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3 de enero del 2003 |
Russell Mokhiber y Robert Weissman (*)
Traducción para La insignia: Berna Wang
El 2002 será siempre recordado como el año del delito empresarial, el año en que hasta el presidente George Bush aceptó la noción de «responsabilidad empresarial».
Aunque la Casa Blanca de Bush ya ha reducido la categoría de su «portal de la responsabilidad empresarial» a un mero enlace al aburrido contenido de la página web de la Casa Blanca, y aunque la perspectiva de la guerra ha expulsado en gran parte la cuestión de las primeras páginas de los diarios, la cascada de escándalos financieros y contables continúa. Podíamos haber hecho fácilmente la lista de las Diez Peores Empresas del Año del Multinational Monitor con algunas de las decenas de empresas envueltas en los escándalos financieros. Pero decidimos hacer otra cosa. Pese a lo extraordinario que viene siendo la falta de ética financiera, no queríamos contribuir a la percepción de que las fechorías empresariales en el 2002 se limitaron al ámbito de los delitos financieros. Para la lista de las Diez Peores Empresas del 2002 del Multinational Monitor, incluimos sólo a Andersen de entre las pertenecientes a la categoría de los delincuentes y bellacos financieros. La cadena de montaje para la destrucción de documentos de Andersen merece sin duda un puesto en la lista. (Citigroup figura también en ella, pero sobre todo por la implicación de una subsidiaria en préstamos abusivos, así como por la financiación por la empresa de proyectos destructivos para el medio ambiente en todo el mundo.) En cuanto al resto, les presentamos toda una colección de contaminadores, peligrosos traficantes de píldoras, mercenarios de la era moderna, consentidores de abusos contra los derechos humanos, mercaderes de la muerte y beneficiarios de la destrucción rural y de la miseria. Multinational Monitor ha elegido a Arthur Andersen, British American Tobacco (BAT), Caterpillar, Citigroup, DynCorp, M&M/Mars, Procter & Gamble, Schering Plough, Shell y Wyeth las Diez Peores Empresas del 2002. Por orden alfabético, las diez peores son: Arthur Andersen, por un plan gigantesco para destruir documentos relacionados con el caso Enron. «Toneladas de papeles relacionados con la auditoría de Enron fueron triturados como parte de la destrucción orquestada de documentos», rezaba un acta de acusación federal contra Andersen. «La trituradora de la oficina de Andersen en el edificio de Enron fue utilizada casi constantemente y, para gestionar la sobrecarga, se enviaron decenas de grandes camiones llenos de documentos de Enron a la oficina principal de Andersen en Houston para su destrucción». Andersen fue declarada culpable de destrucción ilegal de documentos, lo que llevó a la empresa al cierre. BAT, por implantar programas en todo el mundo supuestamente diseñados para prevenir el consumo de tabaco entre los jóvenes, pero que en realidad hicieron el consumo más atractivo para los niños (insinuando que fumar es una actividad de adultos), por seguir negando los efectos perjudiciales para la salud que sufren los fumadores pasivos, y por oponerse a los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud para adoptar una enérgica Convención Marco sobre el Control del Tabaco. Caterpillar, por vender bulldozers a las Fuerzas de Defensa Israelíes que se utilizan como instrumento de guerra para destruir hogares y edificios palestinos. Las Fuerzas de Defensa Israelíes han destruido más de 7.000 casas palestinas desde que comenzó la ocupación israelí en 1967, dejando sin hogar a 30.000 personas. Citigroup, por su profunda implicación en el escándalo Enron y en otros escándalos financieros y por sus préstamos abusivos a través de The Associates, una subsidiaria adquirida recientemente. Citigroup pagó 215 millones de dólares para resolver los cargos formulados por la Comisión Federal de Comercio contra The Associates por participar en prácticas de préstamo engañosas y abusivas de forma sistemática y extendida. DynCorp, una polémica empresa privada que subcontrata servicios militares con el Departamento de Defensa, por utilizar aviones que pulverizan herbicidas en las plantaciones de coca de Colombia. Los cultivadores alegan que los herbicidas matan sus cosechas legales y los exponen a toxinas peligrosas. M&M/Mars, por responder de forma poco entusiasta a las revelaciones sobre niños esclavos en los campos del África Occidental donde se cultiva gran parte del cacao del mundo, y por negarse a comprometerse a comprar un modesto 5 por ciento de su producto a proveedores de Comercio Justo. Procter & Gamble, fabricante del café Folger y parte del oligopolio de los tostaderos de café, por no hacer nada para frenar la caída de los precios del grano de café. La bajada de los precios ha empujado a decenas de miles de cultivadores de Centroamérica, Etiopía, Uganda y otros países del mundo al borde de la supervivencia, o han destruido totalmente sus medios de vida. Schering Plough, por una serie de escándalos, el más destacado de los cuales es la acusación de no resolver reiteradamente en los últimos años los problemas de la fabricación de decenas de medicamentos en cuatro de sus fábricas de Nueva Jersey y Puerto Rico. Schering pagó 500 millones de dólares para resolver el expediente abierto por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Shell Oil, por continuar con sus actividades como uno de los principales violadores del medio ambiente del mundo, al mismo tiempo que se promociona como una compañía social y medioambientalmente responsable. Wyeth, por usar medios arteros y sin pruebas científicas suficientes para comercializar una terapia hormonal sustitutiva para mujeres como la fuente de la juventud. Los datos científicos divulgados en el 2002 demostraron que esta terapia, a largo plazo, es una amenaza para la vida de las mujeres, al aumentar los riesgos de contraer cáncer de mama y de padecer ataques cardiacos, derrames cerebrales y embolias pulmonares. ¿Cuál es la lección que enseña la lista de los diez peores de este año? Enron, WorldCom, Adelphia, Tyco y el resto no sólo son indicadores de un sistema financiero fundamentalmente corrupto, sino que son representativos de un sistema podrido de dominación empresarial. Pueden consultar la lista completa de las Diez Peores Empresas del 2002 en http://www.multinationalmonitor.org (*) Russell Mokhiber es editor de Corporate Crime Reporter, con sede en Washington D.C. Robert Weissman es editor de Multinational Monitor, con sede en Washington, D.C. Ambos son coautores de Corporate Predators: The Hunt for MegaProfits and the Attack on Democracy (Monroe, Maine, Common Courage Press, 1999).
(c) Russell Mokhiber y Robert Weissman |
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