España: Menos rollo y más política social

La publicación de la Encuesta de Condiciones de Vida de la población española del 2004 nos ha reiterado una dura realidad. El 20% de las personas de nuestro país vive en condiciones de pobreza. Y lo que es más grave, esta situación está enquistada desde hace 10 años, curiosamente el mismo periodo de tiempo que lleva congelado el gasto social en relación al PIB.

Es cierto que el concepto pobreza es relativo y se relaciona con el nivel medio de vida del conjunto de la población. No es lo mismo ser pobre en España que en Bolivia o en Mozambique. Teniendo muy claro este importante matiz, lo cierto es que la quinta parte de nuestra sociedad participa muy poco del notable crecimiento económico de España. La pobreza tiene además una mayor presencia entre las personas mayores, las mujeres, las familias monoparentales con hijos a cargo, y tiene una distribución geográfica muy clara: Extremadura, Andalucía y las dos Castillas.

Esta encuesta pone de relieve el fracaso de los planes de lucha contra la pobreza, los últimos aprobados (hace tres meses) sin dotación presupuestaria específica, los planes de apoyo a la familia, los de integración de la mujer y las políticas de corrección de desequilibrios territoriales. El Gobierno del PSOE, que prometió avanzar en la equiparación de la política y del gasto social hasta alcanzar la media europea, no ha hecho todavía nada. Con los Presupuestos del 2006 seguiremos con el gasto social congelado. Encima, con la ley de dependencia quieren que los usuarios paguen entre el 30- 40% del coste total del sistema y a la vez anuncian una reducción notable del impuesto de sociedades y una disminución general de la presión fiscal. Y lo mismo los gobiernos autonómicos, tan responsables o más que el Gobierno central de esta situación; eso sí, cada vez con más televisiones bazofia.

Hay que terminar con el autismo de la mayoría de la clase política. De lo que tienen que tratar es de cómo hacemos una España con menos pobreza y mayor cohesión territorial. Esto es lo primordial, lo demás son debates de señoritos y profesionales de la política.