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9 de febrero del 2006 |
Sheraton: Conflicto a tres bandas
Eduardo Stanley
El viernes 3 de febrero, empresarios estadounidenses se reunieron con una delegación cubana para discutir sobre asuntos energéticos. Pero el encuentro duró poco, pues la administración del elegante hotel María Isabel Sheraton, ubicado en el centro de la capital mexicana, expulsó a los representantes cubanos por presiones de Washington.
Según las autoridades de EEUU, el Departamento del Tesoro de dicho pais se limitó a aplicar la llamada ley Helms-Burton de 1996 que endureció el embargo comercial de 1962 de Estados Unidos contra la isla. La ley penaliza a toda empresa que realice actividades comerciales con Cuba. Las reacciones en México no se hicieron esperar. El Gobierno dijo cautelosamente que se estudiaría el caso para determinar si Estados Unidos había violado la soberanía al exigir la aplicación de una ley estadounidense a una empresa mexicana. Críticos, activistas, periodistas y grupos políticos se expresaron de manera explícita, y en su mayoría censuran no sólo a Washington sino también al gobierno de Fox por su debilidad frente a Estados Unidos. Ante las críticas, el presidente Fox declaró que en ningún caso permitirá que se lesionen las relaciones con el vecino del norte. Su secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, aseguró que no existió violación a la soberanía de México y que sólo se aplicaría una multa a la empresa que administra el Sheraton. Pero las autoridades estadounidenses afirmaron que sus leyes deben aplicarse en cualquier lugar; es decir, Washington proclama la universalidad de su legislación. Para críticos como el reconocido periodista Raymundo Riva Palacio, la actitud del gobierno mexicano es lamentable y tiene claros antecedentes. "El gobierno más burdamente proestadounidense que ha tenido México en décadas, luce tan pusilánime como sorprendido. ¿Cómo sancionar a un hotel cuya matriz es estadounidense sin que el gobierno del presidente George W. Bush lo tome como una afrenta?", escribe Riva Palacio en su columna del periódico El Sur, de Acapulco, el miércoles 8 de febrero. El periodista hace un recuento de la injerencia estadounidense en México. Desde cómo manipula Washington a funcionarios de alto rango hasta los sobornos pagados a agentes de seguridad y policía para que entreguen información a la CIA antes que a sus jefes. La misma agencia, según el periodista mexicano, también influía a determinados periódicos y sobornaba periodistas, fue responsable del asesinato de un diplomático soviético en México y financiaba organizaciones de derecha para que atacaran a organizaciones progresistas. Según Riva Palacio, el hotel Sheraton fue durante mucho tiempo el centro de operaciones de la CIA en México. Y por lo visto, lo sigue siendo. Riva Palacio denuncia la doble moral mexicana en su relación con Cuba. México fue el único país latinoamericano que no acató la orden de Washington para que todos los paises del continente rompieran relaciones diplomáticas con la isla en 1964, pero según el citado periodista, no fue un acto de soberanía, como afirmaban los gobiernos mexicanos, sino un acuerdo con Washington: a partir de entonces, México se convirtió en el centro del espionaje y actividades secretas contra el gobierno de Fidel Castro. Esta "farsa", como la llama Riva Palacio, dejó de serlo cuando al inicio del gobierno de Vicente Fox, su ahora ex canciller, Jorge Castañeda, llegó a extremos de obediencia servil con Washington en su obsesión anticubana. "Lo más importante de Fox es que la genuflexión dejó de hacerla en secreto y lo hace ahora a ojos de todos", concluye Riva Palacio al resumir este nuevo conflicto con Cuba. La naturaleza de esta relación viciada quedó reflejada por el humorista latino Lalo Alcaráz, quien en un cartón imitación de un poster de la película "Brokeborder Mountain" (que trata de la relación homosexual de dos vaqueros), el vaquero Bush dice "Vicente Fox, ¿por qué no puedo romper contigo?" y el vaquero Fox le responde, "No sé, Jorge, mi amor" (publicado en Noticiero Semanal). El sarcasmo está orientado a la cuestión migratoria, donde el presidente mexicano también terminó capitulando frente a las propuestas unilaterales de la Casa Blanca. ¿Y Cuba? Si bien protestó por la expulsión de sus funcionarios del hotel Sharaton, su gobierno parece mantenerse tranquilo. Según informes periodísticos, La Habana prefiere que el tema no afecte al actual candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática, y a quien muchos quieren hacer aparecer como "izquierdista" para alejar a potenciales simpatizantes. Más allá de las conjeturas políticas, este conflicto político-diplomático puede afectar aún más a la desteñida imagen de Fox, cuya política de relaciones exteriores parece de caricatura. |
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