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La insignia
10 de abril del 2005


España

El Severo Ochoa es cosa de todos


Javier López (*)
Madrid Sindical. España, abril del 2005.


Si hay algo que valoran todos los ciudadanos como algo propio, como cuestión esencial para su calidad de vida, eso es la sanidad. Si hay algo que suscita el máximo acuerdo de los ciudadanos, eso es la necesidad de garantizar la salud de todos mediante un sistema sanitario público, universal y gratuito.

La primera Conferencia de Presidentes Autonómicos ha identificado el futuro de la sanidad como la primera preocupación del Estado, porque no hay que olvidar que cada comunidad autónoma es tan Estado como el propio Gobierno de la nación.

Madrid recibió las transferencias sanitarias en el año 2002 y desde CCOO dijimos que se recibían con un agujero de 1.800 millones de euros. No es extraño que tan sólo dos años más tarde nos gastemos en la sanidad 1.200 millones de euros más que la cantidad que nos fue transferida por el Estado bajo el Gobierno Aznar.

Ya en el año 2002, CCOO presentó una Alternativa Sanitaria para afrontar los retos del sistema sanitario público madrileño. En 2003 y 2004, CCOO y UGT presentamos estudios, propuestas y alternativas que no fueron tan siquiera contestadas por los consejeros de Sanidad de los sucesivos Gobiernos del PP, a quienes siempre hemos reiterado que la sanidad es de todos y exige un amplio pacto político y social para afrontar su futuro.

Las propuestas sanitarias de CCOO y UGT incorporaban temas tan racionales como la reordenación de las áreas sanitarias de la Comunidad de Madrid, que son once y que en todos los casos se encuentran por encima de los 250.000 pacientes establecidos por la Ley General de Sanidad. Madrid necesita unas 20.000 plazas hospitalarias, es decir, casi 8.000 más que las actuales. Madrid necesita más de 60 nuevos centros de Atención Primaria. Madrid necesita abordar retos como la Atención Sociosanitaria y planes específicos para combatir las listas de espera diagnósticas (que alcanzan hasta un año y tres meses) y las listas de espera para intervención quirúrgica, que están muy lejos de alcanzar el compromiso electoral de la presidenta de situarse en 30 días de espera.

Con esta prioridad política en su agenda, el consejero de Sanidad se ha dedicado a vender planes virtuales y mediáticos que en nada han cambiado una realidad cada vez más dura en los hospitales y en los centros de Atención Primaria y Especializada. Mientras tanto, se alienta cada vez más la presencia del sector privado en la sanidad pública en los hospitales y en la cobertura de las necesidades sanitarias. El liberalismo del consejero consiste, al parecer, en convertir la sanidad pública en un campo de experimentación para los intereses privados.

En mitad de este panorama ha estallado el escándalo del Hospital Severo Ochoa de Leganés. Ha estallado en Leganés como podría haberlo hecho en cualquier otro hospital, porque cuando se presta atención y se actúa de manera contundente, como ha hecho el consejero de Sanidad, ante denuncias anónimas, nos retrotraemos a los tiempos de la Santa Inquisición, en los que una denuncia anónima podía conducirte a la hoguera.

Ni los trabajadores del sistema sanitario público ni los ciudadanos madrileños merecemos que se ponga en cuestión la profesionalidad ni en solfa la calidad del sistema. No merecemos que se prefiera la bronca al acuerdo, que se someta a la inseguridad jurídica al personal sanitario. No merecemos la incertidumbre sobre el futuro de una sanidad que es esencial para nuestra vida.

Por eso vamos a la calle, a exigir lo que nos niegan los despachos del Gobierno regional, que no se dignan escuchar, ni mucho menos negociar, nuestras propuestas. Vamos a la calle a gritar cosas sencillas, entendibles y muy claras: vamos a defender la sanidad pública madrileña, vamos a apoyar a los trabajadores del Hospital Severo Ochoa y con ellos, a cuantos día a día cuidan nuestra salud en condiciones cada vez más difíciles. Vamos a exigir que sea destituido quien no ha sabido defender a los profesionales sanitarios y la presunción de inocencia ante denuncias anónimas, contribuyendo así a deteriorar la imagen de un sistema sanitario público del que no es propietario sino administrador temporal.

El Hospital Severo Ochoa somos todos y con la fuerza de todos vamos a defender la sanidad pública madrileña y la labor de sus profesionales. El día 19, a las 19 horas, estaremos por miles en Cibeles.


(*) Secretario general de CCOO de Madrid.



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