13 atacaron en nuestro flanco izquierdo por el macizo de Beceite. Unos pelotones del batallón especial del V cerraron el paso al enemigo en aquel terreno endemoniado.
A partir del día 15 atacaron asimismo desde el sur en dirección Tortosa.
(...) Ese mismo día había venido el general Rojo a mi puesto de mando. Hablamos a solas de las perspectivas y me anunció que iban a confiarme la organización y el mando de la Agrupación Autónoma del Ebro, compuesta por dos Cuerpos de Ejército: el V y el XV. Le propuse para el mando del V al jefe de la 11 División, Enrique Líster; y para el del XV, al jefe de la 3ª División, Manuel Tagüeña, propuestas a las que dio su acuerdo (...)