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6 de diciembre del 2006 |
Racismo y simulacros de rigor científico (I)
Mario Roberto Morales
En el volumen V del "Diagnóstico del racismo en Guatemala", dirigido por Marta Casaús, coordinado por Amílcar Dávila, publicado por la vicepresidencia de la República (2006), financiado por los Países Bajos y titulado "Análisis crítico del discurso periodístico racista"; aparece (p.62-64) un esquema que los autores del volumen (Lucía Verdugo de Lima, Nicolás Pacheco, Ruth Piedrasanta y Francisco Tavico) llaman "Caso 7", el cual consiste en un peculiar "análisis microestructural" (firmado por Pacheco) del segundo de una serie de cuatro artículos míos, publicados en Siglo Veintiuno los días 28 y 31 de mayo, y 4 y 7 de junio de 1999, con el nombre de "El misterioso fantasma de la guerra interétnica". En este artículo enumero algunas de las ideas que sustentan al fundamentalismo mayista, y digo: "… las posiciones fundamentalistas de la ideología mayista han ido reduciéndose a (…) ideas como las siguientes: a) que los 'mayas' son descendientes directos de los atlantes, seres superiores que desaparecieron con el hundimiento de la Atlántida; b) que su destino manifiesto es recobrar el dominio de esta parte del territorio americano; c) que su origen los hace superiores a otros grupos humanos de más reciente formación, como los ladinos, a quienes consideran intrusos en el territorio…" Como se ve, esto lo expongo como las ideas que el fundamentalismo mayista tiene de sí mismo, y no como mis ideas sobre los indígenas. Sin embargo, los autores del "análisis" concluyen en que soy yo quien piensa eso de los indígenas guatemaltecos. Y también (el colmo), en que esas ideas (según ellos, mías) responden al racismo que (otra vez, según ellos) determinó el "no" con el que culminó la consulta popular del 16 de mayo de 1999, sobre unas reformas constitucionales que en su versión original eran altamente beneficiosas para todos, pero a las que la cooperación internacional y el mayismo oenegista agregaron otras para beneficiar a la URNG, propiciando así el triunfo del "no", que fue atribuido por el mayismo al racismo de los ladinos. Su peculiar lectura de mi artículo es justificada "científicamente" por los autores del "análisis", como sigue. En el apartado que ellos llaman "Topois", dicen del párrafo mío citado: "Con esta teoría (sic) se da una propuesta científica (sic) para que no se reconozca que los actuales pobladores de Guatemala sean descendientes de los mayas. Implicaciones directamente vinculadas a los discursos anti-reformas (sic)". Y en el apartado que titulan "Comentarios", afirman: "Mario Roberto Morales utiliza un planteamiento seudo-científico (sic) sobre el origen de los pueblos indígenas, al caracterizar a los actuales pueblos mayas como reales (sic) descendientes de los atlantes, una raza superior por definición histórica (sic), pero de la que no hay pruebas de su existencia (sic). Técnica de la utilización del absurdo para validar elementos de discurso racista". Como se ve, me endilgan a mí lo que los mayistas dicen de sí mismos, por ejemplo en un documento (que estos "académicos" obviamente no han leído) titulado (sic): "Guías Comunitarios y Ancianos Sabios Mayas. 'La Gran Confederación de Consejos de Principales AJQ'IJAB' (Guías Comunitarios y Ancianos Sabios Mayas) Originarios del Pueblo Maya de Guatemala -NIMLAJ Q'ALPUL'" (Campo Pagado, Siglo Veintiuno, Guatemala, 12 de noviembre de 1994). En el cual sus autores dicen (sic): "Nosotros estamos en desacuerdo con que se nos siga llamando, indígenas, somos mayas a secas. (…) En honor a la verdad nosotros, según nuestra tradición oral, venimos de una ramificación de los Atlantes. El continente americano actual no existía…" En otras palabras, lo que consigno en el párrafo que citan los autores del volumen V no son mis ideas sino las del fundamentalismo mayista. Pero ellos no logran darse cuenta de eso. |
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