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20 de abril del 2006 |
La deuda insoslayable
Marcel Claude (*)
Uno de las características más destacadas durante el primer mes de gobierno de Michelle Bachelet ha sido en el énfasis en la agenda social. Como la desigualdad imperante en Chile fue el principal tema de campaña, la actual presidenta ha anunciado medidas que supuestamente reducirán la brecha de ingresos y oportunidades que existe en el país. Entre el mísero aumento de las pensiones y el resto de los anuncios, se olvida que el presidente saliente, Ricardo Lagos, prometió en 1999 en su campaña hacia La Moneda que lograría una mayor equidad en nuestro país.
Lo cierto es que Lagos incumplió esa promesa y deja a Chile como la undécima economía más desigual del mundo. Su enorme popularidad, construida bajo una hábil estrategia comunicacional caracterizada por los sofismas y la frase rimbombante, no podrá ocultar la gran deuda de su mandato, pues en seis años la diferencia entre los sectores más ricos de la población y los más pobres se ha acrecentado. Si en 1990, el 5% más acaudalado de los chilenos recibía ingresos 110 veces superiores a los del 5% más desposeído, hacia el año 2000 esa brecha se duplicó llegando a las 220 veces. Mientras la desigualdad campea en nuestro país, los grandes grupos económicos han disfrutado en el último lustro de las ganancias de un modelo de acumulación y concentración que ha sido administrado con total acomodo por la coalición de gobierno, convirtiéndose en herederos de Pinochet. Según la Dirección de Promoción de Exportaciones (PROCHILE), sólo 10 empresas poseen el monopolio exportador chileno al representar el 50% de los envíos al extranjero. Ellas lograron el año pasado la exorbitante cifra de los 40 mil millones de dólares. La minería aportó con la mayor cantidad de exportaciones, siendo Codelco, la transnacional Escondida y Pelambres, del grupo Luksic, las principales empresas en este rubro. Por su parte, Celulosa Arauco y Constitución, de Anacleto Angelini, es la única industria no vinculada a la extracción de minerales que se ubica dentro de las 10 empresas del ránking del monopolio exportador. Además, todos los grandes holding empresariales registraron altísimos beneficios en el año 2005, sumando en total 15 mil millones de dólares. Un ejemplo de este exitoso ejercicio económico, basado en la explotación de los recursos naturales, lo constituye empresas Copec, del grupo Angelini, que obtuvo 313 mil millones de pesos en ganancias. Estos datos no sorprenden, pues el modelo económico chileno está caracterizado por una acelerada conversión de capital natural en capital financiero. Por eso, los grandes grupos económicos del país tienen sus inversiones puestas en la exportación de materias primas. Nuestros recursos naturales son depredados por estos enormes conglomerados, que concentran los beneficios de un esquema injusto y desesperanzador para la mayoría de los chilenos. Esa es la realidad del modelo neoliberal chileno que bien ha sabido disfrazar el presidente Lagos detrás de una maquinaria mediática que lo tiene como uno de los mandatarios más populares de la historia. Sin embargo, la verdad es que su gobierno fracasó en su principal promesa, pues Chile sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo. (*) Marcel Claude es economista y director de Oceana. |
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