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18 de octubre del 2003 |
Ignacio Escolar (*)
La foto de la derecha corresponde a una "clean room", una habitación limpia, el lugar donde se fabrican los circuitos integrados y demás componentes electrónicos de alta tecnología. Está esterilizada con más cuidado que el quirófano de un hospital. Los empleados visten máscaras y guantes de látex y cubren su cabello para evitar que la más mínima mota de polvo arruine la producción. Los microchips de su televisor, de su ordenador o de su teléfono móvil nacieron en una planta como esta. A pesar de su aparente pulcritud, un juicio en California ha abierto el debate sobre la seguridad laboral de estos trabajadores, que diariamente se exponen a decenas de productos tóxicos, como el benceno o el ácido sulfúrico. Tres antiguos empleados de IBM que enfermaron de cáncer y la familia de un cuarto ya fallecido por la misma enfermedad han demandado a su compañía. Trabajaban en una planta que fabricaba discos duros. Es el primer caso de este tipo que llega a los tribunales, aunque existen cientos de demandas similares en el Reino Unido y Estados Unidos. Sólo IBM acumula 200 denunciantes y no es la única compañía que podría estar en problemas si el juez da la razón a estos cuatro primeros. No hay informes claros Según las estadísticas de California, los empleados en estas fábricas padecen de media el doble de enfermedades que cualquier otro trabajador de la industria. Pero estas cifras no son esclarecedoras ya que, dentro de este parámetro, se incluyen desde los dolores de cabeza hasta las bajas por gripe. Sería sencillo realizar un estudio más fiable, pero -según los demandantes- no hay mejores informes porque las compañías afectadas no dan los datos necesarios para elaborar una estadística que pruebe o desmienta las acusaciones. Si el juez condena a IBM, la industria tecnológica se podría encontrar con una oleada de demandas similar a la que padecen las tabaqueras. Curiosamente, IBM ha contratado a Robert Weber, un abogado del mismo bufete que en sus momento defendió a la RJ Reynolds Tobacco frente a las demandas de los fumadores. El abogado de la acusación, Richard Alexander, defiende que los doctores de la compañía IBM, que trataban a los empleados, detectaron síntomas claros de intoxicación química en los trabajadores y que la compañía, a pesar de estos informes, no actuó. Sin embargo, la primera decisión del juez Robert Baines, responsable del caso, ha sido desestimar estos informes médicos. El juicio comenzó el martes y, salvo sorpresa, se alargará durante varios meses más. Las consecuencias de la futura sentencia son imprevisibles pero, en caso de condena, podrían provocar un terremoto en la industria del chip: una de las pocas manufacturas que aún mantiene gran parte de la producción en el primer mundo. (*) Ignacio Escolar es editor de SpanishPop. |
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