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5 de junio del 2003 |
Marcos Winocur
El desprestigio de las nacionalizaciones ha quitado una gran bandera a la izquierda. Pero no todo está perdido, los muertitos toman el relevo, y muy contentos: los trasplantes los mantienen (parcialmente) vivos en otros cuerpos.
En consecuencia, propongo la nacionalización de los muertitos, legislando al efecto:
Art. 1. Toda persona es dueña de su cuerpo mientras viva. Comentario a la ley: Así, con el art. 4 se respetan los sentimientos de los familiares sin perjudicar a quienes esperan los órganos, pues la indemnización compensatoria les permitirá adquirirlos en el mercado. No en el mercado de carnes, frutas, legumbres y hortalizas, sino en el de órganos, el cual se crea libremente a partir de las ventas por adelantado que de sus propios órganos tienen derecho a hacer las personas, en consonancia con el art. 1. |
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