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16 de marzo del 2005 |
Rocío Silva Santisteban
Ahí suena, con su carraspeo ronco, el motor
en medio de la noche blanca
opaca con su chirrido los otros ruidos:
el hombre, inmigrante a su pesar, aprieta
el sendero blanquecino que antes se hundió
el ruido que podría ser insoportable en su monotonía
desde las ventanas amarillentas de los departamentos
miramos el paso del carro
desde nuestras oscuridades también advertimos que se va acumulando
imperceptible polvo gélido
con los días y el mal tiempo el polvo muda en escarcha
en medio de la oscuridad blanquecina la nieve envuelve
tiene que venir el sol, húmedo y tímido,
es mejor seguir el compás de la máquina
es mejor limpiar el camino a la primera nevada
es mejor evitar la dureza de piedra del témpano
limpiar desde el principio y quebrar nada que equivalga a una humillación. |
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