Mario Roberto Morales: Guatemala: Racismo y simulacros de rigor científico (II)

En el apartado: "Inferencia, comentario o conclusiones", estos "académicos" citan mi aserto sobre que: "el fundamentalismo mayista quiere darle la vuelta a la tortilla y hacer con los ladinos todo lo que dicen que los ladinos hacen con ellos. No es, por tanto, un movimiento emancipador. Es, obviamente, una ideología racista y retrógrada que poco tiene que ver con las reivindicaciones reales de los indígenas…" Y concluyen en que yo digo que "los mayas" equivalen a "una ideología racista y retrógrada". No dicen que me refiero al mayismo o a los "mayas" (entre comillas para señalar a un grupo culturalista afecto al construccionismo identitario), sino a los mayas (que ellos perciben como los indígenas actuales y como los mayas de la antigüedad). Por todo, concluyen también en que lo que digo implica: "Oposición a las reformas por medio de un argumento racista que invalida el ser maya de los indígenas de Guatemala. Se visibiliza sutilmente (sic) que contrapone y confronta el discurso diplomático pero directo (sic) contra las reformas. Ejemplifica el racismo como una actividad de dos vías y que los indígenas actúan por rencor" (por lo de la vuelta de la tortilla).

En su apartado: "Estructuras sutiles", dicen del argumento mayista de los atlantes: "Ideas sobre el origen de los mayas utilizadas metafóricamente (sic) para transmitir el discurso utilizado en oposición a las reformas constitucionales". Y en el apartado que los autores titulan "Ellos", hacen gala de una mentalidad bipolar y maniquea al afirmar que yo entiendo por "ellos" a: "Los indígenas que siguen (sic) con una ideología mayista y tienen que adecuarse a nuestra real (sic) forma de vivir". Y en el apartado que llaman "nosotros", dicen que yo entiendo por "nosotros" a los: "Oponentes a las reformas". Inmejorable ejemplo de bipolarismo "científico".

Mi análisis verdadero sobre esta problemática está sistematizado en mi libro "La articulación de las diferencias o el síndrome de Maximón" (FLACSO, 1999 y Consucultura, 2002), que estos "científicos sociales" se niegan a leer, porque saben que no me solidarizo incondicionalmente con el subalterno sólo porque lo sea y porque eso lo premie la cooperación internacional, ya que no idealizo al pueblo (idealizar deshumaniza), sino trato de analizarlo (porque lo conozco) con el mismo rigor que a las elites, y por eso critico por igual a todas las partes.

Este Diagnóstico se presentó al público como una "investigación académica y científica". Y el volumen V como un "completo y detallado informe" de las "ideologías reprensibles" del "mal periodismo" racista (p.xi), por su prologuista, Teun A. van Dijk. Por ello, al hojear las secciones en las que se me alude, no resistí la tentación de evidenciar ante el público su "rigor metodológico", consistente en inclinar el análisis hacia las simpatías paternalistas de los autores por el mayismo. De mi parte, he intentado analizar el problema interétnico sin privilegiar a X o a Y, sino buscando equilibrar el peso de las partes y tratando de ofrecer una mirada complementaria y no separatista ni determinista ni fundamentalista de éstas. Este punto de vista es el que los mayistas consideran racista, pues cuando se es fundamentalista no se puede ser flexible y se ve lo que se quiere ver. Por eso me endilgan lo que ellos necesitan leer en mi texto.

Mi pieza de cuatro partes, tildada de racista por estos "intelectuales", se puede leer completa (como se publico en Siglo Veintiuno y no mutilada como en este "estudio científico") en la primera página del diario español La Insignia (www.lainsignia.org), en donde también está mi ensayo "Bases para una política interculturalista contra la discriminación y el racismo", que la directora y el coordinador del Diagnóstico me solicitaron y publicaron en su volumen IV (p.75-84). Este trabajo mío se basa en las mismas ideas antifundamentalistas que sustentan el artículo analizado "científicamente" por Lucía Verdugo de Lima y su equipo de "académicos" en el volumen V.