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La insignia
6 de junio del 2003


Adiós, y gracias por la pasta


Ignacio Escolar (*)
SpanishPop / La Insignia. España, marzo del 2003.


"Para mí, programar es una forma de expresión personal", dice Justin Frankel. No presume. El código que escribe este joven de apenas 24 años es hoy más revolucionario que cualquier obra de arte, artículo o ensayo crítico. Si hasta hace unos años la sociedad avanzaba a través de la palabra escrita, hoy el software es, muchas veces, el motor de la historia.

Frankel es uno de esos programadores capaces de cambiar el mundo. Él solito, con la ayuda de Shawn Fanning, el creador de Napster, ha puesto patas arriba a toda la industria del ocio basada en el copyright: hoy a las discográficas, mañana a los estudios de cine. La prueba de que el viaje en el tiempo no será nunca posible es que tanto Fanning como Frankel siguen vivos y no ha llegado ningún robot asesino desde el futuro para matarlos.

Si existiesen los T2000 de Terminator, la fecha en la que atacarían a Frankel sería anterior a abril de 1997. Fue entonces, a los 18 años, cuando presentó en la Red el programa que le haría rico: WinAMP. Se trataba de una adaptación para Windows del reproductor de para sistemas Unix AMP, diseñado por el croata Tomislav Uzelac. WinAMP se convirtió pronto en un tremendo éxito que contribuyó a popularizar el sistema de compresión de audio MP3, la manera más cómoda de intercambiar canciones a través de Internet.

Sin el programa de Frankel, la revolución de la música gratis no se habría disparado de la forma en la que la hizo. WinAMP ponía fácil a cualquier internauta escuchar una canción en MP3. Al año y medio de que apareciese la primera versión, más de 15 millones de personas ya se habían instalado el programa en sus ordenadores. A los dos años de salir a la luz, el 4 de junio de 1999, America Online (AOL) paga 400 millones de dólares en acciones por la compañía de Frankel, Nullsoft. Es probable que hoy se estén arrepintiendo.


El enemigo en casa

El papel más importante de Frankel en la revolución del MP3 empieza justo aquí, a sueldo de America Online. El 15 de marzo de 2000, a los pocos meses de que las discográficas iniciasen el acoso legal contra Napster, Frankel muerde la mano que le da de comer. En uno de los servidores de Nullsoft, aparece un pequeño programa llamado Gnutella, una versión más avanzada del sistema Napster capaz de funcionar sin un servidor central: el golpe definitivo contra las discográficas. Irónicamente, Frankel estaba trabajando indirectamente para una de ellas. En esa fecha, AOL ya había comprado al grupo Time Warner, propietario de Warner Music, una de las cinco mayores discográficas del mundo.

Cuando AOL reacciona y obliga a Frankel a retirar el programa ya es demasiado tarde. El popular foro Slashdot había avisado a sus lectores y más de 10.000 personas tenían copia del código, una semilla que hoy se ha perfeccionado hasta convertirse en una de las redes de piratería más populares e inexpugnables de la Red.

Unos meses más tarde, Frankel repite la jugada. Desde su compañía, Nullsoft, distribuye un pluging para WinAMP que permite buscar canciones MP3 a través de Internet desde el propio reproductor. AOL anula el proyecto. Poco tiempo después, lanza AIMazing, un programa que quita la publicidad del programa de mensajería de AOL y la sustituye con música. Otra travesura más en una lista que Frankel culmina hace unos días. La semana pasada, con el método habitual (por la noche y en los servidores de Nullsoft) distribuye Waste, un programa tan revolucionario como lo fueron WinAMP o Gnutella en su día.

Waste permite crear pequeñas redes, de unas 50 personas, para intercambiar ficheros y trabajar de forma conjunta con sistemas de mensajería mediante un protocolo totalmente inexpugnable y privado: el tipo de tecnología criptográfica que hoy necesitan los programas de intercambio de ficheros "peer to peer" para sobrevivir al acoso de las discográficas y estudios de cine. Como con el resto de las genialidades de Frankel, AOL intenta bloquear la distribución del programa. Como de costumbre, ya es demasiado tarde.


Cuatro años y ni un día más

Ayer se cumplieron cuatro años desde la compra de Nullsoft por parte de AOL. Al parecer, ese era el plazo que Frankel había pactado permanecer en la compañía. A través de su página personal, el joven programador ya ha anunciado que se va con este escueto mensaje:

"Para mí programar es una forma de expresión personal.
Es probablemente la que mejor se me da.
Todo lo que programo es, razonablemente, propiedad de la compañía.
La compañía controla lo que hago con mi código. En el pasado, parecía tener libertad, pero de pronto todo aquello no era exactamente así. Estuve evitando el control durante cuatro años de manera ilícita.
La compañía controla la forma de expresión personal más efectiva que tengo.
Esto es inaceptable para mí como persona individual, por lo que debo marchar.
No sé cuando será, pero no creo que tarde mucho.
No siento más que respeto por la compañía, pero creo que ha llegado el momento de hacer algo diferente."

Las nuevas travesuras de Frankel ya no estarán patrocinadas por AOL-Time Warner. Pero seguro que serán igual de revolucionarias.


(*) Ignacio Escolar es editor de SpanishPop.



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